Sant Quiri de Ancs
BAIX PALLARS
Ermita de Sant Quiri de Ancs
La ermita de Sant Quiri se erige en lo alto del Tossal de Sant Quiri, en el linde entre las aldeas de Pobellà, en el Pallars Jussà, y Ancs, en el Pallars Sobirà. Aunque se halle dentro de la circunscripción de esta última, su titularidad es aún fuente de conflictos. Para llegar desde Gerri de la Sal se debe tomar la carretera N-260 en dirección a Sort hasta llegar, pasados 500 m, a El Comte, donde se coge el desvío de Balestui. Se recorren unos 5,50 km hasta llegar a Sellui y desde aquí se toma una pista forestal que, tras 6,5 km, llega a Ancs. A partir de este punto el camino se complica, siendo aconsejable su acceso con un vehículo todoterreno. Se prosigue por la pista forestal unos 3,5 km, siguiendo las indicaciones que conducen hasta lo alto del monte donde se halla la ermita.
No se ha conservado referencia documental alguna que hable explícitamente de la ermita de Sant Quiri de Ancs. Aún así, existen un par de alusiones a Sancto Quirico o Quiricho en el diplomatario de Santa Maria de Gerri que muy probablemente se refieran a ésta. La primera, procede del V falso de Gerri, fechado por Ignasi Puig i Ferraté en el último tercio del siglo xi, por el que, desde el abadiato gerrense, se quería legitimar la jurisdicción sobre el sitio por una donación del conde y marqués de Toulouse, Àneu, Pallars y Ribagorça. En otro documento de la misma índole y cronología similar, el ix falso de Gerri, presumiblemente de 969, vuelve a ser mencionada en el marco de una supuesta donación del conde Ramon, sus hermanos Borrell y Sunyer y el obispo Guisad de Urgell al monasterio de Gerri y su abad Ató. En 1989 se realizó una restauración de la cubierta, los muros exteriores y el altar.
La ermita de Sant Quiri es un edificio de pequeñas dimensiones, 6 m de largo y 4 m de ancho, de una sola nave, rectangular y ábside semicircular sobrealzado hasta nivel de cubierta. Este hecho, junto con un incipiente resalte de sendas naves, aporta una sensación de continuidad del paramento y de uniformidad del conjunto. Sobre una armadura de madera se dispone la cubierta a dos aguas con revestimiento de losas. La fábrica es de sillarejo dispuesto en hiladas horizontales y el muro tiene un grosor de 0,80 m. Los muros se muestran desnudos tanto en el interior como en el exterior del recinto y no presentan más abertura que una pequeña ventana abocinada en el lado oriental del muro sur y la puerta de acceso al recinto, en el paramento oeste. En el interior la austeridad sigue siendo la nota dominante. Dos bancos corridos recorren el perímetro de la nave mientras el ábside se muestra ligeramente sobrealzado del resto de ésta. En el fondo del hemiciclo, dos piedras encastradas en la pared ejercen de peanas para las imágenes de los santos, mientras, en el eje, el altar se erige humildemente rematado por una losa de dimensiones considerables.
La gran sencillez de este edificio dificulta su datación, sin embargo, afortunadamente, la existencia de una lipsanoteca hallada bajo el altar permite datar el conjunto de alrededor del siglo xii.
Lipsanoteca
En el transcurso de las obras de rehabilitación de la ermita fue descubierto un reconditorio bajo el altar que custodiaba una lipsanoteca. Al finalizar los trabajos de restauración, fue restituida bajo la losa de la mesa del altar.
El relicario está hecho a partir de un bloque de madera de 7 cm de largo, 4 cm de ancho y 4 cm de alto. Presenta una forma prismática con una tapa corredera encajada mediante una hendidura sesgada con forma de guía. Su interior, completamente liso y carente de toda ornamentación, alberga pedacitos de ropa de un color amarillento pálido, diminutos fragmentos de huesos informes y, posiblemente, restos de pergamino o papel. El análisis estilístico concluye que la pieza se corresponde con una tipología de uso generalizado durante el siglo xii.
Texto y foto: Azucena Povill Espinós
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, xv, pp. 231-232.