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Interior de la cabecera

Identificador
40237_01_056
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 29' 40.71" , -3º 57' 49.54"
Idioma
Autor
Raimundo Moreno Blanco
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa Marina

Localidad
Sacramenia
Municipio
Sacramenia
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SANTA MARINA está ubicada en las faldas de la colina en que se asentaba la Sacramenia medieval, a la misma altura que su vecina San Martín, a la que se une mediante la calle Iglesias. Desde el sur se accede a ella mediante unas escaleras que salvan el desnivel con la calle y desembocan en el atrio. A diferencia de hoy, a mediados del siglo XIX era el templo parroquial de la localidad para posteriormente, ya en el siglo pasado, utilizarse como aula alguna de sus dependencias. La planta actual responde a un sencillo modelo de nave rectangular adosada a la cabecera semicircular, torre en el costado septentrional y capilla y sacristía a mediodía, que debió llevarse a cabo en la primera mitad del siglo XIII. En poco ha de diferir del plan primigenio de la fábrica, pese a encontrarse rehecha y alargada la nave reutilizando antiguos materiales y no desechándose la posibilidad de la existencia al sur de un pequeño pórtico. Al exterior son contados los restos que nos han llegado de la fábrica románica, centrándose en la cabecera, compuesta con sillares calizos, muy desgastados los inferiores, que evidencian rastros de haber sido dispuestos en distintos intervalos de tiempo. La única huella medieval se centra en la decoración que ostenta el ventanal central con derrame al exterior, formado por una saetera trasdosada por arquillos de medio punto incisos y dos sumarios boceletes. El remate exterior lo forma un bocel corrido y festoneado con el mismo tipo de decoración incisa, aunque en este caso de tamaños desiguales, rematando en un guardapolvo ajedrezado. Adosada al costado norte se conserva la torre, que parece desmochada, construida con sillares escuadrados en los esquinales y enfoscada al exterior, se cubre con una cubierta de madera a cuatro aguas repuesta durante la amplia intervención de principios de la década de 1990. El acceso interior se realiza mediante dos tramos de escalera de caracol. No quedan restos románicos al interior de la nave, siendo bien distinto el caso de la cabecera, aunque como al exterior con huellas de haber sido muy reformada en sucesivas etapas. Se accede a ella por medio de un triunfal doblado y remontado que apea en semicolumnas de capitel liso y jambas al exterior. El presbiterio se articula mediante altos arcos de medio punto que alcanzan la altura de la imposta -de listel y chaflán- perforados en su interior para acoger un vano y el acceso a la sacristía respectivamente. Corre por el hemiciclo un banco de fábrica que se ornamenta con una cenefa de billetes -perdida en buena parte- sobre el que se asientan cinco arcos de medio punto quedando el primero, tercero y quinto abiertos para iluminación. Los tangentes comparten elementos sustentantes que arrancan, según los casos, de dobles basas formadas por dos toros contrapuestos con incisiones a bisel o directamente sobre el banco para continuar con escuetos fustes y rematar en capiteles de largas hojas planas de punta avolutada -los dos centrales- o lisos, al igual que los cimacios. En el interior del cuarto arco y cercano al capitel izquierdo se encuentra reutilizado un relieve cuyas significación y datación son complicadas por igual debido a la descontextualización y lo peregrino de la iconografía. Se trata de una figura femenina de ruda talla, con las manos alzadas -abierta la izquierda desde el punto de vista del espectador y cerrada la derecha- que viste traje engalanado con volantes ondulados que caen en distintas capas. Se adorna con un colgante esférico que pende de grueso cordón y varias esferas a la altura del pecho. El rostro es completamente circular e inexpresivo, de incisa nariz recta, ojos almendrados y escueta boca enmarcada por prominentes labios; el cabello se dispone alrededor del perímetro craneal asemejándose a un nimbo. De época posterior a la que aquí se trata datan las pinturas que adornan el hemiciclo, fechadas en la más alta de sus cartelas en 1436. En la bóveda del hemiciclo, ocupando la parte superior del cuarto de esfera aparecen restos de lo que en su día fue un Pantocrátor representado en el interior de una mandorla y acompañado, entre otras figuras, en el exterior por el tetramorfos. En el interior de la capilla adosada al costado de la epístola se ubica la pila bautismal. El vaso es una pieza hemisférica de 137 cm de diámetro alzada sobre un pie cilíndrico de 51,5 cm de altura cuya única decoración es una faja lisa cercana a la embocadura y un bocel en la zona de unión de copa y pie.