EL TEMPLO SE HALLA EMPLAZADO en el centro de la población y rodeado de viviendas. Fue sometido a restauración en 1999 en una actuación subvencionada por la Institución Príncipe de Viana. Al templo primitivo se han adosado a lo largo del tiempo diversos volúmenes. En primer lugar, y al igual que sucedía en Ustés, sobre el tramo occidental una torre cuya estructura incorpora una espadaña más antigua con arcada semicircular doble al Oeste y simple al Este, donde se sitúan las campanas. En su parte media, se abre una saetera a la altura del coro. A continuación, un pórtico construido al Oeste, cobija una portada muy sencilla con un arco de medio punto. Y finalmente, ocupando todo el frente Sur, se presenta otra estructura más reciente a modo de atrio. En su zona interna alberga una capilla bautismal donde se aloja la portada principal (que también se puede ver desde el interior de la iglesia), así como la sacristía y las escaleras de acceso al coro. El exterior del cuerpo original del templo se caracteriza por el empleo de sillería de mediano tamaño, con algunas modificaciones en su fábrica, que se hacen más patentes en el interior debido a que las construcciones anexas ocultan parte del edificio. No obstante, tanto el ábside como el lienzo norte se observan cómodamente y permiten apreciar la forma semicircular del primero y dos ventanas saeteras: la más antigua, en su eje y la meridional, perforada posteriormente según lo revela un retoque del muro, paralela a la sacristía. Finalmente, el frente septentrional no presenta contrafuerte alguno ni modificación posterior y está rematado por una hilera de modillones lisos que se prolongan a lo largo de la cabecera y del lienzo sur, donde resulta más difícil distinguirlos. El interior está formado por nave única (13,40 m de longitud por 4,90 m de anchura) dividida en tres tramos idénticos más ábside semicircular. La nave se cubre con bóveda de medio cañón apuntada articulada por fajones que apean en pilastras suspendidas terminadas en ménsulas trilobuladas. Sus cimacios, de sección casi baquetonada, se prolongan en una línea de imposta paralela que recorre los muros de la epístola y el evangelio así como la cabecera. Esta última tiene por cubierta una bóveda de horno apuntada. Los muros revelan también algunas de las intervenciones que se han efectuado en el templo a lo largo del tiempo, como la parte sur del ábside, que fue parcialmente retocada para abrir en él una nueva ventana. De igual manera, las etapas constructivas del edificio primitivo, tres, se aprecian mejor que en el exterior: una primera en la que se habría construido la práctica totalidad del ábside y el perímetro mural inferior, una segunda en la que se habría levantado el resto de la pared y una tercera, en la que ya se habría procedido a la cubrición de la iglesia con las bóvedas. Al Sur se abre la portada principal abocinada (2,55 m de frente por 1,27 de luz y 1,10 de profundidad), formada por dos arquivoltas apuntadas en arista viva que apoyan en pies derechos. En la clave del arco exterior se labra un crismón trinitario, muy tosco, cuyas letras alfa y omega están colocadas de forma errónea, ocupando una el lugar de la otra. Destaca igualmente el contraste de colores entre las arquivoltas, de piedra rojiza y el resto de la portada y el muro, de piedra grisácea, al igual que sucedía en Igal o en Larraya. Ambos arcos están repicados con bujarda, lo que les otorga un aspecto modernizado. En cuanto a los vanos de iluminación, son tres las ventanas que se disponen en los muros, todas ellas saeteras al exterior y abocinadas al interior. Una primera se encuentra ubicada en el eje del ábside, algo más alargada de lo que suele ser corriente en el románico. Otra, más tardía, en el lienzo sur del mismo. Y la tercera, en el muro hastial, al nivel del coro. Tradicionalmente, la construcción de este templo ha sido fechada en el entorno del año 1200. La forma de la puerta, que se aleja de lo más habitual en el románico de la comarca, así como las dimensiones de la ventana axial lleva a pensar que se ejecutó ya en las primeras décadas del siglo XIII. Como principales piezas de arte mueble medieval, podemos hallar en el templo un crucificado gótico del siglo XIV situado en la capilla bautismal. Y en una peana ante el presbiterio, una imagen mariana dedicada a Nuestra Señora de Arguiloáin, titular de la ermita homónima. A pesar de ser una escultura gótica, remite a modelos románicos por su posición sedente y su concepción como Sedes Sapientiae del Niño. Fernández-Ladreda, tomando como punto de referencia los pliegues de las vestimentas, la clasifica en el último tercio del siglo XIII.