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Pila bautismal

Identificador
40380_02_002
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 16' 15.17" , -3º 53' 2.73"
Idioma
Autor
Raimundo Moreno Blanco
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María Magdalena

Localidad
Sebúlcor
Municipio
Sebúlcor
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL de Santa María Magdalena se encuentra situada al sur de la localidad, cercana a la entrada de la población desde la vecina Cantalejo. Se trata de un edificio que ha sufrido distintas transformaciones a lo largo de su historia y que a día de hoy debemos catalogar como barroco pese a lo excesivo de las últimas intervenciones. En su interior alberga una pila bautismal de traza románica en una pequeña capilla cercana al hastial occidental y al muro del evangelio. Está labrada en caliza, su copa semiesférica de 110 cm se encuentra decorada con bocel en la embocadura, cenefa de líneas ondulantes y grandes gallones que alternan con otros menores en su parte inferior. En las enjutas entre los gallones mayores y como remate de los menores se sitúan rostros asomantes. Todos ellos parecen de la misma mano, y se caracterizan por la talla plana, rostro ovalado de prominentes mentones, ojos almendrados y simétricos sin marcar los párpados, nariz corta y recta, expresión contenida y grandes orejas circulares muy despegadas del rostro. Todo de factura popular que sólo logra la caracterización por medio de los distintos tipos de peinado que en poco varían y que agrupan el cabello en gruesos mechones por medio de simples incisiones; algunos rostros aparecen barbados. El pie se forma mediante tres bocelones, que sumados a la medida de la copa comportan a la pieza una altura de 90 cm. El modelo de rostros se puede rastrear en Castroserracín o San Martín de Sacramenia en la provincia de Segovia, y no lejos, en la de Burgos, en los ejemplos de Fuentelisendo (procedente del despoblado de Corcos), Hontangas, Torregalindo y Moradillo de Roa. Al interior se distingue la labra a trinchante, lo que sumado a sus formas nos hace pensar en una cronología tardía para la pila en torno a mediados del siglo XIII.
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