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Capitel izquierdo del arco de acceso a la torre

Identificador
31171_02_014
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Javier Martínez de Aguirre
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Julián

Localidad
Ororbia
Municipio
Olza
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA PARROQUIA DE SAN JULIÁN se localiza junto al ayuntamiento, en el centro del casco histórico, lo que no impide una magnífica contemplación, ya que su entorno está totalmente despejado. Se impone la belleza y armonía de su exterior, como un bloque horizontal de buen sillar, acoplado entre la esbelta torre y la cabecera poligonal, en el que los contrafuertes van marcando un ritmo regular. Al Sur, la decorativa portada gótica, con sus múltiples arquivoltas y capiteles decorados con hojarasca, muestra la calidad de la fábrica. Con todo, esa homogeneidad es aparente, ya que, si bien el núcleo de la construcción data del siglo XV, existen espacios de otro momento, como la parte inferior de la torre, que sigue postulados románicos, o el coro y la sacristía, que se incorporaron en el siglo XVI. Al exterior los restos románicos coinciden con la zona baja de la torre prismática, perceptibles por el cambio de sillar y por la presencia de dos arcos ligeramente apuntados, uno situado en el muro oeste y el otro en el sur, ambos tabicados. Seguramente se trata de antiguos accesos, muy sencillo el primero y más elaborado el segundo, sobre todo tras la restauración de 1996, cuando se repusieron los elementos que faltaban, pero de los que había restos suficientes para reinterpretarlos con garantía. Esta portada presenta un arco formado por dovelas radiales y chambrana que apoyan en pies derechos con moldura corrida de separación. Como en el exterior, al interior la parroquia de Ororbia queda definida por su fábrica gótica levantada en el XV, que hoy luce austera con la piedra vista, pero con la belleza de la nave, muy proporcionada, de la cabecera poligonal presidida por un hermoso retablo renacentista de hacia 1530, y de la armonía de la cubierta de crucería, con sus vistosos apoyos de baquetones con capiteles, suspendidos sobre ménsulas y amplia decoración vegetal. En correspondencia con el exterior, los restos románicos se localizan en el hueco de la torre (5,30 m de largo por 3,85 de ancho) levantada a los pies, que definen un espacio casi cuadrado, más estrecho que la nave, cubierto por bóveda de cañón apuntado con restos de moldura, en el que se aprecian los dos huecos reseñados al exterior, con su correspondiente arco apuntado, hoy tabicados. Esta capilla, con función de bautismal, se comunica con el resto de la nave a través de un doble arco apuntado que apoya en tres columnas con capiteles decorados, algunos muy perdidos, lo que dificulta su identificación. Todos son de canon corto, con cimacios en nacela. Así, en el pilar meridional, el exterior apenas conserva el arranque con restos vegetales; en cambio, el central, muy deteriorado, parece que representa un animal alado, que pudo ser un grifo, y dos cuadrúpedos (cuerpo de león con garras, pero cabezas más bien de perro) con tallos floronados que rodean su cuerpo de lejana derivación silense; el capitel interior se ve recubierto de las tan repetidas hojas lisas hendidas, con bolas. En el pilar septentrional se ha perdido el exterior, en cambio en el central se representan hojas grandes, pinnadas y hendidas, de cuyas esquinas cuelgan piñas que entrecruzan sus pedúnculos; en medio se ven otras hojas más turgentes con adornos intermedios altos; el capitel interior ofrece dos niveles de hojas de palma, hendidas las de las esquinas. La cronología apuntada por el Catálogo Monumental de Navarra, de finales del siglo XII o comienzos del XIII, parece acertada, aunque el progresivo alejamiento de los modelos de los que derivan lleva a pensar más en la segunda opción.