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Interior

Identificador
49177_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 13' 38.38" , -6º 1' 2.25"
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santa María de Torremut

Localidad
Alfaraz. Dehesa de Torremut
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL EDIFICIO ES DE MUY reducidas dimensiones, con una longitud total, exterior, que ronda los 16,5 m, y una anchura de nave, también en el exterior, que no llega a los 6 m, expresión de la menguada población que siempre tuvo el lugar. Está construido a base de mampostería de granito blanco, con esquinales y vanos del mismo material. Consta de cabecera cuadrada, una nave, con portada al sur y espadaña a los pies, y todo ello, salvo el campanario, es románico. Al norte, pero independiente del templo, se adosa un edificio usado hoy como cochera. La cabecera es cuadrada, con cubierta a dos aguas, en madera, todo muy sencillo, con abundantes tableros de alquerque incisos en los sillares de las esquinas. En el testero se aprecia una ventanita abierta en un solo sillar, pero hoy se encuentra cegada. Se conserva completo el alero románico, al norte con seis canes, uno roto, otro erosionado, tres de chaflán -uno de ellos con pequeño rollo-, y el último con tosca cabeza humana. La cornisa presenta un frente de amplio caveto enmarcado entre dos pequeños bocelillos, idéntica a la de la iglesia de Santiago del Burgo, en la capital. En el lado sur la cabecera tiene un ventanal posmedieval y conserva siete canecillos; dos de ellos de chaflán, otros dos con medios boceles en paralelo, otro con motivo geométrico de entrelazo, otro con cabeza bovina y otro más con media caña flanqueada por medios boceles, un tipo muy repetido también en iglesias de la capital, como en el mismo Santiago del Burgo, en Nuestra Señora de los Remedios o en el Espíritu Santo. La cornisa repite el esquema de la septentrional. La nave es ligeramente más ancha y hoy presenta la misma altura que la cabecera, aunque en tiempos debió ser mayor, pues se ha perdido todo el alero románico. Los muros son sencillos, de mampostería revocada, abriéndose en el centro del muro sur la portada, situada a ras de muro, con arco de medio punto doblado, apoyando en pilastras también dobladas, con impostas de listel recorrido por incisión y chaflán, un modelo que se encuentra también en la iglesia sayaguesa de Carbellino, aunque en este caso el perfil es de nacela. Otras portadas similares aparecen en Figueruela de Arriba, Castro de Alcañices, Marquiz de Alba, Mellanes, Pobladura de Aliste, Rábano de Aliste -en este caso ligeramente apuntado- o Las Torres de Aliste, siempre en un entorno claramente rural. El hastial es macizo, también de mampostería, y sobre él se eleva una espadaña que seguramente se construyó a fines del siglo XIX o ya en el XX. El interior de templo está muy descuidado, totalmente revocado, con cubiertas de madera. Destaca el arco triunfal, de reducido tamaño, casi como una pequeña puerta que comunica cabecera y nave, aunque no llega a tener la morfología del arco portada que se ve en Santiago de los Caballeros o en las iglesias sorianas de Fuentepinilla o en la desaparecida de San Miguel de Parapescuez. Se parece más bien al arquito que aparece en el templo alistano de San Juan del Rebollar, formado por arco de medio punto, doblado tanto hacia la cabecera como hacia la nave, con pilastras dobladas e impostas de listel y chaflán. Resulta de este modo casi una réplica de la portada. Nos hallamos pues ante un templo levantado por una reducida comunidad, siguiendo un esquema constructivo muy popular pero inspirado en algunos elementos de las más importantes iglesias de la capital de hacia 1200, fecha por tanto en torno a la cual pudo edificarse también la de Torremut. Su situación actual es crítica, por el abandono y por las dos encinas que crecen junto a sus muros, que ya empiezan a agrietarse. Se conserva aquí una talla de madera policromada de Cristo crucificado, obra gótica que en los libros parroquiales de 1767 se le denomina Santo Cristo de las Aguas. Debió formar parte de un calvario, con San Juan y la Virgen, según aparece en una relación del mobiliario que se conservaba aquí a comienzos del siglo XVIII: “Una baptismal pila sana y entera; un altar biejo que se compone de tres tablones toscos y mal pintados y en medio un Cruzifijo grande, talla en su cruz y en los lados un San Juan y una Madalena antiguos de talla... unas enaguas de lino en el santo Cristo... una campanilla pequeña en la torre y una cruz de yerro en el campanario”.