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Restos del Castillo de Oroners

Identificador
25062_03_006
Fecha
Cobertura
41.9929788,0.840316
Idioma
Autor
Raquel Cardona Segura
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Oroners

Localidad
Camarasa
Municipio
Camarasa
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo d'Oroners

Descripción

Castillo de Oroners

En la gruta que se sitúa en el extremo este de la Peña de la Mare de Déu, se hallan las ruinas del castillo de Oroners, en la margen noroeste del pantano de Camarasa. Desde Por la carretera C-13 en dirección a Àger, a unos 25 km de Camarasa, se toma un desvío a la izquierda, y, por la carretera C-12, se circulan unos 4 km hasta un camino forestal indicado a la izquierda. Se ha dejar el vehículo en un aparcamiento habilitado y seguir a pie por el sendero marcado con líneas verdes y blancas e hitos de piedra que dirigen a la iglesia de la Mare de Déu del Remei, desde la que se empiezan a ver los vestigios del fuerte.

Seguramente el lugar fue tomado por Arnau Mir de Tost en la primera mitad del siglo xi cuando conquistó a los sarracenos el valle de Àger. La primera noticia escrita sobre el castillo aparece en 1042, en una carta de franquicia expedida por Mir de Tost a los señores del castillo de Pedra sobre los alodios que ostentaban en los castillos de Àger, Claramunt y Aroneners. Existen diversas cartas de concesión de 1048, confirmadas en 1060, a la abacial de Sant Pere de Àger otorgadas por sus fundadores Arnau Mir de Tost y su mujer Arsenda, tales como la donación de la mitad del diezmo que poseían en kastro de Aronnariis, u otra que realizaron en 1065, en la que concedían la mitad de las propiedades que tenían en el castello de Orononari con diezmo, primicias y la totalidad de lo bienes. La siguiente noticia aparece plasmada en una acta de 1129, año en que Guerau Ponç II de Cabrera, vizconde de Àger, devuelve el castillo de Oroners al abad de Àger. En 1199 una señora llamada Gina lega en su testamento el castillo de Horundinarii. Más adelante, en 1220, Sant Pere de Àger todavía disfrutaba de sus posesiones en el término de Oroners. No se conserva mucha información adicional sobre el lugar en época románica, por lo que es preciso dar un salto en el tiempo hasta el siglo xv para tener más noticias, cuando todo el valle de Àger, incluido Oroners, pasa a formar parte de la jurisdicción temporal que dona Alfonso el Magnánimo a los arzobispos de Tarragona. Finalmente, en 1831 aparece como propiedad de la familia Sobies de Boatella.

Los restos del castillo ponen de manifiesto como se utilizó con fines estratégicos la gruta en la que se asienta y a la cual está adosada. El edificio se adapta a la orientación Este-Oeste de la roca adoptando una forma de cuadrilátero irregular, cuyo interior estaba configurado por cuatro dependencias difíciles de distinguir como consecuencia del desprendimiento parcial de la peña bajo la que se encuentra, el cual ha provocado la destrucción de la mayor parte de la estructura, que en su origen posiblemente tenía dos pisos. Dos de las estancias, situadas al Este y divididas por sendos muros dispuestos en sentido Este-Oeste, son de mayores dimensiones que las otras. Durante la época medieval sufrió diversas reformas que se aprecian en la diversidad del material utilizado.

La primera estancia a levante, que no conserva su pared oriental, se piensa que pudo ser un recinto exterior al fuerte que se construyó posteriormente al resto. Posiblemente había una puerta en altura en el segundo piso, como es habitual en este tipo de construcciones defensivas. La pared al Oeste de la misma sala tiene un acceso inferior a las otras habitaciones, realizado con arco de medio punto, que actualmente se encuentra tapiado, por lo que el único paso practicable en la actualidad es un vano situado al Norte. En la parte superior, se abre una gran puerta de arco de medio punto por la cual se alcanzaría el piso superior. El segundo departamento, también derruido, es de menor tamaño que el anterior y conserva un nicho en la parte superior que corresponde con el segundo piso que se cree que constituía la planta noble del fuerte. Las últimas dos cámaras son las de menor tamaño. La tercera es rectangular y la cuarta, que culmina mediante una forma curvada, contiene un segundo compartimento rectangular. Esta última se cree que seguramente es coetánea al primer cuerpo.

Todavía se conservan algunas aspilleras de derrame simple, como las que se hallan en la parte baja del muro sur de la primera y la segunda estancias. En el interior se pueden distinguir los orificios alineados correspondientes a un entramado de madera, lo que confirma la existencia de dos pisos.

Las modificaciones que el edificio sufrió son evidentes en la parte superior de la segunda estancia en la que se utilizó tapial enlucido y donde se hallan fragmentos cerámicos añadidos fechados de los siglos xii y xiii. La historiografía ha considerado que la estancia del extremo de levante sería la más tardía. Las dos estancias de poniente  y la base de toda la estructura presentan un sillarejo de tamaño mediano que se ha situado en el siglo xi.

En la pared norte de lo que fue el segundo piso, sobre una capa de estuco, son visibles unos grafitos que representan a caballeros armados, caballos, conjuntos de danzantes, personajes individuales y motivos decorativos que se han datado sobre los inicios del siglo xiv. Dentro de las estancias también se han hallado restos cerámicos fechados entre finales del siglo xii, el siglo xii y primera mitad del siglo xiv.

En el espacio comprendido entre la iglesia de la Mare de Déu del Remei y el castillo, quedan los restos de unas cinco estancias, así como otras tres en la parte oeste, todo en ruinas y con algunos muros consolidados sin mortero. Todas presentan una planta rectangular que oscila entre 5 m de ancho y 12 m de largo que podrían haber sido las viviendas de los lugareños antes de que se desplazaran cerca del río, hacia los siglos xii o xiii.

Se ha fechado el edificio inicial en el siglo xi, mientras que las modificaciones posteriores se han situado entre los siglos xii y xiii.

Texto y fotos: Raquel Cardona Segura

Bibliografía

Bertran i Roigé, P. y Fité i Llevot, F., 1984-1985, pp. 387-418; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 363-367; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 329-331; Fité i Llevot, F., 1986a, II, pp. 374-380 y 393-405.