Identificador
09125_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 38' 52.95'' , - 3º 54' 43.94''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Fuenteúrbel
Municipio
Basconcillos del Tozo
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL PUEBLO SE EXTIENDE a lo largo de una pequeña hondonada al pie de un montículo a cuyo abrigo se construyó la iglesia. Se trata de un edificio románico que presenta al menos tres fases constructivas claramente diferenciadas. Por un lado la fase románica, correspondiente al tránsito del siglo XII al XIII, que comprende parte de la nave y la cabecera, construida ésta siguiendo los mismos patrones arquitectónicos y decorativos que otros templos del entorno (La Piedra, Boada de Villadiego y la ermita de Sotresgudo). Hacia finales del siglo XIV o comienzos del siglo XV se reformó la nave, construyéndose en esos momentos las bóvedas de crucería octopartita que se pueden ver en su interior, así como los contrafuertes del lado norte. Por último, en el siglo XVI, se añadieron el tramo de los pies y la torre. El ábside se compartimenta en tres paños separados por dos columnas entregas coronadas por capiteles idénticos a los de La Piedra, uno decorado con dos mascarones de cuyas bocas salen serpientes y el otro con dos leones atacando a una presa. En el paño central se abre una ventana de similar esquema ornamental que las de los templos antes mencionados, con delicados roleos en la rosca del arco y labores geométricas en los fustes. Otra ventana más sencilla se dispone en el muro sur del presbiterio, formada por un arco moldurado con boceles y una columna con una máscara antropomorfa como capitel. La cornisa está sustentada por una colección de canecillos de variada figuración, entre los que destacan un músico con los ojos vendados, un lector, una sirena, dos aves decapitadas, una cabeza con una especie de turbante y varios animales, todos ellos igualmente repetidos en La Piedra. El acceso al interior se realizaba originalmente por una portada abierta en el muro sur de la nave que ahora da paso a la sacristía. Se compone de un arco apuntado liso, una arquivolta de bocel y una chambrana con semicírculos afrontados, motivo éste que se repite en otras portadas de la zona, como Arenillas de Villadiego, Villusto y Villorejo, entre otras. La cabecera se cubre con bóveda de horno en el ábside y de cañón ligeramente apuntado en el presbiterio. El arco triunfal apoya en dos columnas con capiteles ornados con escenas ecuestres, el de la izquierda con dos jinetes afrontados separados por una figura mediadora que sujeta las bridas de los caballos y el derecho con otro jinete, ataviado con cota de malla, escudo y yelmo, que es atacado por un gran cuadrúpedo que muerde su lanza. La primera escena está vinculada a una institución eclesiástica que recibe el nombre de Tregua Domini o Tregua de Dios, implantada para frenar en lo posible las frecuentes guerras privadas que mantenían los señores feudales entre sí. Para remediar esta situación la Iglesia impuso a través de los sucesivos concilios y sínodos celebrados en los siglos XI y XII una limitación temporal para dichas disputas, prohibiendo todo acto de violencia durante determinados días de la semana que variaban según los casos. De esta manera, el personaje que media entre los jinetes aludiría alegóricamente a la intervención eclesiástica y a su función pacificadora, tal como podemos ver también en otras iglesias burgalesas (Boada de Villadiego, La Cerca y Los Ausines), palentinas (Gama, Resoba, Cezura, Villavega de Aguilar, Revilla de Collazos y Rebanal de las Llantas) y de Cantabria (Villacantid, Ye rmo y Retortillo). La escena del otro capitel parece estar en relación con la anterior, propugnando la lucha del Bien, que encarna la figura del caballero , contra el Mal, representado por la bestia que se enfrenta a él. Esta misma correspondencia se da entre los capiteles de Boada de Villadiego con la diferencia de que allí la escena está protagonizada por San Miguel. Los muros de la capilla mayor se articulan mediante una serie de arcos de medio punto delimitados por dos impostas, biselada la superior y con cruces inscritas en círculos la inferior. En el muro norte del presbiterio se dispone un arco ciego decorado en su rosca con el tema del Pecado Original acompañado de una figura con cabello erizado, rústica indumentaria, una especie de gancho en la mano y zurrón al hombro, que podría re p resentar al propio Adán o a Caín. Los capiteles de las columnillas muestran una máscara vomitando tallos -como en la ventana absidal de la ermita de Sotresgudo- y la Pesca Milagrosa, pasaje desarrollado también en La Cerca, Boada de Villadiego, La Piedra, Momediano y Villacián de Losa. La ventana del lado sur sólo conserva una de las columnas, rematada en un capitel en forma de cabeza antropomorfa, similar a la del exterior. En el hemiciclo absidal se despliegan cinco arcos bellamente decorados que apean sobre columnas pareadas, salvo en los extremos que son sencillas. Los capiteles exhiben motivos vegetales, cabecitas tocadas dispuestas en dos niveles, una pareja de arpías separadas por una copa o cáliz, un león y una enigmática escena en la que una figura sedende sostiene con unas largas tenazas un objeto apoyado en una especie de yunque o banco sobre el que parece golpear con un martillo otro personaje, al tiempo que una enorme ave come de ello y defeca sobre un caldero. Desde el punto de vista estilístico se rastrean dos manos diferentes dentro de este taller, un maestro fue el encargado de ejecutar los canecillos y los capiteles del exterior, que parecen dotados de mayor plasticidad, mientras que otro llevó a cabo la decoración escultórica del interior en la que se percibe un gusto por las texturas lisas y unos tipos humanos de grandes cabezas, labios abultados y escaso modelado anatómico. Este taller desarrolló su actividad hacia finales del siglo XII y principios del XIII, dejando muestras de su buen hacer en varios templos situados al norte y oeste de Villadiego.