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Estela discoidea conservada en casa particular

Identificador
31483_01_058
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 48' 11.40'' , -1º 26' 10.92''
Idioma
Autor
Julia Baldó Alcoz,Javier Martínez de Aguirre
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de la Asunción o de la Natividad

Localidad
Beortegui
Municipio
Lizoáin
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
EL TEMPLO SE HALLA EMPLAZADO en un altozano a las afueras del pueblo, desde el que se divisa una panorámica del valle. Esta iglesia comparte la doble dedicación a la Asunción y a la Natividad, a pesar de que las fiestas patronales tienen lugar el 8 de septiembre, en honor de esta última advocación. El edificio destaca al exterior por su fábrica de sillares irregulares de piedra de diferentes tamaños que configuran una construcción de la que sobresalen diferentes volúmenes y adiciones como el cuerpo de acceso al coro, una capilla y la sacristía en el muro norte, y una potente torre en el lienzo sur. Amplios contrafuertes prismáticos, adosados en el siglo XVII, llegan hasta el tejaroz en el ábside y el muro meridional. La torre fue añadida a la fábrica original en el tramo occidental del templo y también se halla reforzada por cuatro potentes contrafuertes en las esquinas. Una hilera de ménsulas convexas lisas soportan la cornisa a lo largo de todo el perímetro. En la torre se abren diversas ventanas, pero sólo es coetánea de la fábrica románica la inferior occidental. Una saetera con arco de medio punto se sitúa en el lienzo sur del ábside, si bien resulta más interesante la que se abre a continuación en el muro de la epístola, con características semejantes, aunque con sillares de mayor tamaño que el resto del aparejo circundante en los que aparecen varias marcas de cantero que representan la letra A y la cruz. Además, su parte superior aparece adornada con pequeños motivos de bolitas, inscritos en una moldura en arco incisa, siguiendo el mismo motivo decorativo que se puede apreciar en las ventanas absidales de Aberin. También puede relacionarse con la ventana del eje de la cabecera de la cercana parroquia de Najurieta, donde se también han cincelado bolas. El ingreso al templo se efectúa por su zona meridional, a través de una portada de gran sencillez encajonada entre dos contrafuertes y bajo un tejadillo, constituyendo una solución muy similar a otras iglesias contemporáneas (Azoz, Maquirriain de Ezcabarte, Esáin). Su puerta, sin tímpano, queda enmarcada por tres arquivoltas lisas de arcos de medio punto en platabanda, apeando las dos exteriores sobre pies derechos. Las arquivoltas exteriores, en especial la más occidental, quedan parcialmente tapadas por los citados contrafuertes, añadidos en una fase posterior a la construcción primigenia, tal y como se puede observar en fotografías anteriores a la restauración. Al interior, la iglesia presenta una planta de nave única (15,37 m de longitud y 5,47 m de anchura) articulada en tres tramos más ábside semicircular. En su muro norte se añadió una pequeña capilla de arco de medio punto y de planta cuadrada. La nave también se cubre con bóveda de medio cañón en su segundo y tercer tramo y una bóveda de horno en la cabecera, ambas rehechas completamente en el siglo XVII. Los arcos fajones de medio punto de la nave apoyan en secciones de pilastras suspendidas que culminan en cimacios lisos muy remarcados y salientes y ménsulas lisas bilobuladas. Destaca de todos ellos el ubicado en el frente del coro, que fue reforzado con otro arco inferior. Además, es importante subrayar la existencia de restos de la antigua línea de imposta que discurría por todo el perímetro superior de los muros y a la altura del arranque de las bóvedas en el ábside y en algunas zonas de los lienzos norte y sur. Estas piezas contienen motivos decorativos de carácter redondeado que bien podrían corresponderse con bolas y figuras humanas, tal y como puede observarse en las ménsulas del coro que se describen a continuación. Con respecto a las ventanas del templo, destacan de forma notable dos abocinadas ubicadas en el muro de la epístola, una de traza rectangular abierta en época moderna para iluminar el desaparecido retablo y otra de medio punto a continuación (uno de sus extremos queda tapado por el arco fajón y la pilastra), junto con otra cuadrangular en el nivel del coro. Existió en el eje otra ventana abocinada de medio punto, cegada tras el añadido de un contrafuerte, donde ha sido colocada una imagen sedente de la Virgen con el Niño de estilo gótico. El coro se cubre con un cielo raso sostenido por ménsulas convexas lisas en sus muros sur y este y apea en un arco muy rebajado con molduras aboceladas. En su parte baja se ubican, a modo de ménsulas o cimacios, dos piezas rectangulares con decoraciones de bolas, en el caso de la del sur y con un conjunto de formas globulosas que han sido vistas como figuras femeninas, en la del norte. Muy probablemente estos materiales formaron parte de la línea de imposta, anteriormente mencionada, y fueron reaprovechados cuando se construyó el coro. En el sotocoro destaca la pila bautismal con tapa de madera, ubicada en el ángulo noroccidental. Se compone de taza semiesférica apuntada con aristas (73 cm de diámetro) y fuste (30 cm) formado por dos molduras anulares, a modo de toros, que reposan sobre un plinto circular y un basamento cuadrangular con bolas en los ángulos. Este modelo puede relacionarse con otros que reproducen también bolas en su fuste, como ocurre en Zunzarren. Todos estos datos descritos, más los propios añadidos interiores y exteriores que muestran los muros (en el lienzo sur parece que se pudo abrir una brecha que se volvió a rellenar con sillarejo) y los elementos sustentantes (doble arco del coro) hacen suponer que esta iglesia ha sufrido diferentes intervenciones a lo largo de los siglos. A esto cabe añadir algunas noticias llegadas hasta la actualidad, por las cuales se indica una serie de obras de cantería efectuadas en el siglo XVII y que consistieron en hacer dos arcos de piedra labrada dentro de la dicha iglesia con quatro estribos de par de fuera de los cimientos. También se hizo necesario enbobedar todo el cuerpo de la dicha iglesia asta el arco del coro ya que el templo había quedado inacabado y a cielo raso lo que hacía imposible oficiar misa en condiciones climáticas adversas. Y finalmente, se debía alzar la altura del muro del edificio varias hiladas: levantar el cuerpo de la dicha iglesia asta siete pies con piedra bien martillada de par de fuera. Al hilo de estas informaciones, debe mencionarse de igual manera, una restauración efectuada por la Institución Príncipe de Viana entre los años 1989-1990 por la que se eliminó la casa adosada al hastial (de la cual aún quedan marcas en el muro oeste de la torre), así como el pórtico de hormigón sobre la portada y el recrecimiento del frontón que se yuxtaponía al ábside. La cubierta de la torre también fue reparada. La iglesia, en aquel momento, presentaba grietas en muros y bóvedas, debido a un defecto de cimentación, posiblemente originado por el corrimiento del terreno donde se asienta. Esto provoca en el edificio un agrietamiento de los muros que se ha venido repitiendo a lo largo del tiempo, como se ha podido ver en la documentación consultada en el Archivo Diocesano de Pamplona. Así pues, las principales las actuaciones que se llevaron a cabo en esta intervención consistieron en el recalce de los muros, en la consolidación de la bóveda (agrietada), el refuerzo de un arco y la reconstrucción de un machón meridional con el objeto de asegurar la estabilidad del edificio. A pesar de ello, y a raíz de los recientes terremotos ocurridos en la comarca en los últimos años, se han abierto nuevas grietas en los muros del ábside y en el arco que sustenta el coro. Por todo lo indicado, al igual que se ha visto para las iglesias de Sagüés, Azoz y Maquirriain, debe fecharse la parte original de este edificio, concretamente la cabecera y parte del área inferior de los muros perimetrales, en el entorno de 1200. Se conservan en diversos lugares otros elementos pétreos que han formado parte de la iglesia. En primer lugar, en la parte superior del coro una pieza de piedra redondeada con una figura animal que asemeja un ave. Parece corresponderse con una ménsula como las que se colocaban en las enjutas de las puertas y portadas. Y en una casa particular guardan un fuste molítico correspondiente a una columna (muy similar al fuste que soporta la pila aguabenditera de la parroquia de Meoz) y un plinto de base cuadrada, cuyos frentes aparecen ornamentados alternativamente con bolas simples y en parejas que enlazan con los motivos de bolas observados en la iglesia. Es muy probable que pueda tratarse de elementos desechados en una intervención posterior a la fábrica original del templo.