Identificador
09589_05_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,Augustín Gómez Gómez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
El Vigo
Municipio
Valle de Mena
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA PARROQUIA DE SAN PEDRO es un modesto y moderno edificio que debe datar de principios del siglo XIX. De la antigua iglesia sólo se reutilizaron el tímpano, que cierra el acceso occidental al recinto y un relieve fracturado embutido en la mampostería, a la izquierda de la portada, donde únicamente reconocemos que se trataba de un animal híbrido del que sólo se puede ver un ala, parte del cuerpo y las extremidades. Al parecer, la antigua iglesia románica tenía un emplazamiento próximo en la misma ladera, pero a mayor altura que la actual. De ella se rescató el tímpano y algunos sillares para la nueva construcción, posiblemente realizada en 1818 tal y como reza la inscripción grabada en la base del tímpano. Este tímpano es uno de los más interesantes del románico burgalés. Pese a la unidad temática y estar labrado en un bloque monolítico, su superficie está dividida en dos espacios, una rosca exterior a modo de arco y el espacio semicircular propiamente dicho. En el interior, el que podríamos llamar tímpano propiamente, hallamos en el centro la escena de Cristo portando la cruz camino del Calvario. Jesús luce larga cabellera, el torso desnudo y cubierto únicamente con el perizonium, y ante él esperan dos soldados, uno armado con escudo de cometa y lanza y el otro con tenazas y martillo; finaliza por este lado la decoración una representación del sepulcro. Otros dos soldados se sitúan tras Cristo, uno con espada en alto y escudo de cometa y detrás otro con lanza y espada. Completan la composición un personaje barbado con una espada en la mano, que a diferencia de los guerre ros que visten saya corta se cubre con un traje talar, y una mujer de severo rictus que muestra las manos enlazadas asiéndose con la mano izquierda la muñeca derecha, según el tradicional gesto de desesperación o dolor. La superficie que rodea la escena central se compartimenta a modo de rosca de arco, aunque como señalamos se trata de un único bloque; en ella se desarrolla una única escena vinculada con la anterior: la Visitatio Sepulchri o visita de las Tres Marías al sepulcro vacío de Cristo, símbolo de su resurrección. En la parte derecha vemos a las tres mujeres -María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé, según Mc 16, 1, o Juana según Lc. 34, 10-, que arquean sus cuerpos para adaptarse a la curva del marco. Las tres aparecen con la cabeza velada y nimbadas, llevando la mano izquierda al hombro de la que la antecede salvo la primera, que la apoya en la moldura. En el lado opuesto vemos al ángel con un libro en una mano que, al igual que la primera de las Marías, lleva la otra mano al arco del tímpano. En la parte superior se encuentra el sepulcro con un lienzo que lo recubre y una cruz. A cada lado del sepulcro abierto, del que sobresale una cruz y pende el sudario -aunque aquí el escultor se encontró con problemas compositivos- se representó la guardia del sepulcro (Mt 27, 64-66), mediante dos soldados armados con yelmos, espadas y escudos de cometa que yacen por tierra en forzada contorsión, viniendo a significar el momento del sueño. Según lo señalado se puede ver que el resumido ciclo de la Pasión representado se desarrolla en tres tiempos, con el carácter sintético propio del tipo de soporte. Indudablemente la escena central corresponde al camino del Calvario. Por otro lado, la escena de las Tres Marías ante el sepulcro no ofrece tampoco duda alguna, aunque hay que reseñar la rareza de encontrar al ángel con un libro, aspecto que no corresponde ni con el relato evangélico ni con las representaciones más habituales de este pasaje. Mayor dificultad presenta el personaje que porta la espada con vestiduras talares y la mujer que se encuentra junto a él. El hombre podría ser Pilato o el centurión que se encontraba junto a Cristo en el momento de la expiación. De ser uno u otro marcaría un proceso narrativo diferente. Si fuese Pilato nos remitiría al momento anterior al camino del calvario, y si fuera el centurión se referiría al tiempo inmediato a la muerte de Cristo. En función de uno u otro momento tenemos que identificar a la mujer que se encuentra junto a él; podría tratarse de una mujer que representase a las que según Lc. 23, 27 le seguían y se lamentaban por él -esto estaría más en consonancia con la identificación con Pilato-, o bien la madre de Jesús, lo que sería posible si el personaje de la espada fuera el centurión, lo que nos llevaría a Juan 19, 25. Esta última posibilidad parece descartable dada la ausencia de atributos como el nimbo y el propio gesto. El rostro de los personajes, especialmente llamativo por el tipo de expresión triste que tienen todas las figuras, con boca de comisuras caídas, enlaza directamente esta escultura con la que ejecutada por los artistas que trabajaron en la próxima iglesia de Siones. Estilísticamente, el tímpano de El Vigo enlaza con la plástica de Siones, San Pantaleón de Losa, Santa María de Bareyo (Cantabria) o Añes (Álava), en definitiva, con un conjunto de iglesias norteñas donde desarrollaron su actividad talleres vinculados a la fuerte personalidad del de Siones. En función de tales relaciones, hay que situar la cronología del tímpano de El Vigo hacia finales del siglo XII y principios del XIII.