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Virgen de Rocamador

Identificador
34000_0001
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 0' 29.75'' , -4º 31' 16.68''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Marco

Localidad
Palencia
Municipio
Palencia
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
Escultura de la Virgen de Rocamador La antigua ermita de Nuestra Señora de Rocamador estaba situada extramuros de la ciudad de Palencia, en el extremo sureste del viejo barrio de La Puebla que había sido fundado en 1165. Con la construcción de una nueva muralla la ermita quedó incluida dentro del entramado urbano ocupando un lugar muy próximo a la propia cerca. El antiguo edificio se conservó hasta finales del siglo XIX. Pascual Madoz citaba la ermita de "Roqueamador", entre las seis que entonces había en Palencia. Años más tarde, en 1874, Becerro de Bengoa daba testimonio de su existencia así como de la imagen titular de la Virgen que presidía su interior. Por último, Rafael Navarro señalaba en 1946 que la ermita había sido derribada unos sesenta años antes, según le habían indicado unos vecinos de Palencia, entre los que se encontraba Mariano Garrán que había participado en el derribo. Para venerar a la imagen de Nuestra Señora de Rocamador se levantó posteriormente, en el paseo de los Frailes, otra ermita con esa advocación que fue de nuevo demolida a finales de la década de 1970, pasando la escultura de la Virgen al Museo Diocesano. En 1980, al fundarse la parroquia de San Marcos se trasladó allí la imagen para recibir nuevamente culto. La escultura fue objeto de un completo estudio por parte de Julia Ara Gil con motivo de la exposición Las Edades del Hombre: Memorias y esplendores que se celebró en la catedral de Palencia en 1999. En el catálogo de dicha muestra la citada autora hace un amplio análisis de la pieza así como del origen de su advocación en tierras francesas. Se trata de una escultura románica realizada en piedra policromada (118 x 70 x 40 cm.) que experimentó una serie de reformas posteriores que desvirtuaron su apariencia primitiva, aunque manteniendo su tipo iconográfico. En el siglo XVI fue restaurada, época a la que pertenece no sólo la policromía sino también la configuración del rostro y la forma redondeada de los zapatos. Otra intervención más reciente, que debió de afectar a los tonos dorados y plateados que presenta actualmente, fue firmada por A. Lantada. La Virgen aparece sentada sobre un banco sin respaldo protegido por una pequeña almohada. Porta en la mano derecha un pequeño cetro rematado en una flor mientras que con la otra sujeta al Niño que aparece dispuesto de perfil sobre su rodilla izquierda. Éste sostiene un libro cerrado en su mano izquierda al tiempo que bendice con la derecha. El origen de este tipo iconográfico se rastrea en algunas piezas alemanas de los siglos XI y XII difundiéndose desde allí a otros países de Europa. En el caso de España la profesora Ara Gil establece paralelismos iconográficos con otras imágenes marianas repartidas por varias zonas del norte peninsular, destacando entre ellas la Virgen con el Niño situada sobre el Calvario situado sobre una de las dos hojas del relicario de don Gonzalo Menéndez, obispo de Oviedo entre 1162 y 1175, la titular de Santa María la Real de Nájera y Nuestra Señora de Valvanera en Navarra. En el caso de la escultura palentina, la falta de relaciones estilísticas con otras imágenes de la región hace pensar a la misma autora en un posible origen francés para la pieza que habría sido realizada en el vecino país siguiendo modelos alemanes. Las características estilísticas que presenta esta escultura permiten datarla entre los últimos años del siglo XII y los primeros del XIII.