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Restos de cimentación

Identificador
40380_02_030
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 16' 16.21'' , -3º 53' 3.76''
Idioma
Autor
Raimundo Moreno Blanco
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de la Virgen de la Calleja

Localidad
Sebúlcor
Municipio
Sebúlcor
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
TRAS LLEGAR A SEBÚLCOR habremos de encaminarnos en dirección a la vecina Villaseca, para unos metros después del puente que cruza el Duratón desviarnos por una pista forestal que nos deja en un pequeño merendero al pie de la Cueva de los Siete Altares. Abandonando el vehículo, habremos de comenzar allí un delicioso paseo siempre por la margen derecha del río, primero por la arboleda y posteriormente alzándonos a las verticales peñas desde las que obtendremos una inmejorable panorámica de la zona. Tras caminar en torno a veinte minutos desde el vehículo, el sendero comienza a descender para dejarnos en una pequeña explanada en que se abre la hoz y encontrar allí la ermita. Tan escasos como evocadores son los restos que del templo nos han llegado, sumándose a ellos la presencia de un antiguo asentamiento en los alrededores con sus construcciones dispuestas en terrazas y del que aún se puede observar medianamente conservado un pozo. La ermita de la Calleja fue una construcción humilde realizada mediante tapias de rollo que posteriormente sería revocada ocultando y ornamentando en lo posible sus pobres materiales. La planta la forman una corta nave rectangular y similar cabecera de testero plano, ambas situadas en composición telescópica. A la vista de sus muros la fábrica se comenzó, como es norma, por la cabecera, acaso por el muro meridional con el que se ligó el este y aquel con el norte. A estos se les yuxtapusieron los muros norte, oeste y sur, por este orden, formando el perímetro de la nave. Todos ellos deficientemente trabados, lo que se manifiesta en la apertura actual de los esquinales. El ingreso se realizaba por medio de sendas puertas a los pies y mediodía -más amplia- de las que no quedan huellas, del mismo modo que hasta la altura de lo conservado no las hay de vanos de iluminación en la nave, algo extraño, si bien hemos de pensar al menos en una ventana en el remate del hastial occidental. En el muro oriental de la cabecera se conserva malherida la huella de un vano. Sendos accesos se encontraban protegidos por un pórtico corrido del que restan los canzorros. A juzgar por el ancho de los muros, unos 70 cm, la cubierta era de madera en la nave y de medio cañón -se conservan los arranques y los mechinales de una imposta pétrea- en la cabecera. A juzgar por su estructura y proporciones (sorprende la profundidad de la cabecera en comparación con la de la nave) hemos de pensar en una fecha para el comienzo de las obras no anterior a mediados del siglo XIII.