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Imposta del arco triunfal

Identificador
34306_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 56' 45.48'' , -4º 58' 52.60''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Santa Marina

Localidad
Belmonte de Campos
Municipio
Belmonte de Campos
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL PUEBLO atesoró un importante patrimonio monumental, pues además del castillo y de la iglesia parroquial de San Pedro, la villa contó al menos con cuatro ermitas más dedicadas a Santa Águeda, Santa Cruz, El Salvador y Santa Marina o del Cristo. Éstas fueron desapareciendo con el paso del tiempo perdurando su memoria en el nombre de los pagos en que se levantaron, salvo la última que ya fue citada, a mediados del siglo XIX, por Pascual Madoz: “y una ermita con el título del Sto. Cristo de Santa Marina, sit. como á 1.000 varas N. de la v.”. Hoy es un maltrecho edificio abandonado, casi en ruinas, localizado a unos 500 m del pueblo, muy cerca de un cruce de caminos y de una fuente de agua potable que alimenta a un arroyo. La ermita se encuentra rodeada de campos de cereal e invadida por una frondosa vegetación que oculta parte de su fachada meridional. Se trata de una construcción tardorrománica levantada en sillarejo de piedra caliza y mampostería, con algunos añadidos posteriores de ladrillo y tapial. Presenta planta rectangular de una sola nave y una cabecera cuadrada que parece corresponder a una reforma más moderna, probablemente del siglo XVI o XVII. Mientras que la nave se cubría con techumbre de madera, la capilla mayor lo hacía con bóveda de arista, si bien ni una ni otra se han conservado. Separando ambos espacios se abre un arco de medio punto que descansa sobre una ancha línea de imposta decorada con un sencillo bocel y varias filas de tacos. El único elemento románico que merece la pena ser resaltado es la portada que se abre en el lado sur, difícil de contemplar en nuestra visita debido a los arbustos que habían crecido frente a ella. Aún así se puede distinguir un antecuerpo saliente de sillería rematado por un tejaroz soportado por diez canecillos de nacela. La portada propiamente dicha consta de un arco apuntado liso y cuatro arquivoltas con bocel en la arista que apoyan sobre columnillas acodilladas decoradas con capiteles esculpidos que, debido a la erosión, han quedado reducidos a simples masas amorfas de complicada identificación. Resulta difícil asignar una cronología precisa para este tipo de construcciones tan modestas en las que no existen suficientes elementos de juicio -ya sean documentales o artísticos- como para proponer una datación más o menos exacta. Pese a todo, y tomando como argumento la articulación de la portada, no parece descabellado apostar por los primeros años del siglo XIII como posible fecha de construcción de la ermita.