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Interior de la cabecera

Identificador
09640_02_052
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 4' 27.63'' , - 3º 25' 12.87''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Hortigüela
Municipio
Hortigüela
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA ERMITA DE SAN MARTÍN se encuentra a unos 200 m a oriente del casco urbano de Hortigüela, siguiendo un camino que lleva hasta un modesto complejo lúdico-deportivo compuesto por un mini-golf y una arboleda con su correspondiente fuente, junto a los restos de lo que fue un pequeño templo asentado sobre una ladera. La única constancia escrita que existe de la ermita de San Martín aparece a mediados del siglo XIX de mano de Pascual Madoz, quien habla de la existencia de tres ermitas en el pueblo, entre ellas la que nos ocupa, a las afueras del pueblo. Estuvo en uso hasta la década de 1960, momento en que se abandonó por su lastimoso estado. Es un edificio de reducidas dimensiones, de una nave rectangular más ancha en los pies que en la cabecera. El aparejo utilizado en su construcción es diverso, empleando una mampostería de diferentes calibres y calidad (arenisca roja, caliza grisácea, tejas) para levantar los muros, mientras que reserva los sillares de arenisca roja, mejor trabajados, para los esquinales del lado oriental, arco triunfal, tejaroz, canecillos y apertura de huecos. El espacio interior del edificio aparece dividido en tres ámbitos: la cabecera, separada del cuerpo de la nave por un arco triunfal de sección poligonal, y la nave, separada de los pies por un escalón en altura situado a partir de la puerta de acceso. Tanto la techumbre como parte del muro norte han desaparecido, quedando sus restos esparcidos alrededor del edificio. No obstante, los vecinos recuerdan aún la existencia de una bóveda de piedra. La única zona que ha conservado un poco su aspecto primitivo es la cabecera, que mantiene sus muros desde el arco triunfal, si bien no se puede decir lo mismo de la cubierta. Aun así, los restos del muro este conservan todavía la estructura a dos aguas. Aproximadamente hacia la mitad de su espacio se dispone un escalón en altura, sobre el cual está colocado un altar levantado en bloques de piedra. Sobre ese mismo ara se abre una pequeña aspillera abocinada, el único vano original, puesto que la ventana del lado sur sería posterior. El alero de la cabecera conserva aún -aunque no sabemos por cuánto tiempo- seis canecillos, tres al norte y tres al sur, a los que habría que sumar otros cinco canes que se encuentran depositados en el almacén municipal, para evitar su deterioro. En líneas generales presentan una tipología alargada y una decoración a base de modillones en unos casos y en otros de nacelas en gajos, como las que aparecen en la iglesia del monasterio de San Pedro de Arlanza. Merece especial mención uno que presenta un modillón y una cartela donde se dispone una estrella de ocho puntas hecha de líneas; existe otro canecillo de nacelas y una figura, pero está tan deteriorado que es imposible reconocer nada. En los esquinales norte y sur se advierten algunos grafitos, consistentes en una cuadrícula, diversas cruces y varias figuras antropomorfas que parecen más bien evoluciones a partir de esas cruces. En conclusión y atendiendo a los pocos restos de paramentos, parece que hubo una ermita inicial realizada a mediados del siglo XII, que posteriormente fue reedificada aprovechando los materiales ya existentes y añadiendo otros. Posiblemente esa segunda fase constructiva hubiera podido llevarse a cabo a finales del siglo XIII.