Sant Bernabé de Alzina d’Alinyà
FÍGOLS I ALINYÀ
Iglesia de Sant Bernabé de Alzina d’Alinyà
La iglesia de Sant Bernabé se encuentra prácticamente en el centro del núcleo occidental de Alzina d’Alinyà, al cual se accede sin dificultad después de recorrer unos 7 km por la carretera que arranca al Noreste de la L-401 poco antes del núcleo de Les Sorts. Alzina d’Alinyà es la población más oriental de Fígols i Alinyà, y limita con Ossera (La Vansa i Fórnols) a través del Coll d’Ares.
Lamentablemente, no se conserva documentación asociada al templo o que lo mencione de modo explícito, pese a tenerse constancia de la existencia del lugar de Alzina d’Alinyà desde mediados del siglo xi. Es posible que la construcción del templo no sea muy posterior.
La iglesia se yergue sobre un afloramiento de roca y presenta una fábrica de bloques de piedra caliza cuya regularidad se degrada en altura, evidenciando un recrecimiento posterior de los muros, especialmente visible en el ábside, de la misma altura que la nave. El edificio, que presenta una planta compuesta por una nave rectangular y un ábside semicircular, presenta profundas modificaciones de época moderna, especialmente notorias en el interior. Las mismas se traducen en el exterior en la incorporación de una capilla y una sagristía al Norte, además de una construcción aneja apoyada al muro occidental, el cual es coronado por un campanario de espadaña de dos ojos con arcos de medio punto con dovelas de piedra toba.
Una rampa con escalones salva el desnivel existente siguiendo la fachada meridional y conduce a la puerta de acceso, elevada sobre dos escalones y formada por un arco de medio punto de grandes dovelas de piedra caliza sobre impostas monolíticas, recientemente restaurado. En el centro de esta misma fachada se abre una pequeña ventana de medio punto, ejecutada con piedra toba y acompañada de una abertura rectangular en el recrecimiento del muro. Junto al pequeño vano abierto en el centro de la parte alta de la fachada occidental, son, actualmente, las únicas fuentes de luz natural al interior, pues las dos ventanas del ábside se encuentran cegadas.
Es precisamente el ábside el elemento más interesante. Ligeramente más estrecho que la nave, en su paramento exterior destaca especialmente su decoración elaborada con piedra toba, la cual, a pesar de las pérdidas de material pétreo, especialmente significativas en el lado sur, dota de ritmo a la estructura. Cuatro lesenas, que arrancan de un potente zócalo que se apoya en el saliente rocoso, determinan cinco entrepaños coronados por sendas parejas de arquillos ciegos. En el flanco sur del ábside, junto al extremo de la fachada meridional, se abre, aunque maltrecha, una ventana que fue de doble derrame y arco de medio punto. La zona central del ábside, la que presenta un mejor estado de conservación, cuenta en su eje central con una ventana de doble derrame enmarcada con un arco de medio punto abocinado de piedra toba del que destacan las jambas monolíticas.
Adosadas al muro norte, se encuentran una capilla y una sacristía de planta rectangular, altura ligeramente al resto del templo y factura claramente posterior, a pesar de que en las mismas se pretendió imitar el sistema constructivo original mediante el uso de grandes bloques de caliza en las esquinas y aparejo irregular en los muros.
El interior está severamente modificado, de tal forma que los elementos de época románica que pudiera presentar originalmente –más allá de la estructura– no se encuentran a la vista. La ventana de medio punto abierta en el muro meridional, el vano de la puerta, y la pila benditera monolítica, y de tosco corte semiesférico, embebida en el revoque que cubre la totalidad del interior, son probablemente los únicos elementos calificables de originales que pueden identificarse. La nave está cubierta con una gruesa capa de enlucido y con una bóveda de lunetas de ejecución modesta, y dispone de un coro elevado en el extremo occidental, enmarcado por un arco de medio punto. Por su parte, la zona presbiterial y el ábside –elevados sobre un escalón y más bajos que la nave– presentan sendas bóvedas de cañón y cuarto de esfera, respectivamente. La irregularidad de la bóveda del presbiterio se hace especialmente evidente en el arco que articula la transición de alturas entre este espacio y la nave. El ábside, de menor altura que el presbiterio, también resuelve el diferencial de alturas mediante un arco de medio punto. En el muro septentrional del presbiterio, y prácticamente en el inicio del ábside, se abre la puerta de la sacristía, cubierta con un arco rebajado. Finalmente, en este mismo muro, en el espacio entre el presbiterio y el coro, se abre una capilla de planta cuadrada, cubierta con una bóveda de arista poco pronunciada.
La decoración exterior del ábside es el elemento más destacado de este conjunto y le confiere un especial valor, pues el uso de arquerías ciegas y lesenas en los ábsides de la comarca es excepcional y solamente se encuentra en casos concretos, como Sant Julià dels Garrics o Sant Vicenç de Estamariu. Puede datarse la realización de este edificio en el siglo xi, si bien habría sido ampliado posteriormente, ya en el siglo xii, y modificado sustancialmente en épocas posteriores.
Texto y fotos: Esther Solé Martí
Bibliografía
Catalunya romànica, 1984-1998, vi, pp. 208-209; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 104-106.