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Sección longitudinal, alzado sur y planta

Identificador
16263_01_020n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
39º 59' 12.01'' , -2º 19' 43.07''
Idioma
Autor
Rafael Palacios Medina
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
Barbalimpia
Municipio
Villar de Olalla
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Descripción
ENCLAVADA EN LA PARTE MÁS ALTA del promontorio que aloja al pueblo de Barbalimpia, la pequeña iglesia es, sin lugar a dudas, la construcción más importante de todo el núcleo urbano, aunque también cabe destacar la existencia de varias fuentes (algunas de ellas de época romana) y enterramientos fechados en los primeros siglos de nuestra era. Para acceder a ella, basta con tomar cualquiera de las calles que desde la carretera enlazan con la parte alta del pueblo. Su estructura es la típica del románico rural de Cuenca, y, aunque retocada en el siglo XVI, su obra original habría que fijarla en torno a finales del siglo XII y comienzos del XIII. Sin embargo, hay que señalar que de su estructura inercial simplemente conserva el ábside y parte del muro sur, ya que su transformación dio comienzo cuando se tuvo la idea de construir un templo mayor. La iglesia consta de dos naves, la original con cabecera cuadrada y ábside semicircular, mientras que la posterior, que actualmente sirve como sacristía, es totalmente cuadrada. El conjunto consta de puerta de acceso en el muro sur y espadaña a los pies. Ambas naves están construidas en mampostería, con refuerzos de sillar en las esquinas, y con cubierta a dos aguas en la nave y a tres en el ábside mediante el uso de teja cerámica curva. Aunque muy retocado, el muro sur es el único de tradición románica del edificio. Desgraciadamente ha sufrido varias pérdidas, entre las que destacan la cornisa y los canecillos que seguramente lo coronaban. Como anteriormente se citó, aquí se sitúa la única puerta de acceso al templo. Ésta se resuelve mediante arco de medio punto en dovelas que descansa directamente en jambas lisas mediante una cornisa. La única decoración que presenta toda la portada es una moldura con puntas de diamantes (claro signo del mantenimiento de la decoración original, y que además encontramos en varias iglesias de la provincia, como Mariana, Sotos o la cercana Poveda de la Obispalía). Por otro lado, el ábside, también de fábrica original, muestra una curvatura irregular y en él se muestran las distintas fases por las que ha atravesado la iglesia, ya que presenta numerosas reparaciones e incluso una pequeña sobreelevación. En él se abre una pequeña ventana saetera, actualmente cegada. El conjunto se remata en cornisa de piedra apoyada en canecillos de cuerpo cóncavo y de forma cuadrangular. Por último, la espadaña consta de un único cuerpo con remate triangular. En la parte superior, de forma paralela, se abren dos vanos para sendas campanas, y, justo debajo, una pequeña ventana saetera que hoy en día está tapiada. Para coronar el conjunto de la espadaña, en cada ángulo se añadieron posteriormente unos pináculos como motivo decorativo. Aunque desde fuera la iglesia presenta dos naves, el interior simplemente presenta una pequeña nave, ya que el añadido posterior esta totalmente cegado. Dicha nave se resuelve mediante cubrición plana. En el muro norte quedan los restos de arcos y pilares que comunicaban la nave lateral con la central. Dichos arcos se resuelven mediante medio punto, con una decoración en cordón y cuyo final se recoge en pilares, embutidos en el muro, de base circular. Según Nieto Taberné, “restos de arcos, hoy cortados, señalan el diseño de una posible cubierta abovedada sobre fajones, idea inicial que nunca llegó a realizarse”. Hay que indicar también la existencia de un coro alto de madera situado a los pies de la iglesia. Nada más acceder al templo, a mano izquierda y situada justo debajo del citado coro, se halla la pila bautismal, una magnífica pieza. De 91 cm de altura y 118 de diámetro, la pila de Barbalimpia se puede incluir dentro del grupo de pilas decoradas con gallones. La pieza consta de dos partes diferenciadas, por un lado el vaso y por otro el pedestal sobre el que se asienta, siendo nuestra principal fuente de estudio el primero de ellos. La copa carece de cenefa superior, y la totalidad del vaso está decorada mediante abultados gajos subrayados por una línea incisa. Los gallones tienen medidas similares, aunque su realización se presenta con inclinaciones variables. Así, en conjunto las molduras verticales no acaban en el centro del vaso, o de forma concéntrica, sino que se van inclinando hacia la parte izquierda del final de la copa. Cabe destacar que, aunque estamos ante una pila de gajos, la parte superior de éstos se halla coronada por arcos regulares que los cobijan. De este modo, nos encontramos ante una de las variables decorativas más prolíficas de la provincia, y por ende de toda España, aunque, como bien indica Nieto Taberné, “en muchos casos es difícil determinar cuáles son originales y cuáles se desarrollaron posteriormente”. Aún así, dentro de este grupo podemos encontrar elementos similares en otras pilas de la zona, como las de Huércemes, Pinarejo o Casas de Pedro Izquierdo.