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Portada cegada en la base de la torre. Detalle

Identificador
09314_03_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Mamés

Localidad
Villaescusa de Roa
Municipio
Villaescusa de Roa
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL se asienta en la parte más alta del casco urbano, en el llano del páramo, presidiendo la plaza. En su construcción se combinan la mampostería y la sillería calizas, un uso que está en función de las distintas fases constructivas, aunque con claro predominio del sillar. Consta de desarrollada cabeza poligonal, reforzada con poderosos contrafuertes, contrastando con la modesta nave en la que la portada se abre al sur, a la vez que sirve de contrapunto a la torre cuadrangular que se alza a los pies, complementándose el conjunto con una sacristía adosada al norte de la cabecera y con el moderno pórtico y casa parroquial que enmascaran toda la fachada meridional de la nave. Los testimonios más antiguos y humildes de la fábrica corresponden a la nave románica -que incluye la portada-, a la que casi inmediatamente se adosó la torre, renovándose la cabecera en el siglo XVI con intención de seguir con el resto, idea que nunca se llevaría a efecto. La nave es una humilde construcción de mampostería en cuyo muro norte se aprecian restos de dos aleros por debajo del actual, el cual parece obedecer a un recrecimiento muy reciente. La línea inferior conserva el conjunto original de toscos canecillos de nacela o chaflán, sin rastro de la cornisa. Tiempo después se recreció el muro y se coló otra serie de canecillos del mismo tipo, que probablemente procedan de la fachada sur, trasladados aquí probablemente cuando se renovó la cabecera, cuya altura debió obligar a elevar también la nave. Este traslado de piezas parece indicar también que entonces se transformaría la fachada sur, aunque el pórtico y la casa que hoy vemos son ya muy posteriores. Al mediodía se conserva también la antigua portada, en arco de medio punto muy alterado por transformaciones posteriores que han afectado sobre todo a las arquivoltas internas. Situada a paño con el paramento de la nave, sólo conserva original una sencilla arquivolta achaflanada y parte de los mutilados apoyos, tal vez sencillas pilastras rematadas en impostas biseladas. En el interior, la nave está cubierta por un cielo raso de yeso, sin que destaque en su estructura nada especial. Mucho más monumental es la torre, una poderosa construcción de sillería, de planta cuadrada, cuya mitad inferior aparece reforzada por someros contrafuertes en los extremos de cada muro, mientras que en la parte alta se abren ocho estrechas troneras -dos en cada lado-, formadas por sencillos arcos ligeramente apuntados, que parten de una imposta perimetral de listel y chaflán complementada con otra del mismo tipo y recorrido que sirve de apoyo a los salmeres. La parte superior está reconstruida en mampostería y cubierta a cuatro aguas. En la base de la torre, en la fachada occidental, existió originalmente una amplia portada que parece se cerró ya hace siglos, dejando ver tan sólo una chambrana moldurada, ligeramente apuntada y parte de un capitel en la jamba meridional, de tipo vegetal, al parecer formado por anchas hojas que rematan en la parte superior en palmetas vueltas, bajo cimacios de bocel y nacela. En el interior del templo la base de la torre constituye casi un segundo tramo de la nave, dadas sus dimensiones y altura, apreciándose perfectamente la portada occidental con su arco apuntado enmarcado en otro de mitra, sobre el que se abre un ventanal. El espacio se cubre con bóveda de cañón que nace de una imposta y está soportada por dos arcos fajones dispuestos sobre ménsulas. Sobre ella se disponía un cuerpo ciego -ahora compartimentado-, al que se accede por una angosta y deteriorada escalera, y en cuyo muro oeste se aprecia un gran arco de descarga, igualmente apuntado. Nos hallamos ante una obra muy tardía cuyo resto más antiguo es la nave, que podemos considerar dentro de esa calificación conocida como “románico inercial”, caracterizada por usar formas de la tradición románica en plena época gótica, en este caso acercándonos posiblemente hacia las décadas centrales del siglo XIII. La torre sería incluso algo posterior a la nave, y en ella las estructuras de aire gótico son bastante más evidentes, rematada con un cuerpo de campanas muy similar al que luciría en origen el Hospital del Rey de Burgos. Pero en el caso de Villaescusa esta torre destaca por su solidez, sus contundentes formas y su maciza estructura, cuya utilidad defensiva tal vez fuera un valor añadido al de campanario. Al fin y al cabo lo justificaría su situación en una zona de amplio dominio visual, junto a aquel “camino de Palencia” que citaba el documento de 1224, y en los extremos de lo que parece que fueron unos discutidos límites del campo de Roa en el siglo XIII. Transformada en la parte superior, tal vez su remate original podría habernos aclarado un poco más esta idea.