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Canecillo de la cornisa del ábside

Identificador
40517_02_043
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 21' 13.2" , -3º 34' 13.62"
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Cristóbal

Localidad
Barahona del Fresno
Municipio
Riaza
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA SE ENCUENTRA enclavada en la parte suroriental del pueblo separado unos pocos metros de las construcciones más próximas. El aspecto actual del edificio es fruto de las numerosas reformas, algunas de ellas documentadas, y de la restauración sufrida en fechas recientes, que ha puesto de manifiesto algunas estructuras internas del templo hasta ahora ocultas. La fábrica original estaría formada por una nave, y una cabecera compuesta por ábside semicircular y tramo recto correspondiente al presbiterio. Posteriormente se añadieron estancias en los laterales, en el lado sur la sacristía y una larga estancia rectangular que ha sido utilizada como almacén hasta fechas recientes, y en el lado norte un atrio que resguarda la portada de accedo al interior del templo. Asimismo sobre el muro occidental de la nave se construyó una espadaña también de sillería formado por dos estilizadas troneras de arco de medio punto y remate a piñón. El edificio original románico, nave y cabecera, se encuentra construido con buena sillería en la que son visibles numerosas marcas de cantería repartidas por todo el tambor del ábside y los muros presbiteriales. La cabecera del templo se anima tan sólo mediante dos ventanas ubicadas en el ábside, la central con forma de arco de medio punto liso doblado abocinado sin motivos decorativos y la situada en el lado sur mucho más sencilla conformada simplemente por un arco de medio punto. Debido a la colocación de un retablo en el ábside, ambos vanos se encuentran actualmente inutilizados y esta parte de la iglesia debe iluminarse con luz artificial. Completa la decoración de la cabecera una rica colección de canecillos, sustentando una cornisa con la arista matada por bocel, entre los cuales destacan algunos de temática sexual como un hombre mostrando abiertamente su miembro o una mujer embarazada, unos temas que se repiten en otras iglesias segovianas como Pecharromán, Sequera de Fresno o Ventosilla y Tejadilla; en otros canecillos se tallan rostros humanos con diferentes expresiones, cuadrúpedos, un hombre tocando la trompeta, un lector o una máscara con fauces entreabiertas. En 1634 la iglesia de Barahona contrata a los canteros Pedro de Salamanca y Bartolomé de Dios por 4150 reales para que realicen una serie de reparaciones en la capilla mayor y en el tejado de la iglesia y curiosamente también se les exigía en el contrato reconstruir cornisas y poner y restaurar los canecillos deteriorados, por lo que es posible que algunas de las piezas no sean las originales. Ubicada en el lateral oriental del atrio, la puerta de acceso a la iglesia tiene ya rasgos claramente gotizantes, compuesta por un arco de medio punto decorado por pequeñas bolas y protegida por un guardapolvos baquetonado. El interior del templo de carácter muy austero presenta un esquema repetido en muchos templos románicos con la nave cubierta con una armadura de madera y la cabecera abovedada, el presbiterio con bóveda de medio cañón y el ábside muy probablemente con bóveda de horno, aunque esto último no lo podemos confirmar al estar oculto tras el retablo. Durante la última restauración se descubrieron dos arcos apuntados en el lado sur de la nave que dan paso a una estancia rectangular adosada a la nave por su lado sur, cuya construcción se debe muy probablemente a la necesidad de aumentar el espacio interior ensanchando la nave de la iglesia. Con el paso del tiempo los arcos se cegaron y como ya hemos apuntado anteriormente la estancia resultante fue aprovechada como almacén. El paso desde la nave hacia la cabecera se realiza a través de un arco ligeramente apuntado que apoya en columnas lisas apoyadas en sencillas basas áticas sobre pequeño plinto y coronadas por unos capiteles de temática vegetal formados por hojas lobuladas de diferentes tamaños que anuncian ya una decoración próxima al estilo gótico y que nos indican, por tanto, la tardía cronología, mediados del siglo XIII, de esta iglesia. Los cimacios de nacela situados encima de las cestas acaban desarrollándose en forma de imposta por todo el presbiterio y el ábside. En el interior de la cabecera, los muros del presbiterio se articulan mediante arcos de medio punto ciegos con las jambas aboceladas, uno de ellos, el meridional, modificado al situar en él la puerta adintelada que da paso a la sacristía. Esta forma de animar los muros del presbiterio se repiten de forma muy similar en iglesias como Santa Marta del Cerro, Perorrubio o Pradenilla por citar sólo algunos ejemplos. La nave tiene un pequeño coro ubicado en la parte occidental de la iglesia bajo el cual y en el ángulo noroeste está la pila bautismal (109 cm de diámetro x 78 cm de altura total x 16 cm de pie.) dispuesta sobre una doble escalinata circular, de copa semiesférica decorada con dieciséis gallones tallados también por la cara interna del vaso.