Santa Maria d’Ermedàs
Santa Maria d’Ermedàs
Desde la carretera N-II en dirección a Figueres, en torno al punto kilométrico 743, encontramos un desvío señalizado que nos lleva al pequeño núcleo de Ermedàs, a unos 500 metros una vez cruzados los puentes de la autopista y el tren de alta velocidad.
La noticia documental más antigua de la que tenemos constancia respecto esta iglesia es del año 1092, cuando el presbítero Adalbert Gausber lega al priorato de Santa Maria de Lledó el alodio de Ermetanos junto a su iglesia dedicada a santa María Asunción. El templo es mencionado, más adelante, en un testamento de 1102, en el que Guillem Ramon d’Ermedàs lega un tercio de sus bienes muebles a Santa Maria d’Ermedàs y a Sant Miquel de Garrigàs. En 1113, Guillem Berenguer d’Ermedàs libra una masía llamada Mas Riba de Borrassà, así como la iglesia de Santa Maria d’Ermedàs al priorato de Santa Maria de Lledó. En una bula papal de Calixto II (1124), en la que confirma las propiedades de Santa Maria de Lledó, figura la iglesia de sancte Marie Heremitanis. En las Rationes decimarum de los años 1279 y 1280 se menciona como Ermedanis, mientras que en el siglo xiv aparece como ecclesia parrochiali sancte Marie de Ermedanis.
Santa Maria d’Ermedàs es un templo de nave única con ábside de planta semicircular ultrapasada, que cubre con una bóveda de cuarto de esfera que arranca de una cornisa. Por su parte, la nave cubre con bóveda de cañón dividida en tres tramos por dos arcos fajones. A ambos lados de la nave se abren tres arcos formeros cegados que reducen el grosor al muro, los cuales que arrancan de pilastras adosadas de sección cuadrangular, con cimacios. El arco triunfal es de medio punto y se sitúa a la misma altura que los arcos formeros. La cubierta del ábside se sitúa muy por debajo de la del resto de la nave, lo que crea un gran frontispicio sobre el arco triunfal. La única ventana original del templo se abre en el centro del muro del ábside, y consiste en una saetera de derrame simple con dintel monolítico en el exterior.
El acceso primitivo debió de situarse en el mismo punto que la actual puerta del lado sur, que fue renovada en 1798, según indica la inscripción de su dintel. A esta misma reforma se considera que corresponde la torre-campanario que se alza en el sector occidental. El paramento del edificio es de sillarejo, con piedras de varias dimensiones bastante bien labradas y dispuestas en hiladas con tendencia a la regularidad. Por su estructura y sus características constructivas, comparables a otros edificios cercanos (pensemos, por ejemplo, en Santa Maria de Vilajoan), este edificio se puede fechar en el siglo xi.
En el sector sur de la iglesia existen los restos de un templo adyacente, de construcción posterior, aunque igualmente de factura románica, consistentes, en esencia, en el muro sur y parte del muro circular del ábside de una nave anexa a la iglesia primitiva. Parece que la planta de este nuevo edificio tenía una menor longitud que el edificio antiguo, con el que se considera que no mantuvo una comunicación directa, sino que cada uno tenía su propio acceso. Presenta una fábrica de sillares bien labrados y de mayor tamaño que los del templo primitivo, características por las cuales se fecha entre los siglos xii y xiii. En su interior existe una construcción semisubterranea consistente en un pasillo con una entrada con arco de medio punto. En la década de 1980 se llevó a cabo una restauración integral del conjunto, que en la actualidad se mantiene en buen estado.
Texto y fotos: Marcos Ojosnegros Marín
Bibliografía
AA.VV., 1995, p. 127; Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A p. 189; Badia i Homs, J., 1985, p. 111; Barral i Altet, X., 1981, pp. 266-267; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 489-490; Collelldemont i Oliva, P., 1984, pp. 49-51; Egea i Codina, A. y Pujol i Fabrelles, D., 1998, pp. 44-45; Oliva i Prat, M., 1962, pp. 80-81.