Identificador
47000_0102
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 39' 23.12'' , -4º 43' 16.93''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Valladolid
Municipio
Valladolid
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL ACCESO MÁS SENCILLO SE REALIZA desde la Calle de las Angustias, entrando por la llamada Calle de San Martín, que llega hasta la puerta principal del templo. Podemos rodearlo por detrás si caminamos por el Camarín de San Martín y por la Calle del Prado. Un itinerario alternativo parte de la Iglesia de Santa María de la Antigua, gira a la izquierda por la Calle Esgueva y a la derecha por la Calle de los Moros, que es peatonal. La primera evidencia cierta de la existencia de esta parroquia se encuentra en un documento de 1148. Se trataría de una ermita de reducidas dimensiones que fue sustituida por un nuevo templo a comienzos del siglo XIII. En 1588 fue derribada la Iglesia primitiva, a excepción de la torre. El templo actual fue trazado por Diego de Praves, según los esquemas herrerianos en boga. Terminó las obras su hermano Francisco de Praves en 1621. Preside la fachada un altorrelieve de San Martín ofreciendo su capa a un pobre, grupo ejecutado por Antonio Tomé en 1721. Se trata de una advocación muy característica de la arquitectura religiosa y hospitalaria del Camino de Santiago. La popular torre de esta iglesia causó ya la admiración de Antolínez, quién decía que estaba hecha "a flor de tierra y sin cimientos", como vio por sí mismo cuando se abrió una zanja para depositar los huesos amontonados en lo que antaño fuera iglesia y entonces pasaba a ser capilla de don Alfonso de Galdo (obispo de Honduras). Al hacer esta capilla, escribe, vio "un sepulcro que se introducía en parte debajo de la torre, en el que se hallaron los restos de un cadáver de extraordinarias dimensiones". Según Martín, el templo existía ya en 1148, aunque por entonces no era sino una ermita. Una de las arterias principales del Valladolid medieval, la Calle Francos, conectaba a través de la Calleja de los Moros (acaso el primer asentamiento de mudéjares, supone Represa) con la plaza e iglesia de San Martín, núcleo de uno de los barrios, creados bajo el conde Ansúrez, densamente poblado ya a mediados del siglo XII. Esta plaza resultaba del espacio libre que había ante una de las puertas del recinto viejo, pues por allí discurría la "cerca" (que no muralla) de la villa. Esta iglesia, convertida en parroquia en la segunda mitad del siglo XII según Castán, posee aún una torre del siglo XIII, de transición, cuya estructura es similar a otras de la provincia y a la de la Antigua, en cuyas molduras son semejantes. Sin embargo las ventanas ya tienen arco apuntado. En 1241, en efecto, recoge Rucquoi menciones documentales que hablan de esta iglesia, en torno a la cual habitan "moros". La parroquia albergaba sobre todo artesanos y comerciantes, y acogía el mercado diario ("azogue") y numerosas tiendas en sus calles. El templo fue demolido en 1588 y reedificado en 1621 por el arquitecto Francisco de Praves. La torre, respetada a pesar de todo, presentaba en 1788 unas grietas en los lados Norte y Sur que alarmaron al párroco, quien consultó a un ingeniero. Este determinó que las fisuras eran muy antiguas y presumía que se debieron a la antigua cubierta similar a la de la vecina iglesia de la Antigua, que debía de pesar demasiado y por eso "los antiguos" la quitaron. Sugirió rellenar los intersticios y observarlos pues, de reabrirse, sería preciso desmochar la torre. Sin embargo su opinión era que no se trataba de desperfectos graves, como de hecho la presencia de la edificación, aún con grietas, ha demostrado posteriormente. Del templo levantado a comienzos del siglo XIII sólo resta pues la torre, de proporciones muy esbeltas. Javier Castán define sus características con gran acierto, cuando escribe que "la torre de San Martín viene a simbolizar la continuidad o la transición sin sobresaltos entre el románico y el gótico en Valladolid". Es cierto. Aunque tardía, la torre de San Martín es heredera directa de la torre románica de la Colegiata vallisoletana, de comienzos del siglo XII, y de la torre de Santa María de la Antigua, construida durante los primeros años del siglo XIII. Vemos en la de San Martín detalles constructivos y decorativos que delatan un notorio desembarco del primer estilo gótico en la población. La torre de San Martín está pegada al muro Norte del crucero de la Iglesia. Fue construida en sillería bien escuadrada. Tiene planta cuadrangular y su alzado está dividido en cuatro cuerpos. El piso bajo del primero hace hoy las veces de Sacristía, pues comunica con el mencionado crucero. Exteriormente está subdividido en tres partes por dos líneas de imposta lisas. En la esquina Sureste y embutida en el muro, hay una escalera de caracol que sirve para ascender a los cuerpos altos. A poniente se abre una ventana de aspillera. Se componen los tres cuerpos altos de modo similar a la torre de la Antigua. Están separados por medio de impostas sin decoración, subdivididos por una moldura intermedia, también lisa, y tienen columnillas empotradas en el retranqueo de las esquinas. Pero, contrariamente a lo que vemos en sus antecesoras, en la torre de San Martín ha desaparecido el taqueado. La decoración es más sencilla, como consecuencia de la llegada de las corrientes estéticas del Cister, que imponen sobriedad. Esto es más evidente en el segundo cuerpo, donde en cada uno de sus frentes se abre una ventana terminada en arco apuntado, con bordes achaflanados, tosco parteluz central y tracería de cuadrifolios bastante imperfecta. La presencia de columnas en las jambas restan un poco de austeridad a la composición general del vano. Se prolonga la imposta intermedia hasta convertirse en cimacio de cada capitel. Del mismo modo se resuelve el tercer cuerpo, pero en cada frente aparecen tres ventanas, con columnas pareadas en sus parteluces y otra más en las jambas laterales. Muestran leve apuntamiento los arcos, cuyas roscas y chambranas carecen de decoración. En cada frente del último cuerpo se abre una amplia ventana geminada con dos arcos de medio punto, una columna en las jambas y parteluz de columnas pareadas. Las impostas son lisas. Otra línea de imposta superior da paso a una cornisa de leve resalte. Por encima se desarrollaba un esbelto chapitel piramidal, hoy desaparecido, de dimensiones semejantes al que corona la torre de la Antigua. Sangrador recoge la noticia de la existencia de este remate, "pero que habiéndose observado que se abrían en ella grandes grietas y endiduras, que aún subsisten, se mandó destruir a fin de evitar que su excesivo peso produjera la destrucción completa de la torre". Una de las características primordiales de esta torre es su falta de decoración escultórica. Puede observarse alguna decoración vegetal muy sencilla en los capiteles, cuyos acantos terminan en cogollos abultados. El antes citado Antolínez glosó las excelencias de esta torre, "una de las más grandes que tiene iglesia en España, toda...de piedra...fundada sobre la haz de la tierra". Muy cerca de ella se descubrieron restos de enterramientos humanos, cuando a comienzos del siglo XVII se estaban abriendo los cimientos para construir la Capilla de don Alonso Fresno de Galdo, Obispo de Honduras, que es la más cercana del lado del Evangelio. Se decidió abrir una zanja "de estado y medio de honda" junto a la torre, para volver a enterrarlos. Al profundizar "se descubrió un nicho de piedra que entraba tres partes de las cuatro debajo de la torre, y la otra salía fuera; sobre el cual nicho o hueco está fundada la torre. En esta parte del nicho que sale fuera de la torre se sacaron unos huesos tan grandes que suponían ser de algún gigante...eran de persona de monstruosa estatura". Supuso Antolínez que debía tratarse de los restos de un antiquísimo "moro", pues "la torre se fundó sin echarla cimientos" y sin reparar en la existencia de tal nicho.