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Vista general de Santa Maria de Vilanova de la Barca en 1920

Identificador
25254_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.6892459,0.7241986
Idioma
Autor
Meritxell Niña Jové
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de Vilanova de la Barca

Localidad
Vilanova de la Barca
Municipio
Vilanova de la Barca
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Vilanova de la Barca

Descripción

VILANOVA DE LA BARCA

El municipio de Vilanova de la Barca se sitúa en el extremo nororiental del Segrià, en el límite con la comarca de La Noguera. El término se extiende por la orilla izquierda del Segre, en su confluencia con el río Corb, que fluye por la izquierda, al límite con el adyacente término de Corbins. El pueblo y cabeza de municipio, Vilanova de la Barca, es el único núcleo de población agrupada y se localiza en la orilla izquierda del río Segre, aguas arriba de la confluencia con el Noguera Ribagorçana y el Corb. Dista 14 km de Lleida.

 

La localidad de Vilanova de la Barca tiene su origen en una villa nacida por la concesión de una carta de franquezas (franchillitatis et libertatis) en 1212, a illis omnibus et feminabus qui habitabunt vel habitaturi erunt in loco illo quem bobis dedimus ad populandum et edificandum qui est inter Zaguilar et Castro Pagesio, qui vocatur Vilanova, por parte del preceptor templario de Gardeny, Ramon Berenguer de Àger, y el procurador de la casa templaria de Corbins, Ramon Oller, con consentimiento del maestro templario, Pere de Montagut. En esta carta se eximía a los repobladores de varias prestaciones feudales, muy posiblemente con la voluntad de reorganizar el territorio con una nueva orientación económica. Se pretendía, también, unificar la población en un núcleo único, así como asegurar el cruce del río Segre mediante la construcción de un embarcadero que comunicara con la orilla opuesta. A tal efecto, les era otorgado el libre y franco pasaje a través del Segre con la barca instalada por los donadores. Este núcleo de población fue conocido hasta el siglo xviii indistintamente como Vilanova de Castellpagès, de Corbins o de la Barca.

Iglesia de Santa Maria de Vilanova de la Barca

Las ruinas de esta antigua iglesia parroquial se emplazan en el casco antiguo de Vilanova de la Barca, al que se accede desde la carretera C-13.

 

No se conocen noticias relativas a este templo hasta finales del siglo xiii. Así, el primer dato histórico del que hay constancia aparece en la relación de las décimas papales del año 1279, en donde se cita al capellano de Villanova de Castelpages. Pocos años después, en 1282 se firmó en este templo, en presencia del notario Bayona y del cura Guillem de Segura, un documento por el cual los vecinos de la cercana localidad de Térmens eran obligados a pagar al castellano de Amposta el recaudo que recibía de Ramon de Anglesola. Cuando en 1361 la iglesia fue visitada por el obispo, parece que ya necesitaba alguna reparación. La parroquial se incorporó en 1468 a la sacristía de la sede ilerdense, que pasó a tener el señorío del lugar.

 

Este templo ha sido más bien poco afortunado, pues ha padecido múltiples afectaciones, producidas principalmente por las contiendas bélicas, que lo han dejado en estado de ruina. Ya en el siglo xvii, la Guerra dels Segadors (1640-1652) debió de dejar su impronta de destrucción, dado que entonces se hizo necesario reparar la bóveda y sustituir el altar mayor, que se reemplazó por uno nuevo de estilo barroco. Más adelante, las guerras napoleónicas debieron de dañar de forma considerable la fábrica del templo, puesto que en 1816, en el acta de una visita episcopal se deja constancia de que “la Iglesia es vieja como que amenaza peligro y necesita muchos reparos así en su fábrica como focalías”. Las obras de reparación se debieron de retardar, porque en 1890 se comentaba que “la forma de la Iglesia es muy irregular, el centro de ella es gótico, a su izquierda una nave y a su derecha una sola capilla. Su estado hasta hace poco indecentísimo y al presente gracias a la limosna de algunas personas caritativas se ha arreglado algo aunque no está más que regular. Sólo hay cuatro altares. Todos tienen ara con reliquias […]. Hay dos en construcción a expensas del Sr. Conde de Torregrosa y de Camilo Boix de Lérida. Hace dos meses que se construyó la sacristía. Nunca había tenido”. A pesar de ello, el edificio llegó íntegro a principios del siglo xx. Las informaciones históricas apuntan que el 6 de octubre de 1919 se hundió el campanario, según parece a causa de unas intensas lluvias y de un viento huracanado. Ello explica que en la fotografía estereoscópica proveniente del fondo Salvany de la Biblioteca de Catalunya, tomada en 1920, este elemento ya no aparezca. Siguiendo con la narración de las destrucciones sufridas, conviene hacer referencia a los estragos de la Guerra Civil española, que fueron especialmente severos en Vilanova de la Barca, donde dejaron prácticamente derribado el templo, del que se salvó tan sólo la cabecera y algunas partes de los muros. Tras la contienda se construyó una nueva iglesia en otro punto de la localidad y la antigua parroquia fue abandonada. A partir de entonces la cabecera fue convertida en almacén municipal.

 

En su configuración primitiva, el templo de Santa Maria de Vilanova de la Barca tenía una sola nave y por una cabecera plana de planta cuadrangular, con unas dimensiones totales de 25 m por 16 m. El presbiterio es el único cuerpo arquitectónico que conserva la cubierta, aunque es tardía, posiblemente ya del siglo xvi, y que presenta una bóveda de crucería y una clave perteneciente también a esta época. De igual forma, han pervivido los dos capiteles de las columnas que separaban el ábside de la nave. El paramento de este templo presenta sillares labrados de grandes dimensiones. Por otro lado, la observación de los vestigios materiales permite constatar que los muros tenían un notable grosor, de unos 2 m. Los sillares de la base de la cabecera forman un zócalo de aproximadamente 1 m de altura.

 

En el muro sur de la cabecera se abre una ventana con arco de medio punto y doble derrame. En la parte sur del templo se conserva una puerta de arco de medio punto adovelado, que había estado cegada. Joan Fuguet i Sans apunta que sus reducidas dimensiones indicarían que no habría sido la puerta de acceso desde el exterior, sino más bien una comunicación con un edificio lateral inexistente en la actualidad.

 

Uno de los aspectos más destacables de esta edificación es el sistema de contrafuertes. Estos estribos son prismáticos, de sección cuadrada. Llegan a dos tercios de la altura de los muros y presentan un remate en forma de pirámide truncada. En la cabecera se encuentran reforzando los dos ángulos, y parece que los paramentos laterales también se consolidaban mediante dichos soportes, puesto que se intuye la presencia de uno de ellos en el lado norte y otros dos en el sur. El sistema de contrafuertes angulares es bastante insólito en la arquitectura románica hispánica, por el contrario, no lo es en las iglesias del Mediodía francés. Fuguet i Sans expone, citando un estudio de Anne M. Legras, que esta tipología de refuerzos es relativamente habitual en las iglesias de las órdenes del Temple y del Hospital de las regiones de Saintonge y Aunis, y concluye que su presencia en Vilanova se explicaría por la conexión de la Orden del Temple con comunidades francesas.

 

El cuerpo primitivo se amplió con posterioridad, posiblemente a lo largo del siglo xiv, como consecuencia de lo cual adoptó una planta con pequeñas capillas laterales en el lado norte que se cubrían con bóveda de cañón apuntada perpendicular al eje del templo. Posiblemente, para facilitar el acceso a su interior, ya en el siglo xx se practicó una puerta en el centro del su muro oriental, con lo que se rompió su uniformidad.

 

El templo de Santa Maria debió de alzarse en el momento en que se fundó la población de Vilanova de la Barca, a principios del siglo xiii, bajo los auspicios de la Orden del Temple. Según Esther Martí, que ha estudiado la formación urbanística de la villa medieval de Vilanova, la iglesia formó parte del núcleo inicial de poblamiento y bien podría ser coetánea a la fundación de la villa, aunque inicialmente se habría situado extramuros. Esta hipótesis se refuerza por el hecho de que la iglesia está construida toda ella con unos muros muy gruesos, como si hubiese estado concebida como un edificio aislado.

 

Texto y foto: Meritxell Niña Jové

 

Bibliografía

 

Camps i Clemente, M., 1990, pp. 75-80; Camps i Clemente, M., 2003b, pp. 163-169; Castells catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 828-832; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 248-249; Font i Rius, J. M., 1969-1983, I, pp. 329-330; Fuguet i Sans, J., 1995, pp. 182-185; Martí Sentañes, E., 2000, pp. 364-370; Rius i Serra, J., 1946, p. 120.