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Vista de la portada con la espadaña al fondo

Identificador
39093_01_004n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 54' 23.61'' , -4º 1' 49.65''
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan Bautista

Localidad
Aldea de Ebro
Municipio
Valdeprado del Río
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
ESTÁ SITUADA en un precioso y reducido lugar, en un extremo norte del pueblo, y oye al Ebro abajo, susurrante y eterno. El esquinazo donde la construyeron es tan pequeño que tuvieron que separar la espadaña; y el conjunto, con un nogal frente a la puerta y una fachada de noble casa de los Ceballos, es un ejemplo de lo inseparables que son en estas tierras colmadas de paisaje y de tiempo humano la ensoñadora placidez de la naturaleza y la humilde belleza del arte románico. Esta iglesia de San Juan es muy extraña, pues parece muy reformada en el siglo XIX. Sin duda hubo una primera, románica, de ábside rectangular y una sola nave, pero en su planta fue añadida, pegada al muro norte de la cabecera, y en 1861, una sacristía realzando la cubierta del ábside. Pero años antes, en 1835, según lo indica una inscripción sobre la puerta, que dice así: “Esta obra la hizo Don Antonio Ceballos a su costa. Año de 1835”, el mismo Don Antonio, ya había modificado toda la nave. La iglesia debía de estar en ruinas y sin más contemplaciones y con objeto de ensanchar la nave, procedieron a adelantar el muro meridional de ésta, trasladando también la puerta, al reformar totalmente el paramento exterior de aquel con nueva sillería. Así aparece ahora como obra recientemente realizada, con tanta pulcritud y limpieza de los sillares nuevos, que la puerta nos ha hecho dudar de su autenticidad románica. Sin embargo creemos que, si también se hizo nueva hubo de copiar otra vieja quizás destrozada, pues la composición de las arcaduras, fustes y basas, son totalmente románicas. Si, como parece, nos dicen en el pueblo, y hemos comprobado, el tímpano interior está labrado con relieves vegetales, que sí que les consideramos plenamente románicos, y que este tímpano estuvo antiguamente fuera, y el que está ahora es totalmente liso, si se produjo este cambio de dentro a afuera, hay que suponer que muchos cambios se hicieron en la puerta, pero que ésta, al menos como románica, existió desde que se construyó la románica iglesia. Porque no nos atrevemos a pensar que en 1835 pudieran los Ceballos hacer una puerta neo-románica. El caso es que una ventana sobre ella, en forma de aspillera alargada, nada tiene que ver con las normales formas románicas, y lo mismo podemos decir de la cornisa de este muro meridional de la nave, que es desde luego moderna, como lo es la del muro del ábside de este lado. Sin embargo, el muro norte del mismo conserva aún cinco canecillos de caveto, el central partido; y el muro de este lado, de la nave, los conserva todos, doce, unos de caveto y otros de proa de nave. El tercero, muy desgastado, pudiera haber sido de un águila de frente, sin seguridad. Volviendo a la puerta, es típicamente románica, toda de medio punto. Lleva resaltada chambrana de media caña y dos arquivoltas de bocel. Apoya todo sobre cimacios lisos, de escocia, y éstos sobre capiteles, dos a cada lado, que esculpen en sus cestas un cordón resaltado, o una varilla horizontal, doblada, que acaba en los extremos uniéndose a otra vertical, remedando quizá a bocados de caballo. Los fustes son monolíticos y las basas áticas, alguna con lengüeta, que cargan sobre plinto delgado y alargado a modo de peldaño. Tiene, como apuntamos, un tímpano al exterior formado por tres grandes sillares en vertical, completamente liso, indecorado. Por dentro ya dijimos que hay otro, que esta vez parece de una sola losa semicircular, que tiene un borde con una secuencia de diez o doce arquillos de cuatro segmentos superpuestos de menos a más, y el dintorno lo ocupan cuatro bandas horizontales, la primera con cuatro rosáceas hexapétalas inscritas en círculo; la segunda de dientes de lobo y la tercera y la cuar- 1326 / VA L D E P R A D O D E L R Í O ta de cinco rectángulos de línea curva, formando un ovoide muy irregular, que encierra hojas que pudieran ser de palma. Su estado de conservación es muy deficiente y es muy difícil de apreciar los detalles. El interior de la iglesia mantiene cabeza rectangular, con bóveda de sillería de cañón apuntado, que posa sobre una imposta biselada. El arco triunfal es doblado y apuntado y carga sobre cimacios de escocia y capiteles historiados o vegetales. El derecho recoge el tema tan querido del románico referente a Daniel entre los leones; el izquierdo es de acantos altos y geometrizados que acaban en bolas con caperuza de extraña factura. Los fustes son dobles, como los capiteles, y monolíticos, y las basas también dobles, de grueso toro bajo con media esfera con caperuza, plinto reducido y alto banco. La reforma de la nave fue total, pues cambió de orientación. Si la románica llevaba dirección Este-Oeste, la nueva marcha de Norte a Sur; transformándose en nave de salón, con dos capillas, una a cada lado del arco triunfal –de muy poca profundidad, como para poner un retablillo o un altar– también de bóveda de cañón apuntado y arco triunfal doblado y apuntado. Insistimos en la modernidad aparente no sólo al exterior, sino también en lo interno. Los capiteles citados, así como las bóvedas y arcos, son, quizás por haber sido limpiados, muy sospechosos, y pudieran haber sido hechos a semejanza de los románicos, por un cantero popular. También la existencia de un púlpito tallado en piedra, con un águila con nimbo circundando la cabeza, el símbolo de San Juan Evangelista, y un rostro de joven, de perfil, todo de clara factura casi actual, nos obliga a considerar a esta iglesia tan modificada como dudosa. La pila bautismal, sí debe de aceptarse como románica. Es tronocónica, con basa del mismo cuerpo geométrico, pero a la inversa. Sus medidas son: altura cuba, 68 cm; diámetro, 101 cm; basa, 26 cm; soporte final, cuadrado, altura, 24 cm. La espadaña, forma cuerpo aparte con la iglesia. Se halla a muy pocos metros del ábside de ésta, hacia el este. No suelen las iglesias románicas de Valderredible separar la espadaña del templo. Solamente lo hemos visto en Campoo de Enmedio, y una vez, en Bolmir. Esta de Aldea de Ebro tiene una posición Norte-Sur, es toda de sillería y no parece haber sido reformada. Es de dos cuerpos, el inferior, que sube hasta las dos troneras mayores, es muy ancho para poder abrir en él una especie de arcosolium apuntado y construir una escalera lateral que sube, como en Retortillo, hasta las troneras. Estas llevan, las tres, una chambrana de medio punto, prismática, en tanto que sus arcos ya son apuntados.