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Pila bautismal

Identificador
34492_09_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Andrés

Localidad
Valtierra de Albacastro
Municipio
Rebolledo de la Torre
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL TEMPLO PARROQUIAL se halla al sur de la población, a un centenar de metros del caserío, sobre un pequeño alomamiento rodeado por tierras de cultivo. Es una humilde construcción, levantada fundamentalmente a base de mampostería, con planta de salón compuesta por cabecera cuadrangular y nave de dos tramos de la misma anchura y altura. A los pies se eleva una corta torre, con un husillo poligonal, mientras que un muro de tendencia circular envuelve al conjunto, a modo de atrio, utilizado en el lado norte como cementerio. Prácticamente todo el edificio obedece a una construcción tardogótica, con diversas reformas llevadas a cabo a lo largo de los siglos XVII o XVIII, aunque se conservan algunos retales de la fábrica románica y sobre todo el conjunto de canecillos, reutilizados en las épocas posteriores. No es fácil, a tenor del pobre sistema constructivo empleado, diferenciar etapas constructivas en los lienzos, que además sólo pueden analizarse en el exterior puesto que el interior aparece por completo revocado, mostrando una típica morfología gótica. A época románica pudiera remontarse el lienzo meridional del primer tramo de la nave, en el entorno de la portada reconstruida hacia el siglo XVIII, pero tal interpretación es muy dudosa. Más evidente resulta el lienzo septentrional de la misma nave, en sus dos tramos, considerablemente más bajo que el muro actual y donde se aprecian restos del antiguo alero, ubicados a media altura de la torre. Este paramento sería reforzado por los contrafuertes góticos y horadado posteriormente para abrir la pequeña capilla bautismal. Por lo que se refiere a los canecillos procedentes de la fábrica románica, se contabilizan en total 35 piezas -alguna de ellas rota-, de las que 31 están incorporadas en el alero gótico -8 en el muro sur, 11 en el testero y 12 en el muro norte- y las otras cuatro sobre el lienzo que consideramos primitivo, en el sector de la torre arriba citado. Están hechos en arenisca, en caliza blanca e incluso en toba y son muy toscos, predominando los de nacela o proa de barco, aunque también los hay con rollos, destacando sobre el conjunto uno con un conejo o liebre y otro, desgraciadamente mutilado, con representación de un músico que está tocando un desproporcionado rabel. Además de estas piezas, pero haciendo también la función de canecillo, se hallan dos pequeños capiteles que debieron formar parte de un ventanal, igualmente románico, seguramente el que se abriría en el testero del ábside. Ambos se hallan en el muro oriental de la cabecera y uno muestra un ave de tosca factura -seguramente un águila- en posición frontal, con las alas abiertas, con lo que parece una cabecita humana barbada ocupando la esquina; el otro presenta otra cabecita angular de cuya barbilla parten dos boceles que se prolongan en curva en cada una de las caras, enmarcando un disco con una pequeña cruz biselada. Con tan escasos elementos es complicado aportar una cronología del desaparecido edificio románico, aunque el águila de alas abiertas suele ser un motivo muy frecuente en las construcciones que se vienen fechando hacia los años centrales del siglo XII. En el interior del templo, en una pequeña capillanicho abierta en el muro norte del primer tramo de la nave, se halla la pila bautismal, también románica. Hecha en piedra caliza, presenta una altura total de 72 cm, con un vaso troncocónico de 60 cm de altura y 104 cm de diámetro, dispuesto sobre una base circular que a su vez apoya sobre un amplio bancal, también circular pero hoy a ras de suelo. El vaso tiene el interior en forma avenerada y el exterior decorado con cenefa dentada y debajo con trece arquillos acogiendo figuras humanas, aunque sólo en un caso los arcos descansan sobre columna, cuyo fuste está rematado en la parte superior e inferior por sendos gloutons, es decir, dos mascarones que engullen ese fuste. Los personajes conforman un Apostolado, presidido por una figura coronada, con libro, en actitud bendicente, que hemos de suponer que representa a Cristo. Entre el resto de los apóstoles se reconoce a San Pedro -a la izquierda de Cristo-, con su atributo de las llaves, también con libro, pero re p resentado imberbe y con el pelo formado por bandas talladas en punta de diamante. Sin embargo otro de los personajes también parece portar una llave y para Garbiñe Bilbao éste es Pedro, pues junto a él aparece también un pez, recordando el antiguo oficio del primer Papa, además de ser un símbolo del primer cristianismo; los demás portan libro y están en actitud bendicente o tocando al personaje contiguo. La talla es sumamente rudimentaria, con unos personajes rechonchos, que visten túnicas o capas de pliegues muy elementales y con unos rostros de sonrisas burdas y ojos almendrados, con el pelo formado por dientes de sierra, por profundas incisiones, pequeñas puntas o por escamas. El escultor trata además de no dejar ningún espacio vacío, rellenando los huecos entre personajes con motivos vegetales o geométricos; incluso entre dos de ellos aparece una pequeña cabeza de compleja interpretación. G. Bilbao menciona la figura de Judas con el atributo de la bolsa colgando de su mano derecha. Entre las figuras se conservan restos de coloración roja. El basamento se decora con un grueso bocel que en realidad representa a dos serpientes, con cabezas en ambos extremos, mordiéndose entre sí, con los cuerpos mostrando unas incisiones que simulan el escamado. Este motivo, aunque con numerosas variantes, es bastante frecuente, y así en Cuevas de San Clemente aparece una serpiente solitaria que se muerde la cola y en numerosas ocasiones aparece atacando a un león. La presencia del ofidio en el basamento de una pila bautismal quizá esté en relación con el papel que jugó en el nacimiento del Pecado Original y la cualidad salvífica del bautismo al respecto. La pieza está en la línea de muchas otras que muestran arcuaciones con los apóstoles -aunque generalmente el número de personajes es variable y los personajes no suelen tener la relación con los contiguos que aquí aparece-. Escultóricamente esta pila guarda enormes similitudes con la de Albacastro -hoy en el Museo del Retablo, en Burgos- y es muy probable que ambos ejemplares sean obra de un mismo escultor.