Sant Romà de Pinell de Solsonès
Iglesia de Sant Romà (o de la Mare de Déu del Remei)
Se llega a la iglesia de Sant Romà, también conocida como la Mare de Déu del Remei, por una pista que arranca hacia el Sur una vez pasado el kilómetro 15 de la carretera C-149a. Tras recorrer unos 2 km hay que desviarse a la derecha, y, al poco, ya se divisa el alto en el que se encuentra el templo, semioculto entre los árboles que lo rodean.
En 1003 está documentada una venta de los condes Ermengol I y Guilla a Bonnat y su esposa Uruca de un alodio en el término de Madrona que limitaba con Sant Romà.
Del edificio primigenio, cuya planta estaba formada por una sola nave rectangular y una cabecera trebolada, se conserva tan sólo el inicio de aquella y los tres ábsides, con algún añadido posterior, como el porche situado delante del ábsidiolo sur, formado por dos muros que arrancan perpendiculares al eje longitudinal de la nave, desde los laterales de paramento absidal, y que están conectados por un arco apuntado. En una de las dovelas de este último es visible una marca de cantero cruciforme. Los paramentos exteriores de los tres ábsides son lisos, carecen de vanos, y en ellos se utilizan conjuntamente el sillarejo y la mampostería, con algunas zonas, como parte del ábside norte, en las que se emplean sillares dispuestos en hiladas más o menos uniformes. Todo ello se recubre de mortero. El arco fajón más oriental de la nave fue cegado para que pudiera hacer las veces de fachada occidental. En él se abre una puerta dintelada moderna y, sobre ella, una pequeña ventana formada por los restos de una anterior: un arco de medio punto monolítico y un sillar procedente de una jamba o del alfeizar de la primigenia. En los laterales de este frontis, se proyectan parte de los muros laterales de la desaparecida nave.
En el interior, mientras que el ábside central se cubre con bóveda de cuarto de esfera, esto no es tan evidente en los dos laterales, que quedan ocultos por las reformas posteriores, con lo que se pierde la sensación de cabecera trebolada.
No lejos de Sant Romà se encuentran los restos de otro templo que también presentaba planta trebolada: Sant Miquel de Castellvell.
Su construcción puede situarse en el siglo xii y la reforma en la que se añadió el pórtico sur ya en época gótica.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina - Foto: Francesc Rodríguez Beltrán - Planos: Eva García Luna
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, pp. 241-242.