La Sala
Castillo de la Sala
La singular construcción popularmente conocida como El Castell (El Castillo) y citada en la documentación medieval como fortaleza de la Sala, se encuentra en medio de un prado en la ribera derecha del rio Ter que se extiende entre las poblaciones de Vilallonga de Ter y Setcases. El acceso se realiza desde un desvío entre los kms 5 y 6 de la carretera GIV-5264 que conduce hasta la masía del mismo nombre. El castillo se alza a escasos metros de ésta.
La historia de este edificio –del que se tiene constancia documental desde el 1261– está estrechamente vinculada al devenir del vecino castillo del Catllar. Sus castellanos, los Descatllar, tuvieron en la Sala primero una residencia y luego una estrctura defensiva. Las escasas noticias conservadas indican, de manera expresa, este cambio en el uso del edificio: en 1362, Pedro el Ceremonioso concede, mediante un privilegio real, un permiso a Ponç Descatllar para fortificar la domus de la Sala, como consecuencia del estado de ruina en que se encontraba el castillo principal del Catllar. Es este el momento en que la Sala pasa a asumir funciones defensivas y a ser mencionada como castrum en la documentación. Así es como aparece en un texto de 1430 por el que la reina Maria de Luna, esposa de Alfonso el Magnánimo, acepta la petición para reconstruir el edificio tras los graves desperfectos que ocasionaron los terremotos de los años 1427 y 1428.
Es posible diferenciar, en esta construcción de planta casi cuadrangular, dos etapas constructivas: la primera y más antigua, se corresponde con el sector septentrional (muro norte y mitad de los muros este y oeste) y se caracteriza por la presencia de numerosas ventanas aspilleras distribuidas de forma paralela a lo largo de todo el perímetro. Por encima de éstas, en el muro norte, se abrieron posteriormente otras ventanas que no se corresponden con la época románica. En las zonas en las que se ha desprendido la capa de enlucido que cubría el edificio se hace visible el aparejo original, formado por sillares dispuestos formando hileras regulares que se alternan, sólo en el muro norte, con otros dispuestos a modo de opus spicatum. La segunda etapa, que debió coincidir con la mencionada reconstrucción del siglo xv, es visible en el sector meridional, lo que incluye la fachada principal que alberga la puerta de acceso al edificio. En el interior, los muros de este sector están reforzados con pilares de sección rectangular adosados a modo de contrafuertes.
El elemento más destacable de este interior es una estructura cuadrangular a modo de patio central con dos niveles de aberturas de medio punto rebajado en cada uno de sus lados. La historiografía sugiere que, dada su situación geográfica y la presencia de esta torre, la Sala podría haberse utilizado en algún momento como medio de comunicación entre los castillos del Catllar y la Roca, ya que esta estructura interior sería visible desde los dos castillos.
Hoy, la Sala se utiliza como almacén agrícola. Su estado de conservación es bueno y recientemente se ha restaurado la cubierta a dos aguas que cubre el edificio.
Texto y fotos: Margarida Muñoz Milán
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1967-1979, V, pp. 129-139; Catalunya Romànica, 1984-1998, X, pp. 478-480.