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Vista interior desde los pies

Identificador
33576_01_010
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan

Localidad
Oceño
Municipio
Peñamellera Alta
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
APENAS CONTAMOS con testimonios documentales sobre la iglesia de Oceño. Sí es cierto que el topónimo Oceño ya aparece en un documento del siglo XIII, concretamente en el año 1252, pero se refería a una venta entre particulares y sin ninguna alusión a la iglesia del lugar. Curiosamente, y frente a lo que es más frecuente en otras zonas, encontramos una cita más temprana referida a la zona de Peñamellera que a la localidad concreta de Oceño. Dicha cita, fechada en el año 1032, no se refiere a Peñamellera como entidad concejil, sino como referencia geográfica; se trata de una permuta, realizada el 28 de marzo de 1032 entre los condes Piniolo y Aldonza y el rey Vermudo III, según la cual reciben una serie de tierras en el actual Cangas del Narcea para fundar y edificar allí el monasterio de Corias a cambio de una serie de bienes que los condes poseían super flumen Caires, medietas Penna Melera, medietas de Covas de Amaia, medietas de Sauto de Cabrales. Sin embargo, la primera referencia concreta a la iglesia de San Juan no aparece hasta la mención en la Nómina de 1385. A partir de ese momento, aunque la documentación no sea numerosa, se puede rastrear mejor la historia de Oceño, ya que en el Apeo de las Asturias de Santillana, fechado en 1404, aparece Oceño como núcleo integrante de una de las cuatro collaciones o parroquias en las que se dividía administrativamente la zona de la actual Peñamellera. La siguiente referencia, ya muy posterior, es el censo realizado a finales del siglo XVI, donde se cita San Juan de Oceño como feligresía del arciprestazgo de Ribadedeva y Peñamellera. Esto nos podría hacer pensar que la iglesia de Oceño es de fundación románica, sin ningún precedente en época del reino asturiano. San Juan de Oceño sufrió diversos avatares a lo largo de su historia, incluyendo una reforma de urgencia durante la guerra civil para utilizarla como escuela y evitar que fuera destruida; aunque no llegó a cumplir esa nueva función, como recuerdo quedan las huellas de tres grandes vanos (uno en la cabecera y dos en la nave) en el paramento Norte, todos ellos hoy cegados. Gracias a la voluntad de los vecinos, podemos hablar de un templo que, si bien ha experimentado grandes reformas, se halla en buen estado de conservación. La iglesia de San Juan de Oceño consta de una única nave y cabecera cuadrada. La nave se cubre con armadura de madera a dos aguas, y la cabecera con bóveda de cañón sencilla, sin fajones. El espacio interior de esta iglesia puede resultar un tanto extraño, debido a la disposición del arco triunfal; en efecto, este arco se halla dispuesto de tal forma que prácticamente divide el cuerpo del templo en dos partes de similares proporciones. El espacio de la gran cabecera que resulta de esta división queda algo sobreelevado con respecto al espacio de la nave, mediante un peldaño; destaca también la presencia de una línea de imposta que prolonga las impostas del arco del triunfo y recorre todo el espacio interior de la cabecera hasta el muro del testero, dotándola de homogeneidad y continuidad. En el lado sur de la cabecera se abrió, en algún momento posterior, una ventana no demasiado grande, pero no se conservan restos de ningún vano que pudiera datarse en el margen cronológico de la construcción original románica. Situado en el ángulo derecho de la cabecera, y, por tanto, desplazado de su emplazamiento original, a los pies de la nave, se encuentra una pila bautismal. Se trata de una cuba monolítica de forma troncocónica, sin pie de soporte, pero apoyada sobre una base cúbica de 21 cm de alto. Con una altura de 46 cm y un diámetro de 80 cm, esta pila bautismal, que aparece completamente desornamentada, probablemente, y a pesar de la ausencia de atributos que permitan apoyar su cronología, date de época barroca, aunque sigue un modelo tradicional y arcaizante de filiación medieval. También de época moderna eran diversos objetos muebles (la tribuna del coro, el púlpito y un retablo situado en el muro testero) que hoy ya no se conservan. En cuanto al arco triunfal, se trata de un arco de medio punto, de una única arquivolta de finas dovelas; como es relativamente frecuente encontrar entre los ejemplos del románico rural del oriente asturiano, no apoya sobre capiteles esculpidos, sino sobre sencillas impostas de volumen prismático, que coronan las pilastras que sirven de soporte. En el exterior, el terreno se caracteriza por un fuerte desnivel en la zona de la cabecera, por lo que el alto zócalo de ésta queda rehundido en su vértice izquierdo. Ambos ángulos de la cabecera fueron reforzados por dos potentes contrafuertes, de perfil algo irregular y cronología incierta; el contrafuerte del ángulo derecho, el que se orienta al Sureste, presenta un paramento de similares características al del muro de la iglesia, lo que podría indicar que se construyó al mismo tiempo que la iglesia. El contrafuerte del lado derecho, además de presentar evidencias de haber sido parcialmente rehecho, parece de época algo posterior. En realidad, en el exterior, el único elemento que puede ser catalogado con seguridad como medieval es su sencilla portada sur. Es una portada de líneas muy sencillas, de perfil apuntado y realizada con un cuidado despiece de sus dovelas. La arquivolta apoya directamente sobre las jambas de la puerta, sin la intermediación de capiteles o impostas. Sobre ella se colocó, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, un azulejo con la siguiente inscripción: PARROQUIA DE SAN JUAN DE OCEÑO CONCEJO DE PEÑAMELLERA PARTº. DE LLANES PROVª. DE OVIEDO Como ya se ha mencionado, la iglesia de San Juan de Oceño ha sufrido importantes modificaciones en épocas posteriores. Así, en el costado sur se han añadido, en fechas recientes, la sacristía, cuya altura se equipara a la de la cabecera, y un pórtico techado y con un murete de cierre en el frente, donde también se encontraba un osario que desapareció tras la guerra civil. Este pórtico protege hoy la portada meridional del templo. También la fachada occidental ha sido sustancialmente modificada. La portada principal actual se articula con un vano de una sola arquivolta de medio punto. Se trata de una portada de proporciones cortas y rotundas, perfilada con sillares de gran tamaño. La rosca del arco descansa sobre sendas impostas desornamentadas. La clave estuvo decorada, según el testimonio de un vecino, con la imagen tallada de un clípeo con una cruz inscrita, cruz que fue borrada. Sobre la clave se conserva una inscripción pétrea enmarcada por finos sillares moldurados: ESTE CAMPo SE HIZO CON LIMOSNA Q DIO Dn. JUANBERdo DE POSSADA GONz. SIdo. CURA Dn. DAMASO FRANco. DIAZ MIER AÑO DE 1787. Esta inscripción hace referencia al campanario barroco que remataba la fachada y que fue destruido durante la guerra civil; la actual espadaña fue levantada en la restauración de 1996. La modesta iglesia de San Juan de Oceño es, pese a las transformaciones experimentadas a lo largo del tiempo, uno de los ejemplos del tardorrománico rural mejor conservados de la zona.