Sant Climent de Tor
Iglesia de Sant Climent de Tor
La iglesia parroquial de Tor se encuentra en el centro de la pequeña población, en una pequeña plazoleta. Se sabe de la existencia de la población desde 993 (villa Toro), por el documento de venta de un viñedo. La primera noticia documental del templo data de 1151, cuando se hizo público, en su altar dedicado a san Clemente, el testamento del poderoso noble Guillem Umbert de Basella
La iglesia es de una sola nave, con un robusto ábside semicircular que apoya directamente en un saliente rocoso. Su muro exterior va decorado con grandes lesenas, y coronado por una cornisa superior en medio bocel, que sostienen series de cinco (cuatro en el tramo central) canecillos esculpidos, algunos con formas vagamente antropomorfas o zoomorfas, todos muy erosionados. Hay una ventana en el eje central, de doble derrame y coronada por arco de medio punto adovelado. Sobre la cornisa, el ábside está sobrealzado, igual como el resto del templo, fruto de una notable ampliación de la fábrica primitiva que se produjo, al parecer, en diferentes fases entre los siglos xvi y xviii. Se añadieron, en particular, dos capillas modernas en el costado meridional, una de las cuales, la más cercana a los pies del templo, fue reconvertida en una pequeña nave lateral a mediados de siglo xx.
La nave original románica está cubierta con una bóveda de cañón bastante irregular, que tiende a ser apuntada en la zona en levante. Va completamente encalada, lo que dificulta apreciar el formato de la obra primitiva. En el muro norte hay un arco ciego apuntado, que quizás se practicó con intención de abrir una capilla, que no prosperó. La bóveda del ábside, en cuarto de esfera, así como los muros, muestran el aparejo original. El arco triunfal es doble y en el espacio entre éste y la bóveda hay una ventana cruciforme. El material visible es sillarejo en los muros y mampostería en la bóveda absidial.
En el hastial oeste se halla una portada del siglo xviii, centrada en un lienzo que en su tercio inferior prodiga el material y aparejo empleado en el ábside. A media altura se emplearon unos sillares de mayores dimensiones, de piedra caliza, grises en vez de ocres; en esta parte hay un óculo, moderno, que da luz al interior del edificio. El perfil original de la cubierta de la nave románica es perfectamente visible en el cambio de aparejo empleado en el sobrealzado, dentro del cual parece que quedó integrada una espadaña más antigua, de doble vano, muy reformada y restaurada.
Por las características comentadas, podríamos datar la construcción de la iglesia de Tor entre finales del siglo xi y principios del xii.
Texto: Consuelo Vila Martí - Fotos: Consuelo Vila Martí/Nuria Picas Contreras – Planos: Nuria Picas Contreras
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, I, pp. 399-400; Catalunya Romànica, 1984-1998, VIII, pp. 323-24.