Identificador
31100_01_324
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
Localidad
Puente la Reina / Gares
Municipio
Puente la Reina / Gares
Comunidad
Navarra
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Puente la Reina / Gares
Municipio
Puente la Reina / Gares
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA IMAGEN DE Nuestra Señora de los Huertos fue la titular de la antigua nave románica de la iglesia del Crucifijo de Puente la Reina hasta el final de la primera mitad del siglo XIX cuando, tras la desamortización promovida por Mendizábal, fue trasladada a la parroquia de Santiago de la misma villa, donde se encuentra actualmente. En ese momento los pocos frailes sanjuanistas, enfermos y ancianos, que quedaban fueron exclaustrados y el ayuntamiento pretendió hacerse cargo del edificio, vendió sus campanas y trasladó al citado templo, con la aprobación del patronato -laico y eclesiástico- de las parroquiales de Puente la Reina, el Cristo y la talla de Nuestra Señora de los Huertos. A partir de entonces se abrió una etapa de conflictos entre el propio ayuntamiento y el Ministerio de la Guerra por la titularidad del edificio, enfrentamientos que se alargaron durante todo el siglo XIX -con las guerras carlistas de por medio- y que no terminaron hasta 1919 cuando el padre Guillermo Zicke, de la congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, decidió pujar en una subasta iniciada por el Ministerio de la Guerra para vender la iglesia del Crucifijo. De esta manera, la congregación citada se asienta en el viejo convento y comienza su restauración, con la ayuda animosa del ayuntamiento y de la Institución Príncipe de Viana, que restauró la iglesia en los años cincuenta del siglo XX. Desde la restauración se han hecho numerosas mejoras en la iglesia y el convento y la citada congregación -que rige un seminario menor- sigue cuidando de las instalaciones y del Cristo que fue trasladado a su emplazamiento original en solemne procesión. Parece lógico pensar que la imagen de Nuestra Señora de los Huertos se hubiera trasladado también a su emplazamiento original, pero no fue así. En su lugar, después de la restauración de la iglesia, se colocó presidiendo la nave románica una talla procedente de la localidad de Urdánoz -tal vez por tener ésta Niño y haberlo perdido la original- y se dejó la original en la Parroquia de Santiago. Así, nos encontramos que la imagen original de Nuestra Señora de los Huertos se encuentra actualmente, casi olvidada, fuera de culto sobre una muy alta peana, en el pequeño museo parroquial de Santiago de Puente la Reina. Se trata de una talla sedente, de 59 centímetros de altura, que ha perdido el Niño. La profesora Fernández-Ladreda la engloba dentro de un cuarto grupo de imágenes derivadas de Santa María la Real de Pamplona y Santa María de Irache. Concretamente, este grupo estaría integrado también por las tallas de Izco, Zolina, Ardanaz, Yárnoz, Biurrun, Abarzuza y Leyún. Estas imágenes en su mayoría deben asociarse con Santa María la Real de Pamplona, pero en el caso de Abárzuza y Puente la Reina son deudoras de la titular de Irache. La disposición de Nuestra Señora de los Huertos presenta las extremidades superiores paralelas y dobladas en ángulo recto -para enmarcar al Niño que ha desaparecido-, mientras que las inferiores en igual ángulo suponen una mínima alteración con relación al arquetipo. El vestuario se compone de túnica y manto, que cubre los brazos y termina con sendas caídas verticales, y velo. Como en las otras tallas, los elementos tomados del modelo irachense, se reducen a simples detalles, como el plegado anguloso sobre las sienes y los pliegues concéntricos de los brazos. Según Fernández-Ladreda, el tratamiento de la parte inferior de la túnica a base de pliegues verticales flanqueados por otros semicirculares esquematiza asimismo el precedente de Irache. En esta estatuilla destaca la profusión con que fueron tallados bajo el cuello pliegues en horquilla, elemento habitual en tallas que anuncian el gótico, inusualmente desplegados junto con bandas simples en ondas superpuestas de las piernas, más propias del pleno románico. Por estos elementos es aconsejable proponer para esta talla una ejecución en el último tercio del siglo XII, quizá no muy alejada de la realización de la monumental portada de piedra del templo de donde procede. Los atributos se mantienen en general dentro de la línea marcada por los arquetipos. En todos los casos de este grupo, María se tocaba con corona, pero en la talla puentesina ha desaparecido rediciéndose a un simple aro que parece demostrar la antigua presencia del citado atributo.