Identificador
49000_0063
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 30' 9.65'' , -5º 45' 8.76''
Idioma
Autor
Alejandro M. Respaldiza Zurimendi
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Zamora
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA de los Remedios se sitúa extramuros de la ciudad, en la Puebla de la Vega. Cerca de allí se levantaba el convento de predicadores y el cementerio judío. Guadalupe Ramos de Castro llegó a identificarla erróneamente con la ermita de Santa María de la Vega que se encontraba también en sus proximidades y de la que aún se conservan algunos restos. La tradición señala que la advocación actual deriva del milagro que tenía lugar todas las semanas en la ermita de Nuestra Señora de los Olleros, donde acudía a rezar santo Domingo de Guzmán en el tiempo que duraron las obras de su convento. Tras la celebración de la misa hallaba sobre el altar la cantidad de dinero suficiente como para pagar los gastos que iban generando los trabajos. Desde entonces la ermita cambió su nombre por el actual. A mediados del siglo XIX estaba agregada a la parroquia de Santa Lucía y según Madoz era “propia” de la cofradía de su nombre. Actualmente está al cuidado de las hijas de la Caridad que regentan desde 1904 el colegio anejo de San Vicente de Paúl. Es una construcción de principios del siglo XIII realizada en sillería de arenisca local. La parte mejor conservada es la correspondiente al muro sur, en el cual se encontraba la primitiva portada románica formada por un arco de medio punto doblado. En el siglo XVIII se cegó y en su lugar se abrió un ventanal rectangular. Se conservan también cuatro canzorros que soportaron la cubierta de un primitivo pórtico, ya desaparecido, que ocupaba toda la longitud del muro. La cornisa presenta el típico perfil de bocel y escocia, mientras que en los canecillos se advierte la alternancia de pequeños baquetones y medias cañas, tal como aparecen en las iglesias del Espíritu Santo, San Esteban y Santiago del Burgo. Sólo uno de ellos se decora con un barril. El muro septentrional -que se halla dentro del patio del colegio- fue recrecido en el siglo XVIII, eliminándose la primitiva línea de cornisa y abriéndose nuevos ventanales. En el hastial de poniente se levantó en 1858 una espadaña, obra de Manuel Antonio Pascual según traza y condiciones del arquitecto Saturnino García. A ella se adosó un pequeño porche que cobija un acceso también moderno. En el interior presenta tres naves separadas por pilares cruciformes sobre los que apoyan arcos formeros de medio punto doblados que fueron enmascarados por enlucidos y yeserías barrocas. En el segundo tercio del siglo XVIII el edificio fue objeto de una profunda reforma que alteró considerablemente su aspecto original. En ese momento se construyeron las bóvedas de las naves y la cúpula sobre el primer tramo de la nave central. La cabecera también se vio profundamente transformada por estas obras. El diseño original obedecía al tipo clásico zamorano, es decir, una capilla mayor de testero plano flanqueada por otras dos de las mismas características pero de menores dimensiones. La reforma barroca alteró este plan al construirse en el espacio de la central un camarín para la Virgen. Así pues, todo apunta a que nos hallamos ante un templo levantado en los primeros años del siglo XIII que sigue las mismas pautas constructivas que otros edificios románicos de la ciudad aunque con menores pretensiones. Santiago del Burgo y San Esteban parecen los precedentes más cercanos.