Santa Llogaia de Bellpui
LES VALLS D’AGUILAR
El municipio de Les Valls d’Aguilar está situado entre el río Segre y el barranco de Gavarret, límite con la comarca del Pallars Sobirà, y comprende, además de Noves de Segre, el núcleo principal y más poblado, las aldeas de Argestues, Berén, Bellpui, Biscarbó, Castellàs, els Castells, Espaén, Junyent, Miravall, Nyus y Trejuvell junto a dos entidades descentralizadas: Guàrdia d’Ares y Taús. El municipio actual se formó en 1972 al unirse los términos de Castellàs del Cantó, la Guardia d’Arés y Taús. El término se articula en tres valles principales formados por los ríos Castellàs, Major y Aguilar. Aunque el nombre oficial es el de Les Valls d’Aguilar, el tradicional ha sido el de Noves de Segre.
Durante la época medieval el actual término de Les Valls d’Aguilar, un territorio eminentemente agrícola y ganadero, perteneció al vizcondado de Castellbó. En el territorio municipal se conservan los restos de algunos castillos, como los de Berén, la Guàrdia d’Ares, Malgrat, Miravall, Taús o els Castells, buena parte de los cuales habrían estado ligados a dicho vizcondado.
Iglesia de Santa Llogaia de Bellpui
Para acceder desde Noves de Segre a la iglesia de Santa Llogaia, que se encuentra en el Sureste del pequeño vecindario de Bellpui, en su zona más elevada, se ha de tomar la carretera LV-5134 y, tras recorrer 3 km, coger el desvío a mano derecha que conduce al pueblo.
La primera constancia escrita que se conoce de Santa Llogaia, está relacionada con la venta de unas tierras, datada en 862. En cambio, se pone en duda la anotación del testamento de Eldema, de 1070, dado que sólo cita Santa Llogaia pero sin referencia alguna a topónimos que permitan identificarla con Bellpui. Al igual que la mayoría de pueblos y vecindarios de Les Valls d’Aguilar, Bellpui estaba bajo la jurisdicción del vizcondado de Castellbó.
Se trata de un edificio en un estado ruinoso, formado por una sola nave rectangular y muy alargada, que ha perdido la cubierta, y por una cabecera compuesta, quizás, por tres ábsides semicirculares, de los que se ha conservado el correspondiente al brazo norte del transepto y la parte septentrional del central. En la nave se aprecian las pilastras adosadas a los muros en las que se apoyarían los arcos fajones que debían de reforzar la bóveda de cañón. El brazo norte del transepto, que se cubría con bóveda de cañón, probablemente se correspondía, en el lado sur de la nave, con otro brazo que también debía de contar con un ábside semicircular.
La estructura de la iglesia fue modificada mediante el alargamiento de la nave con un espacio cubierto por una bóveda de cañón reforzada por un arco fajón. En este sector añadido se abre la puerta de acceso al templo.
En el interior los paramentos están rebozados pero permiten entrever el aparejo formado por sillarejo, sin pulir, dispuesto ordenadamente en hiladas uniformes y regulares. La bóveda estaría formada por piezas sin desbastar, colocadas a rosca. La ampliación se hizo con un aparejo de mampostería muy irregular.
En el interior de la nave, en el ángulo noroeste, se conserva una pila bautismal, monolítica, de piedra calcárea y estructura circular, bastante deteriorada.
Se ha datado la construcción de este edificio en el siglo xi, sin descartar que pudiera haberse realizado en la centuria siguiente.
Para confirmar o descartar la hipotética existencia de una cabecera triconque, resultaría de gran interés la realización de una exploración arqueológica.
Texto y fotos: Montse Jorba i Valero
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1979, II, pp. 34-35; Baraut i Obiols, C., 1983, VI, p. 189; Baraut i Obiols, C., 1986-1987, VIII, pp. 77-78; Buron i Llorens, V., 1994, p. 64; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 246-247; Tragó, P., 1982, pp. 16-18.