Identificador
24850_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 50' 25.18'' , -5º 18' 24.69''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
San Adrián de Boñar (o de las Caldas)
Municipio
Boñar
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
UNA COSA PARECE MERIDIANAMENTE clara, y es que la actual iglesia de Nuestra Señora de la Somerada se sitúa donde otrora estuvo el monasterio de San Salvador de Boñar, en el lugar que la documentación del siglo X denomina in locum super crepidinis alvei Porma (990), o bien in territorio Balneare loco vocitant Bobata (994), o Bovata. La ubicación del monasterio de San Adrián y Santa Natalia parece debemos precisarla en el actual término de La Losilla, cuya iglesia parroquial no conserva hoy día resto alguno de su pasado altomedieval. La iglesia de San Adrián se sitúa junto al renombrado balneario actualmente en desuso. Es un pequeño templo de nave única con cubierta de madera a dos aguas (medianamente reparada en 1987) y cabecera cuadrada más ancha y cubierta con bóveda de arista, fruto de una reforma del siglo XVI. Da paso desde la nave a la cabecera un arco triunfal de medio punto que apoya sobre pilastras con molduraciones clásicas. Al fondo de la nave se erigió una pequeña espadaña moderna. A pesar de la rusticidad del conjunto, levantado en mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas, espadaña y encintados de vanos, son identificables al menos dos campañas responsables del aspecto actual del templo: una primera románica a la que, pese a las reformas y reparaciones, hay que adscribir la nave excepto el cierre occidental y la espadaña y otra, datable en el siglo XVI, que configura la cabecera y el cierre del hastial. En la nave se conservan dos portadas y, en parte recolocada, la cornisa con perfil de bisel y marcas de labra a hacha soportada por una hilera de canes con perfil de nacela, proa de nave y uno ornado con una tosca baya. El mayor interés artístico se centra en las dos portadas conservadas. La abierta en el muro sur de la nave, el acceso actual, se compone de arco de medio punto doblado sobre jambas y una pareja de columnas acodilladas. Los arcos, como en general todo este muro meridional, acusan la mala cimentación del edificio. Los capiteles que coronan estas columnas se tallaron en el mismo bloque de los sillares de las jambas y se componen de saliente astrágalo y somera decoración incisa en las cestas, vegetal en el izquierdo y geométrica en el derecho, decorado con dos aspas. Sus fustes monolíticos apoyan sobre basas con un sencillo listel y plinto a bisel. Sobre los capiteles se colocaron cimacios moldurados con nacela y listel. Aproximadamente frente a esta portada se abría en el muro septentrional otra, hoy cegada, y compuesta por arco de medio punto que apoya en dos columnas acodilladas con toscos capiteles de decoración incisa de esquemáticas hojas pegadas a la cesta, semicírculos y losanges. La organización de esta portada debía ser similar a la meridional. Integrado en la mampostería del muro sur, junto a la portada, aparece un sarcófago de piedra, con su tapa. En el interior, sólo destaca una imagen gótica del Salvador en piedra policromada. En el testero de la cabecera del XVI, bajo la cornisa, se integra un resto de moldura en piedra con decoración de friso en esquinilla, del tipo de la que decora el exterior de San Miguel de Escalada o el ábside de San Pelayo de Perazancas (Palencia). Este vestigio de decoración arquitectónica es, junto con la inscripción que seguidamente analizaremos, el único resto de la primitiva iglesia del monasterio de San Salvador. Gómez-Moreno llego a ver una pieza similar a esta en la iglesia de La Losilla. En el ángulo inmediato a la nave del muro norte de la cabecera, a unos tres metros de altura, se empotró una lápida de aproximadamente 1,7 x 0,22 m. Sus bordes se decoran con reticulados, arquillos entrelazados, semibezantes, dientes de sierra y, en los extremos y tallados a bisel, elementos característicos de la decoración del siglo X como rosetas, hélices, cruces y representaciones que parecen derivar de las arquitectónicas de las miniaturas, como arquillos con canceles. En el centro el letrero recoge la siguiente inscripción: IN AULA DOMINI NOSTRI IHESU CHRISTI SANCTI SALVATORIS, REGNANTE DOMINO RANIMIRO REX SUB CHRISTI DEI GRACIA SISNANDO EPISCOPIS †ERMEGILDO AUBA CIALARIEO AC SI INDIGNO FECI ERA ML XVIII. Es decir, “En el recinto de nuestro Señor Jesucristo, reinando el rey Ramiro, bajo la gracia de Cristo [siendo] obispo Sisnando, el abad Ermegildo de Celariolo, aunque indigno, hizo [este monasterio] de San Salvador en la era de 1018 (año 980)”. Las lecturas dadas a esta inscripción sólo difieren en lo relativo a la interpretación de E rmegildo auba Cialarieo, que para Linage Conde hace referencia a un Ermegildo abad del monasterio de Celariolo, mientras que Gómez-Moreno, aun reconociendo la dificultad en la lectura que realiza, interp reta el auba / cialarieo como abbatiola -en sentido de pequeño monasterio- y reo ( Gómez-Moreno, 1919, p. 167). La hipótesis de don Manuel parece no obstante en exceso forzada. Sin embargo, la interpretación de este Ermegildo como abad del monasterio de Celariolo (cercano a León) no deja de plantear interrogantes. Sabemos por un documento del 975 que el abad de este monasterio se llamaba Ranosindo y, aunque el nombre de Ermegildo no sea excesivamente frecuente, pocos datos nos aporta el rastreo antroponímico. Sí sabemos de un Ermegildo abad, pero ya en el 1009, donde aparece en un documento de donación al monasterio de Pardomino (cf. Linage Conde, 1973, II, p. 584). Esta inscripción relativa a la fundación de San Salvador llamó poderosamente la atención del Dominicus que, posiblemente en el siglo XII, realizó las dos inscripciones alojadas en un sillar hoy empotrado en el muro meridional de la cabecera. La grabada en el letrero de la derecha es una desatinada transcripción de la fundacional del siglo X y dice así: “In aula dni nsi Ihu xpi csi salvatoris regnante dmo Ramino rex cialarie ermegildo abba oac si ing sub xpi diei gra Sisnando epis gino fecit era mª lª x viii dnicus notuit”. En la inscripción de la izquierda, haciendo abstracción de la desafortunada inspiración epigrafista de algún curioso de época reciente, se lee: “Qui in hac aula dei ingreditur sine mente bona neque vota valent neque dona ergo malas mentes deponant ingredientes”. El texto de esta hortatio se repite casi literalmente en una inscripción del tímpano de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Vieu (Ain, Francia), recogida por Favreau (vid. Robert Favreau, Épigraphie médiévale, Turnhout, 1997, p. 288), autor que señala su filiación con esta de San Adrián. Entre los renglones de ambas inscripciones se grabaron cenefas con variedad de motivos decorativos. Entre ambas y en letra cursiva aparece rudamente ejecutada la siguiente jaculatoria: “Ave fylia dey patrys ave mater dey fylya ave espon[sa]...”. A la riqueza epigráfica aún presente hay que añadir los testimonios hoy desaparecidos, como el citado por Ambrosio de Morales y Sandoval y transcrito por Gómez-Moreno, que recoge la traslación, probablemente de las reliquias de San Adrián y Santa Natalia, desde el monasterio de San Adrián al de San Salvador en 1268 (vid. supra). Del antiguo monasterio de San Adrián y Santa Natalia de La Losilla, fundado por Guisvando y Leuvina en el 920, los testimonios se reducen sólo a los restos del cancel, hoy en el Museo de León (n.º inv. 2809), y al fragmento de la inscripción fundacional publicado y fotografiado por Gómez- Moreno y según él “conservado por ventura en la casa rectoral de La Losilla”, aunque hoy día haya desaparecido. Su transcripción, completada con las que hicieron Morales y Sandoval, sería la siguiente: + HEC XPI AVLA S(anc)C(t)OR(um) ADRIAN ET [Natalie nomine dicata] INSTRVXIT D(e)I FAMVLVS GISVAD[o cum coniuge Leuvina] ERA DISCVRRENTE NOBIESCEN[tena octava et quinquagena] SIT TIBI D(omi)NE RATVM FAMVLOR P[urissimum votum] QVOD TIBI ALACRI DEVO[tione in honore tuorum testium paraverunt] SVSCIPIANT[ur a te pie Deus orationes miserorum QV[isquis hic tristis ingreditur reus a prece lectior inde redeat consecratumque est templum ab episcopis Cixilane, Fruminio et Fortis era DCCCCLVIII IIII idus octobris