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Pila bautismal

Identificador
39013_01_007n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 8' 38.98'' , -4º 32' 5.61''
Idioma
Autor
Esteban Sainz Vidal
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Aniezo
Municipio
Cabezón de Liébana
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
EN ESTE PUEBLO DE ANIEZO situado muy cerca de las laderas occidentales de la Sierra de Peña Sagra, y aprovechando las aguas del arroyo Vieda que baja de estos altos, que culminan en El Cuernón (2.042 m)– supone la tradición que en él nació el famoso Beato de Liébana en un año del siglo VIII. Difícil es asegurarlo, puesto que falta para ello la documentación precisa, pero sí es seguro que durante su vida monástica en Liébana tuvo que conocer estos lugares plagados de ermitas y rincones sagrados como el viejísimo oratorio de la Virgen de la Luz, cuya imagen desde tiempo inmemorial se lleva todos los años en procesión vecinal hasta el monasterio de Santo Toribio. Sus alrededores, entre bosques y praderías de incomparable belleza, vienen adornando y acompañando a su iglesia de San Martín, donde el deseo de convertir los anhelos en realidad ha hecho que los vecinos del pueblo colocasen una placa de bronce que dice textualmente: “AQUÍ NACIÓ, SEGÚN LA TRADICIÓN, SAN BEATO DE LIÉBANA, FIGURA CUMBRE DE LA CULTURA DE LOS PPRIMEROS SIGLOS DE LA RECONQUISTA Y AUTOR DE LOS COMENTARIOS AL APOCALIPSIS”. La iglesia, al final del caserío, oye muy cerca las aguas del arroyo que pasa oculto entre los ramajes de robles y nogales, y se aprovecha para el movimiento de una vieja “pisa” que aún conserva su rueda y maderaje en un pequeño paraje lleno de verdura y de encanto, y un puentecillo medieval que bien pudiera colocarse en los siglos románicos. El monumento religioso, acomodado a un reducido bancal, es de una sola nave, bastante alta, que, como la mayor parte de las de Liébana, mantiene aún varios testimonios románicos. Tiene una capilla mayor rectangular, algo más estrecha que la nave, construida como esta última, con mampostería revocada por una gruesa capa que, salvo desconchones del enlucido, oculta el paramento del muro sur. Toda la iglesia utiliza la sillería tanto para los contrafuertes angulares de la capilla como para vanos y cornisas. Mantiene tradiciones románicas para un alzado que ya recoge síntomas de lo gótico. Pero tanto la espadaña como las cornisas llevan el sello manifiesto de lo románico. El muro norte tiene cornisa de rombos con diez canecillos de proa de nave. Los muros este y meridional del ábside se coronan con cornisa de caveto y canecillos de cuarto de bocel, y alguno con bola y rollo horizontal. El resto carece de canecillos. La puerta, restaurada, es de medio punto con cimacios simplemente moldurados. La espadaña repite el tramo alto del hastial, que parece clonado en todas, o casi todas, las iglesias de Liébana: dos troneras de arcos apuntados y doblados abajo, y otro en medio del piñón culminante, del mismo trazado. Se sigue utilizando para este hastial occidental, la combinación de la sillería y el mampuesto. La iglesia se circunda por pared de mampostería y portada de sillería, construida en 1853, con pináculos barrocos. El interior, tanto en cabecera como en nave, es de apariencia gótica con bóvedas de nervios. Conserva pila bautismal, troncónica, sin decoración, de tipo románico, sobre pedestal prismático decorado con cuatro casetones, alternando cruz patada y flor pentapétala, que no parece románico.
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