LA ERMITA DE SAN NICOLÁS es un edificio levantado en sillería caliza que consta de una nave rectangular techada de madera y una capilla de testero plano cubierta con bóveda de crucería. Pese a la simplicidad estructural que presenta a primera vista, hay que señalar que un análisis detallado de la misma permite apreciar varias reformas que alteraron de manera considerable su fábrica original. De esta manera, comenzando por su lado septentrional, observamos allí dos fases constructivas claramente diferenciadas, por un lado la correspondiente a la cabecera y por otro a la nave. En el caso de la primera se observa una antigua línea de siete canecillos que marcaba la primitiva altura del muro y por encima de ella otra que coincide con la de la nave, la cual debió de ser construida en un segundo momento. La portada se abre en este mismo lado, formada por un arco apuntado liso seguido de una arquivolta biselada y otra con bocel. Por encima de ésta quedan todavía los mechinales y los canzorros que soportaron la cubierta de un pórtico desaparecido. En el lado oriental de la cabecera corre una imposta biselada sobre la que se abre un ventanal formado por dos arquivoltas de medio punto con moldura de bocel que se extiende también por las jambas. En la parte inferior se dispuso en época más moderna un arcosolio destinado probablemente a un uso funerario. El costado meridional de la ermita es el que presenta un mayor interés desde el punto de vista arquitectónico por cuanto deja ver cómo el edificio actual es sólo una parte de una construcción de mayores dimensiones. En efecto, en el muro de la cabecera se observa un arco cegado en el que luego se abrieron un óculo y un pequeño vano. Junto a éste quedan restos del arranque de un pilar y de un nervio con bocel lo que evidencia la existencia de un espacio contiguo o capilla que se cubría también con bóveda de crucería. Por otra parte, en el lienzo correspondiente a la nave aparecen otros dos grandes arcos, también cegados, separados por pilares con dobles columnas en dos de sus frentes. Estos arcos, que presentan capiteles de traza más bien gótica, eran los formeros que separaban la nave actual de otra que hubo al sur. Dicho de otra manera, estamos ante los restos de una antigua iglesia de al menos dos naves -probablemente tres-, de la que sólo se conservó una, la del lado del evangelio, que acabó por convertirse tras sucesivas re f o rmas en un edificio independiente, de modo parecido a lo que ocurrió con la cercana ermita de Nuestra Señora del Socorro de Población de Campos (Palencia). Respecto al encuadre cronológico que se puede asignar a esta construcción, hay que señalar que tanto los elementos puramente estructurales (arcos apuntados y bóvedas de crucería), como los estrictamente decorativos -especialmente los capiteles dobles de la capilla que se decoran con seres fantásticos de labra tosca y estética gotizante- apuntan ya hacia una fase tardía e inercial del estilo, que entra de lleno en la primera mitad del siglo XIII.