DE LA PRIMITIVA IGLESIA románica se conserva la torre, una pila bautismal, un capitel descontextualizado, algunos canecillos reaprovechados y el arranque de lo que con toda probabilidad fue una galería porticada, estructura ésta en la que se aprecian cinco ventanales de medio punto, más el acceso del mismo tipo -seguramente muy transformados-, coronándose con una imposta de nacela sobre la que se elevó el muro en épocas modernas. La torre se encuentra adosada al muro septentrional de la iglesia y a ella se accede por un arco de medio punto abierto en el muro septentrional, en el que se aprecian numerosas marcas del trabajo de la piedra. La estructura tiene forma ligeramente troncocónica, articula en tres tramos decorados los dos superiores con dos arcos de medio punto a cada lado, separados por dobles columnas con capiteles decorados con motivos vegetales muy sencillos y el cimacio a nacela. Del segundo tramo las columnas y capiteles del lado occidental son nuevos, habiendo usado una piedra distinta que los diferencia de los demás; en el tercero se repite la misma distribución y decoración. Al exterior el muro se trabaja de forma continua sin percibirse las divisiones interiores. En el muro del evangelio existe una hornacina, dentro de ella y sirviendo de peana a una Virgen gótica se conserva la parte superior de una columna, con un trozo de fuste, el collarino y el capitel, decorado mediante hojas nervadas. También en el muro del evangelio se ha abierto una capilla de factura no románica, en cuya cornisa del muro meridional hay cinco canecillos decorados a base de nacelas superpuestas con una bola, exceptuando el del ángulo exterior con una sola nacela y un objeto cilíndrico orientado en vertical. El interior de esta capilla hace funciones de baptisterio, albergando una pila de grandes proporciones, 120 cm de diámetro x 88 cm de altura. Está realizada en piedra caliza, es cilíndrica y con subcopa troncocónica que apoya sobre un fuste circular. Se decora con doce arcos de medio punto, cuatro de los cuales albergan la escena de una consagración. Bajo el primero de estos cuatro arcos puede verse un concelebrante con una cruz en la mano, a su lado hay una columna que parece representar el fuste de una pila, de la que ha desaparecido la copa. El ayudante peina corta melena, los ojos, la boca y la nariz están deteriorados, viste alba de talle bajo plegada en su parte inferior. En el segundo arco está el sacerdote, figura barbada de la que también se ha dañado la nariz y la boca; con la mano derecha bendice el agua de la pila bautismal y con la izquierda sujeta, por delante de la columna, un libro de grandes proporciones, que se prolonga hasta el arco siguiente y está esculpido en horizontal. Viste alba plisada y casulla, la casulla se ajusta a los hombros, mientras que al elevar los brazos fuerza numerosos pliegues concéntricos en la parte inferior, bajo los que se percibe la estola. En el cuarto arco otro concelebrante, con la cara muy deteriorada, sujeta con su mano derecha el libro del arco anterior y con la izquierda un incensario.