ALT ÀNEU

El municipio de Alt Àneu, situado en la parte más septentrional de la comarca, está constituido por ocho núcleos de población que se distribuyen a lo largo de los valles de los ríos Noguera Pallaresa y Bonaigua. A él se llega desde Sort siguiendo la carretera C-13 hasta Esterri de Àneu donde enlaza con la carretera C-28 en dirección al Puerto de la Bonaigua, la cual pasa por València d’Àneu, la principal población del término, y con la C-147, que asciende por el valle del río Noguera Pallaresa. El municipio es el fruto de la fusión de los ayuntamientos de Isil o Gil, Son, Sorpe y València d’Àneu, y de los agregados de Àrreu, Isavarre, Boren y Unarre en 1970. Su geografía, de abundantes ríos y suelos en pendiente, limitaron las posibilidades de contar con espacios para el cultivo. Las torres y los castillos que se construyeron en la zona tuvieron una función  más de control de las vías de paso que de instrumento dinamizador de la ocupación poblacional. La preexistencia de bastantes de las villas, llevó a que las iglesias se ubicaran en sus afueras. El valle de Àneu formó parte del condado de Pallars, gobernado por los condes de Toulouse desde 804 hasta 872, cuando Ramon I de Pallars y Ribagorza se proclamó independiente. La primera mención del valle figura en un precepto de 835 otorgado por Luis el Piadoso en el que se ordenaba que nadie osara usurpar una serie de territorios dependientes del obispado de Urgell, entre los que se incluía Anabiensem. En el año 860, un diploma otorgado por Carlos el Calvo a favor de la catedral de La Seu d’Urgell menciona el pagus Anabiensis. Similar mención aparece en algunas bulas pontificales de Agapito II (951), Silvestre II (1001), Benedicto VIII (1012) y Urbano II (1099). Guillem II, el primer conde del Pallars Sobirà situó su centro político en el castillo de València d’Àneu, donde residió la primera de las tres dinastías de condes de Pallars. El valle de Àneu dispuso de un sistema autónomo de autogobierno político y eclesiástico, tal y como se refleja en el Libro de Privilegios y Ordenaciones aprobado por el conde Hug Roger II en 1398, y conservado en manuscritos redactados entre 1408 y 1424.

Castillo de València d’Àneu

València de Àneu es un pueblo situado en la margen derecha del río Bonaigua, que conserva los restos de su antiguo castillo ubicados en lo alto de un cerro al este de la localidad. Según algunos autores, su nombre podría estar relacionado con el de alguna de las condesas pallaresas, como Valença de Tost o Valença I de Pallars Jussà. Su origen se encuentra en el emplazamiento actual, donde se ubicó el edificio más antiguo conservado en la zona, la iglesia de Sant Andréu, la cual dista unos 200 m del castillo, por lo que podría haberse dado inicialmente un proceso de encastillamiento, con un traslado de la población situada cerca de la iglesia al lado del castillo y, posteriormente, un proceso inverso, de desencastillamento, con un nuevo desplazamiento hacia la iglesia, ya en el siglo xviii.

El castillo, conocido también por los nombres de castillo de Pallars, de Segura y de València, se levanta en la Sierra de Giroles, en un contrafuerte rocoso desde el que se dominan las dos vías de paso naturales de los ríos Noguera Pallaresa y Bonaigua. Por el Norte controla, junto al castillo de Portarán, el camino de Esterri hasta el valle de la ribera de Isil, que lleva a Occitania por el puerto de Salau, y por el Sur el camino Real al valle de Aran, por el puerto de Petrae Albae, redenominado posteriormente como de la Bonaigua. Los orígenes del castillo se sitúan a finales del siglo xi, en el marco de reordenación general del territorio, durante el proceso de feudalización del Pallars, que se dio entre los siglos ix y xi, y que arranca con la formación del condado en el año 872. Con esta finalidad se creó una red de castillos y torres con funciones militares y fiscales relacionados con caminos, puentes y mercados. El castillo condal de València de Àneu constituía el centro neurálgico del sistema de castillos y torres que defendían los valles de Àneu. Fue la residencia estacional más septentrional del condado de Pallars, el centro político y administrativo de los valles de Àneu y el lugar donde se almacenaban los archivos hasta que cayó en manos de la casa Cardona. A pesar de este temprano origen, la primera mención a la fortaleza data de 1281, con motivo del reconocimiento del conde Arnau Roger I al rey Pedro el Grande del dominio directo del condado como prenda por su rebelión de 1275-1280. A causa de su situación estratégica, en la época bajomedieval, la función principal del castillo acabó siendo militar, con lo que la población se desplazó a extramuros y se constituyeron los núcleos de València de Àneu y Esterri de Àneu que se desarrollaran al entorno de sus respectivas iglesias parroquiales. A finales del siglo xv el castillo tuvo un papel importante en la guerra que enfrentó el conde Hug Roger III contra el rey Juan II y su hijo Fernando el Católico. El castillo fue la única fortificación de los valles de Àneu en uso en el siglo xvii, aunque los memoriales e inventarios de los procuradores de la época insistían en la necesidad de restaurarlo. A finales del siglo xvii fue abandonado y los habitantes se desplazaron alrededor de la iglesia de Sant Andreu, llevándose consigo piedras del castillo para construir sus propias casas y dejándolo en ruinas en 1788. Tanto València de Àneu como Esterri, fueron saqueados por el general Ricardos en 1794, y durante la primera guerra carlista, en 1836, València fue escenario una batalla entre los carlistas del cabecilla Cames crues y los liberales capitaneados por Pascual Madoz. Dada su situación privilegiada, tras la Guerra Civil española, en el curso del posterior conflicto maqui, entre 1944 y 1945, el castillo de Pallars fue empleado por las tropas franquistas como emplazamiento para cañones antiaéreos, trincheras y nidos de ametralladoras,.

El castillo es un recinto fortificado cuya irregular planta se adapta a la montañosa topografía de la sierra de Segura con dos zonas, la villa amurallada en poniente, situada en el recinto inferior, que terminará englobado en la fortificación, y el recinto superior con el castillo. Está ubicado en la parte alta y separado del pueblo por un foso de 9 m de ancho y 6,3 m de fondo, excavado en la roca natural y salvable con un puente levadizo. El foso fue producto de una reforma que se acometió entre los siglos xii y xiii, en la que también se dotó a la muralla de una torre de planta cuadrada. El acceso al recinto superior debía de situarse entre los lienzos del lado noreste, aunque el paso se realizaba, más adelante, por el lado suroeste a través de un camino. La defensa de los accesos inmediatos al recinto castral se resguardaban mediante dos barbacanas que cerraban por ambos extremos la entrada hacia el foso. La barbacana septentrional, de mayor volumen que la meridional, y en una posición más difícil de defender, quedaba protegida en el extremo noroeste por una bestorre con unas paredes de 2,3 m avanzada en 3 m de la línea amurallada y que medía 7 m de ancho.

El recinto suerior mide 90 m de largo y 30 m de ancho, y está rodeado por una muralla con un grosor de 2,8 m con forma elipsoidal en el Norte y recta en el Sur, que encierra un perímetro de 2.500 m². Los muros que cierran el perímetro por el Sur, tienen un grosor menor, que oscila entre los 2 m al Sureste y 1,2 m al Suroeste. Del muro meridional se conserva algún paramento que podría corresponder a la misma fábrica, aunque está alterada por las sucesivas fases de construcción. Del castillo original se conserva la muralla del muro norte con sus torres, alterada, en algunos tramos por construcciones modernas como en la zona noreste, donde se levanta una bestorre que conecta con el paño de muralla del cierre septentrional, y en la zona noroeste está arrasada.

La zona norte del recinto superior seria el patio mayor que ejercía como patio de armas, mientras que la defensa del castillo se concentraba en el Sur, más accesible orográficamente. En el interior se encontraba el mercado, y era el lugar donde los vecinos se refugiaban en caso de ataque. Se observan diversas estructuras que evidencian la larga secuencia ocupacional del recinto. El sector suroeste del recinto es la más antiguo aunque muchas estructuras corresponden a la reedificación de los siglos xvi y xvii. Del castillo viejo, situado en el Suroeste, puede observarse una habitación central de 125 m cuadrados y, en poniente, adosado en la parte central de su muro septentrional, un habitáculo rectangular de 16 m de largo por 9,5 m de ancho. Sobre la muralla Sur, se sitúan dos construcciones de planta rectangular de 8 m por 5,5 m dispuestas en dirección Este-Oeste, que corresponden a las cisternas medievales del castillo. En el ángulo Sureste hay una de las puertas de acceso al castillo a través del patio exterior del Sud del recinto inferior y las obras realizadas entre los siglos xv y xvii. En el espacio superior se alzaba la torre blanca, que albergaba la prisión o la capilla, relacionada con las estructuras del extremo noreste.

El recinto inferior era un recinto fortificado rectangular de unos 300 m^2, adyacente al recinto superior, que mide 300 m de largo por 60 m de ancho. En el perímetro interno de dicho recinto se hallaba el núcleo de València de Àneu, con edificios y calles dispuestas de forma escalonada y descendiente. El poblado estaba defendido por una tercera muralla con bestorres que se extiende por la loma hasta conectar con la muralla del recinto inferior del castillo. A partir de 1990 se han realizado diversas excavaciones arqueológicas del conjunto formado por el castillo y el poblado anexo. Todavía se conservan piedras de entre 25 cm y 30 cm de diámetro lanzadas por los fundíbulos.

Texto y foto: Marc Estola i Tantull

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