Identificador
39093_03_001n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 54' 35.12'' , -4º 4' 39.75''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Arroyal de los Carabeos
Municipio
Valdeprado del Río
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, de Arroyal de los Carabeos, es como la vecina de San Andrés, una iglesia gótica avanzada, pues su cabecera lleva una bóveda de crucería complicada que no puede ser anterior al siglo XVI, con combados y veintiuna claves, en una de las cuales está la fecha de 1640. El arco triunfal, es un gran arco alto y ancho que carga sobre medias columnas, de capiteles renacentistas. El techo de la nave parece posterior, de techo plano, como debe de serlo la torre prismática de tres cuerpos, muy semejante también a la de San Andrés, que en Arroyal lleva la fecha, en puerta que sube al campanario, nada menos que 1753. Rodríguez Fernández, nos dice que la jurisdicción de esta iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de Arroyal, se limitaba a este barrio, y que su titular primitivo fue San Miguel, derivado de una ermita preexistente de este nombre. El cambio de titulación nos dice debió producirse a mediados del siglo XVII, quizás como consecuencia de la devoción mariana irradiada en la zona por obra de los frailes dominicos, que fueron los que en 1666 fundaron en Arroyal la cofradía del Rosario. Por documentos hallados en los archivos Histórico y Diocesano de Santander y utilizados por el citado archivero Rodríguez Fernández, sabemos que en 1791 ya se arruinaba la capilla mayor, lo que prueba que la iglesia ya existía desde años antes, pero incluso hasta ya dentro del siglo XX, según relata el citado investigador la iglesia parroquial de Arroyal hubo de someterse a obras de reparación que cambiaron totalmente su fisonomía Nada por lo tanto queda, verdaderamente significativo, de su pasado románico, sin embargo la pila bautismal y unas mínimas molduras incrustadas en la sillería desconcertada del interior del ábside, nos vienen a indicar que debió existir, como en general hemos comprobado al analizar lizar el pasado de nuestras iglesias vallinas, una humilde construcción de los siglos románicos. La pila bautismal, que ahora se halla bajo el coro, tiene todas las características que encontramos en las cubas románicas. Es semiesférica, con embocadura poco resaltada que se subraya con una estrecha banda de sogueado, bajo el cual siguen arcaduras muy semejantes a las de San Cristóbal del Monte. Toda la cuba está superficialmente muy desgastada, costando mucho apreciar tanto el sogueado como las arcaduras que no parece lleven, como en San Cristóbal, ninguna cruz patada en lo alto. Apoya la cuba sobre tambor cilíndrico con pie más ancho troncocónico que, a su vez, se asienta sobre basamento cilíndrico. Medidas: alto total, con las basas: 102 cm. Diámetro: 73,5 cm; anchura del borde, con acanaladura central: 7 cm. Basamento, en total: 61 cm. En cuanto a las decoraciones de tipo románico, que aparecen en una alta credencia o nicho situado en el muro norte del interior del ábside, sobre una puerta tapiada en sillares que ahora enmarcan el citado nicho donde han colocado una imagen de Olot de San José con el Niño, y consistentes en sogueados o dientes de lobo, a más de rosas hexapétalas, tres, inscritas en círculo, y otra de al menos diez y seis, nos parecen aprovechamientos de algunos restos decorativos de la casi segura iglesia románica desaparecida.