Mare e Déu del Soler
SORT
Santuario de la Mare de Déu del Soler
El santuario de la Mare de Déu del Soler se encuentra en la margen derecha del río Noguera Pallaresa, en la carretera N-260, 3 km al sur de Sort. Se accede a ella caminando por un sendero señalizado que arranca hacia el Oeste entre los kilómetros 282 y 283, junto al puente del Hostal Nou.
Fue un monasterio de benedictinos, aunque pudo haber pertenecido un tiempo a la Orden de los templarios. Durante los siglos xiii y xiv fue la sede del priorato de Soler, dependiente del monasterio de Gerri. En 1244, Guillem, capellán de Montardit realizó diversas donaciones a este último cenobio, con la finalidad de ser enterrado allí, entre las que figura una porción de tierra que limitaba con las propiedades de Santa Maria del Soler. Guillem, prior de Soler firmó en 1250 el documento por el cual el abad Ponç de Gerri recibió los bienes de Ermengaz de Baén, Hacia 1758 perdió la categoría de priorato y, desde entonces figura como una capilla de la iglesia parroquial de Enviny.
El edificio presenta una planta compuesta por una nave rectangular, de 5,6 m de ancho y 15,3 m de largo, y un ábside semicircular precedido por un corto tramo presbiterial que no se manifiesta en el exterior. El paramento exterior absidal es liso, y en su centro cuenta con una alargada y estrecha ventana de derrame simple hacia el interior y que se encuentra cegada. Los muros laterales rebasan el nivel del muro del testero oriental, de tal forma que la estructura absidal queda como encajonada entre ellos. Mientras que en el tramo oriental del lienzo sur se encuentra una ventana cuadrada, sin duda añadida en época posterior, en el lado occidental se halla la puerta, de arco de medio punto con grandes dovelas. El paramento septentrional es liso, carece de vanos y exteriormente es algo más bajo que el meridional, debido al desnivel del terreno. La fachada occidental cuenta con una ventana con arco escarzano, añadida en una reforma acometida en el siglo xvii, al igual que la potente espadaña que ocupa todo el ancho del frontis y que cuenta con dos vanos con arcos de medio punto situados bajo un amplio frontón circular. Tanto la nave como la cabecera están cubiertas por sendas techumbres, a diferente nivel, realizadas con losas.
En el interior, el ábside se cubre con la habitual bóveda de cuarto de esfera que arranca de una imposta lisa corrida. La nave está compartimentada por tres arcos diafragma ligeramente apuntados que soportan la estructura de vigas de madera. Entre los pilares de dichos arcos se encuentran unos bancos de obra adosados al muro.
Mientras que el aparejo utilizado en el paramento absidal está formado por sillarejo de tamaño mediano no muy bien tallado, pero dispuesto en hiladas uniformes, en el resto de lienzos se hace más irregular, está pero labrado, y pierde la uniformidad de su colocación. En las esquinas se hallan piedras de mayor tamaño bien talladas. En la fachada oeste se conserva algún mechinal. El ábside podría ser la estructura superviviente de un edificio anterior, quizás del siglo xi, que, en el siglo xiii vio cómo su nave fue sustituida por la actual. Ello explicaría la presencia de los arcos diafragma, la deficiente articulación de la cabecera con los muros laterales y la diferencia del aparejo. Posteriormente, ya en época barroca se modificó la fachada occidental
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Marc Estola i Tantull
Bibliografía
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