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Imagen de Nuestra Señora de Armañanzas

Identificador
31228_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 33' 31.52'' , -2º 17' 5.17''
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa Maria

Localidad
Armañanzas
Municipio
Armañanzas
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA de Armañanzas se encuentra en la parroquia del lugar. Tanto el padre Clavería, en 1944, como el equipo redactor del Catálogo Monumental de Navarra, en 1982, señalan que la talla se ubicaba en una hornacina alta, encima de la ventana del coro. En 1999 se decidió trasladar tan preciosa talla al altar mayor de la parroquia, el cual preside en la actualidad. Según la clasificación de la profesora Fernández-Ladreda se incluye dentro de un primer grupo de imágenes románicas mucho más humanizadas que las realizadas con anterioridad (derivadas de los modelos de Pamplona e Irache) y que se situarían, cronológicamente, a finales del siglo XII y comienzos del XIII, aunque en el caso concreto de Armañanzas se ajusta su cronología a las dos últimas décadas del siglo XII. En este mismo grupo estarían las imágenes marianas de Monteagudo, Lizasoáin, Marcilla, Morentin, Zurucuáin, Luquin y Erdozáin. Por contraste con el grupo anterior, como hemos dicho, en estas tallas se ofrece una visión de la Virgen María mucho más humanizada. Deja de estar tratada como un mero sitial del Niño con los brazos en ángulo recto y las manos enmarcando a Jesús, pasando a presentar ademanes que la ponen en relación con su Hijo e insinúan su faceta de Madre. En el caso concreto de Armañanzas, apreciamos cómo María se encuentra sedente, frontal, sujetando a Jesús por la parte inferior con el brazo izquierdo y levantando el derecho para presentar la esfera o atributo. El Niño ocupa la rodilla izquierda materna, bendiciendo con la diestra y presentando un atributo en la izquierda. La Virgen viste túnica ajustada a la cintura con ceñidor, manto y velo. El Niño Jesús, por su parte, presenta túnica y manto dispuesto, este último, a manera de toga romana. En las telas apreciamos pliegues angulosos en los laterales del velo de María y verticales y concéntricos tanto en el torso como en la parte inferior de la túnica. Destaca por una parte la combinación palas-ondas del torso, por constituir la esquematización un tanto exagerada de dos motivos habituales en el pleno románico que perduraron en época tardorrománica, y por otro el modo como fueron tratadas las ondas de la pierna izquierda de María, con ondas en marcado resalte. Tanto una como otra revelan la mano de un artista que asimila las soluciones de calidad mediante la simplificación. Llaman la atención igualmente los pliegues picudos entre las piernas de Jesús. El mismo tratamiento fue aplicado a los adornos del escaño en que está sentada la Madre. Sus atributos, como casi la totalidad de características que hemos citado, son los propios de este grupo: esfera y corona para la Madre, y corona y libro para el Niño. Debemos citar su gran esbeltez, que se manifiesta tanto en las dimensiones -más de ochenta centímetros de altura- como en la delgadez de ambas figuras. Es un rasgo que la separa de todas las demás tallas del grupo. Por último cabe reseñar que la pierna derecha presenta una gran deformidad en su arranque, fruto de alguna restauración antigua mal interpretada.