LA IGLESIA ES DE NAVE única dividida en tres tramos, con ábside de planta cuadrada, arco triunfal sostenido por semicolumnas adosadas y zócalo rematado en su arista por una moldura abocelada. En el último tramo de la nave, en el muro norte, se abre un pequeño habitáculo que aloja la pila bautismal y junto a él, ocupando el hastial, el coro alto de madera. Todo este ámbito eclesial se encuentra arropado en el exterior por una serie de construcciones añadidas. Frente al muro meridional se levantó una dependencia que hacía por una parte la función de pórtico y por otra la de almacén o trastero. Desde este recinto se accede a la torre, de planta cuadrada, que se eleva a los pies del edificio. En el norte se erigió una pequeña sacristía, a la que se entra directamente desde el ábside, y contigua a ella la tapia de una larga huesera que precede por completo a los muros septentrionales de la nave y de la torre. En el interior, la cabecera se cubre con bóveda de cañón apuntado cuyo dovelaje está totalmente oculto por una gruesa capa de revoco moderno. En la nave se voltean tres bóvedas de arista y en el espacio central del atrio crucería octopartita. Los empujes del muro sur de la iglesia son contrarrestados al exterior por tres contrafuertes y dos más que flanquean la portada moderna. El tipo de aparejo varía según los ámbitos: siendo de sillería la sacristía y el ábside, y de mampostería el atrio, la torre, caja de la nave y huesera. La mayoría del edificio se construyó con piedra arenisca, salvo la zona superior de la cabecera y los capiteles del arco triunfal que se tallaron sobre caliza. De todo el conjunto la fase más antigua se corresponde con la cabecera, marcada por la ya señalada diferencia de materiales, aunque no puede descartarse, dada la uniformidad tipológica, la posibilidad de haber utilizado ambos en la misma etapa constructiva. En cualquier caso, ambas fases son de una época muy tardía dentro del siglo XIII. A esta cronología corresponden además la caja de muros, aunque muy reformada, los canecillos del alero y el arco triunfal. El resto del templo parece ser obra del siglo XVII e incluso del XVIII. De ser cierta la fecha de 1663 que da Navarro para la torre, tampoco sería de extrañar que alguna de las otras reformas fueran del mismo momento. Del aspecto escultórico únicamente merecen destacarse la pareja de capiteles, posiblemente remontados, sobre los que apea el arco triunfal, ambos con idéntica decoración figurada consistente en cuatro águilas, afrontadas dos a dos en los ángulos y compartiendo las cabezas. Son de traza poco hábil y relieve muy plano. El cimacio del capitel de la epístola muestra decoración de rombos excisos mientras que el del lado del evangelio se decora con una serie de flores hexapétalas en el interior, de círculos con bolitas superiores. Las basas de las semicolumnas adosadas tienen toro con línea de triángulos excisos y bolas angulares. En el exterior, el muro meridional de la nave todavía conserva algunos canecillos de nacela del primitivo alero románico.