EN EL EXTREMO NORESTE DEL PUEBLO, fuera del segundo recinto amurallado, se encuentran los restos de la iglesia de San Lorenzo que formó parte de un pequeño monasterio situado extramuros en torno al cual se configuró un barrio al que dio nombre. Desconocemos la fecha en que se fundó este cenobio, el cual pasó a formar parte del dominio monástico de San Zoilo de Carrión de los Condes en 1226. Según recogió en su día Julio González, que lo tomó a su vez de otros autores, el 15 de marzo de ese año Fernando III donó a la casa palentina el monasterium Sancti Laurentii, in Villalpando. Con el paso del tiempo quedaría convertido en una simple parroquia. Del antiguo edificio sólo se mantiene en pie la torre de la iglesia y algunos restos a ras de suelo que permiten reconocer el trazado de la primitiva nave rematada en testero plano. La torre es una sólida construcción levantada en hormigón de cal y canto, con refuerzo de sillería en las esquinas y en el zócalo. El cuerpo de campanas, ya desaparecido, era un añadido posterior de ladrillo y se decoraba con varias arquerías ciegas y motivos geométricos. En el lado oriental de la torre se abre una puerta muy profunda y abovedada que da paso a un tramo recto de escalera al que sigue otro de caracol -en parte destruido- que se ilumina por medio de dos aspilleras abiertas en los muros sur y oeste. Sus propias características constructivas así como el grosor que presentan sus muros dan a los restos conservados un cierto aire de fortaleza. Aunque no se puede descartar del todo la existencia de una antigua torre defensiva a la que se adosara más tarde la iglesia, creemos más probable la construcción de dicha torre a partir del muro occidental del templo levantado en los primeros años del siglo XIII. En los muros norte y sur de la citada torre se aprecia claramente la zona de contacto de ambas estructuras. Pese a la parquedad de los restos conservados, parece evidente que la nave remataba en testero plano lo que emparentaría a la iglesia de San Lorenzo con las ya descritas de San Pedro y San Nicolás, construidas también a comienzos del siglo XIII.