EL ANTIGUO TEMPLO PARROQUIAL DE PIÑERES se localizaba en la Vega de San Pedro, una finca privada situada al lado del cementerio, en la falda de la montaña del norte. De esta iglesia, consagrada a San Pedro, solamente se conservan el basamento y una portada, que fue trasladada a otro templo, situado en el Barrio de Cortina, que pasó a desempeñar funciones parroquiales en Piñeres. Este último edificio es de carácter historicista y fue construido en el siglo XX cerca de la carretera, entre otras razones, para facilitar el acceso al culto, que dejó de celebrarse definitivamente en la antigua iglesia parroquial por estar situada a bastante altitud con respecto al fondo del valle y lejos del mismo. La portada románica de Piñeres consta de un arco de medio punto protegido por guardapolvo que reposa sobre capiteles imposta y a la vez sobre pilares de sección rectangular. Los capiteles imposta se decoran en la cara exterior mediante puntas de diamante, bolas y finos billetes, y en la interior con hojas de castaño, disponiéndose en las esquinas cabezas humanas. Completan la decoración de la portada, el guardapolvo, decorado mediante puntas de clavos y esferas, y las basas, que se ornan con pirámides sobre las que se encuentran bolas. Una de las testas de los capiteles imposta se repite de manera idéntica en un canecillo del cercano templo de Serrapio, al igual que las puntas de diamante que también están presentes en numerosas iglesias de los valles de Lena y Mieres, como San Martino, La Rebollada, etc. Por los escasos elementos que han llegado a nosotros, se deduce que Piñeres se vincula estilísticamente al templo de Serrapio y a otros cercanos, como San Martino, aunque a este último en menor medida.