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Detalle del capitel y cimacio del interior del ábside

Identificador
31494_03_026
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 33' 58.83'' , -1º 30' 2.96''
Idioma
Autor
Carlos Martínez Álava
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Lerga
Municipio
Lerga
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
EN EL INTERIOR, en una capilla del lado del lado norte, se venera una talla de la Virgen con el Niño (69 x 31 x 28 cm). La imagen se encuadra dentro del románico y se incluye, de acuerdo con la clasificación de Fernández- Ladreda, en el grupo de imágenes rurales, que junto con la de Domeño y la de la colección Huarte constituyen uno de los tipos. La talla reproduce el esquema de Sedes Sapientiae, con María sentada extendiendo los brazos en ángulo y estrictamente paralelos para significar su papel de Madre de Dios, que presenta su Hijo a los fieles; ni lo protege, ni lo acaricia, se limita a mostrarlo. El Niño, a su vez, se sienta en el regazo de su madre, con un leve desplazamiento hacia la izquierda, que queda compensado por la mano derecha, con la que bendice mientras que la otra, recogida, sostiene el libro. El atuendo se ajusta a una de las posibilidades habituales, que en el caso de María consiste en túnica con ceñidor de correa, manto y velo, mientras que en el Niño se suprime el último elemento, todo ello tratado con sobriedad y geometría, lejos de la abundancia de plegados de muchas de las imágenes derivadas de los modelos de Pamplona e Irache. Sólo en la zona de los hombros -con superficies de ondulaciones verticales-, en el velo -que cae en ligero zigzag conformando pequeñas pinzas- y en la parte inferior de la túnica -con escasos pliegues superpuestos tratados con algo de gracia- el escultor quiso enriquecer el tratamiento del atuendo. Ya hemos aludido al libro que porta Cristo, atributo que se completa con la bola de la Madre, además de las coronas, que en el caso de la Virgen se ha reducido al aro; no así en la otra figura, que la conserva íntegra. Vale la pena resaltar la calidad de los rostros, de cara ovalada, nariz recta y fina y boca pequeña, que logran transmitir esa lejanía y ausencia, tan conveniente al misterio religioso, pero desde lo grato. En cuanto a la cronología, tanto Clavería como Fernández- Ladreda la sitúan entre el siglo XII y XIII, aunque, frente a la amplitud del primero, la segunda ajusta las fechas entre los años finales de uno y los comienzo del otro, avance justificado por la mayor modernidad que se plasma en el tratamiento de los atuendos. Nada sabemos acerca de si esta talla se hizo desde el comienzo para esta iglesia o se trata de la original del vecino monasterio de Yarte, priorato que dependía de Irache. Argumento a favor de su procedencia de Yarte es una descripción inédita de dicho priorato, según la cual, en el siglo XVII, quedaba en el Altar Mayor una Ymagen de Nuestra Señora de bulto con su Niño Jesús vestida de damasco dorado con un manto de tafetán blanco. El argumento en contra radica justamente en que la talla no sigue el modelo irachense, tan repetido en otras tallas marianas navarras. Para la recién recuperada iglesia de Yarte se ha realizado una réplica de esta estatua en el año 2007, momento en el que se aprovechó para restaurar la talla original, restauración que se ha concentrado principalmente en la desinsectación, consolidación de la madera, limpieza y algunas reintegraciones volumétricas y pictóricas. No se consideró oportuno reponer los pies del Niño.