Identificador
49630_01_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 51' 52.36'' , -5º 24' 44.08''
Idioma
Autor
Marcos Solana Ruiz
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Villalpando
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS está situada en la plaza del mismo nombre, en pleno centro de la villa. La primera noticia documental sobre ella data de 1174, año en que fue donada a San Isidoro de León por los hermanos Lorenzo y Domingo Pérez: Ego Laurentius Petri et Dominicus Petri frater meus, ob remedium animarum nostrarum et paremtum nostrorum damus ecclesie beati Ysidori et uobis domno Martino abbati et canonicis uestris ecclesiam Sancti Nicholai quam habeamus in Uilla Alpando. Dicha donación fue ratificada dos años después por Alejandro III. El 17 de noviembre de 1214 fue convertida en priorato por don García, abad de San Isidoro, a instancias del ya mencionado Lorenzo Pérez y del arcipreste Miguel que concedieron una serie de bienes para su sustento. La iglesia fue objeto de algunas reformas en los siglos XVI y XVIII que no consiguieron frenar su pro g resivo estado de deterioro. En 1978 se cerró al público ante la amenaza de ruina y en 1989 se produjo el derribo y posterior desplome de gran parte de su estructura, incluida la torre. Ésta fue reconstruida en 1994 por el arquitecto Antonio García Paniagua, mientras que el resto del templo se levantó de nueva planta según el proyecto de Gutiérrez de la Cuesta. El 25 de agosto de 1996 tuvo lugar la nueva dedicación. El edificio actual poco tiene que ver con la construcción original que constaba de tres naves separadas por arcos apuntados y rematadas en testeros rectos, característica ésta que define también la personalidad de otros templos de Villalpando (San Pedro). En el muro sur se disponía un pórtico de época posterior bajo el que se abría una portada de ladrillo con cuatro arquivoltas apuntadas y alfiz. De esta primitiva estructura sólo se ha conservado parte de su antiguo testero y los cuerpos inferiores de la torre. Tras el cambio de orientación de las naves experimentado en la última reconstrucción, el antiguo muro de cierre de la cabecera quedó integrado en la nave de la epístola. Se articula éste en dos niveles de arquerías ciegas de ladrillo formadas cada una por cuatro arcos de medio punto, en dos de los cuales se abrían aspilleras, actualmente cegadas. En contra de lo que es habitual, la zona interior de los arcos inferiores está formado en gran parte por cantos rodados entre hiladas de ladrillo que en origen irían enfoscados. A este sector del muro se adosa otro tramo con tres arcos más estrechos, en este caso íntegramente de ladrillo, que corresponde al testero de la primitiva nave de la epístola. El encuentro de ambos lienzos prueba que se trata de un añadido posterior por lo que hay que pensar que el plan original contemplaba una sola nave -como en San Pedro- al que posteriormente se le añadieron las laterales. A los pies de la primitiva iglesia se elevaba una torre de planta rectangular que también se ha conservado en parte. Estaba construida, en origen, en mampostería de cal y cantos rodados entre hiladas de ladrillo, si bien poco se ha conservado de ello tras la remodelación del siglo XVIII, el derrumbe de 1989 y su posterior restauración en 1994 en la que se huyó de todo mimetismo y se apostó por elementos contemporáneos que diferenciasen la aportación de los nuevos tiempos. Consta que entre 1751 y 1754 fue objeto de una importante reforma que afectó principalmente a los costados norte, sur y oeste que fueron rehechos en mampostería concertada y sillarejo. En la base se cegaron dos arcos apuntados que había en las fachadas meridional y septentrional, al tiempo que se adosaron potentes contrafuertes. En 1989 tuvo lugar el desplome de los lienzos sur y este que fueron reconstruidos en 1994 con hormigón visto, colocándose también una techumbre de madera recubierta de cobre. En el interior presenta cuatro cuerpos comunicados por una escalera de nueva factura. Los dos inferiores están ocupados por estancias rectangulares cubiertas con bóvedas de cañón apuntado sobre dos arcos fajones que descansan en impostas de nacelas. El tercer piso presenta retazos de varias épocas realizados en distintos materiales, si bien en lo fundamental es obra del siglo XVIII y de la reforma de 1994. Por último, el piso superior alberga el campanario propiamente dicho al que se accede por una escalera de caracol metálica. Los distintos autores que se han encargado del estudio de esta iglesia coinciden en asignarle una cronología que ronda el último cuarto del siglo XII apoyándose en la donación hecha a San Isidoro en 1174. Sin embargo, no se puede descartar que los restos conservados correspondan a una reconstrucción ligeramente posterior llevada a cabo en el primer cuarto del siglo XIII, coincidiendo, tal vez, con la fundación allí de un priorato bien dotado.