Mas del Rei
Casa fuerte del Mas del Rei
A medio camino entre Àger y Balaguer, por la carretera C-12 que une ambas poblaciones, arranca un desvío hacia Tartareu. A unos pocos metros y a mano derecha hay otro camino que se dirige a los Masos de Millà y que en unos 2 km llega hasta donde se encuentra, en lo alto de una loma, el Mas del Rei, la masía en la que se transformó la casa fuerte que hoy en día lleva su nombre y que está dentro de la antigua cuadra de Vilamajor.
Esta casa fuerte o pequeño castillo no aparece citada directamente en los documentos medievales conservados, aunque ya desde el año 1067 se tienen noticias del lugar, alaudium Ville Maioris, citada en la donación realizada por Arnau Mir de Tost y su esposa a la abadía de Sant Pere de Àger, la cual volvieron a reiterar el año siguiente. Posiblemente el enclave tiene un origen muy antiguo, ya que el topónimo Vilamajor podría hacer referencia a la existencia de una antigua villa romana situada en ese lugar, posibilidad que se confirma con la distribución de los cultivos adyacentes en pequeños campos que forman bancales, característica propia de aquellas villas. Al mismo tiempo el uso del apelativo cuadra, que hace referencia a un área fronteriza, deja claro que el territorio, bajo el poder musulmán durante algún tiempo, fue conquistado poco antes y se convirtió en un lugar propenso a posibles ataques, por lo que los edificios en forma de fortaleza se hicieron muy comunes. Durante el siglo xii otros muchos documentos siguen aludiendo a Vilamajor y su relación con la abadía de Àger, pero sin referirse directamente a su fortaleza.
Originariamente tenía una planta casi cuadrada de 11,5 m por 10,5 m. Sus muros presentaban un grosor de 80 cm y en ellos se utilizó la piedra calcárea local, bien trabajada en forma de sillares bastante grandes, correctamente escuadrados y dispuestos ordenadamente en hileras horizontales. No se sabe exactamente cuál fue su altura pero se cree que pudo tener unos 10 o 12 m, ya que tuvo por lo menos tres pisos, tal y como se puede deducir de las numerosas ventanas que se distribuyen en varios niveles por todas las fachadas excepto la de poniente. Las aspilleras son alargadas y muy estrechas, y están construidas de manera muy simple con dos sillares colocados verticalmente muy cerca uno del otro. Actualmente, la estructura medieval aparece totalmente integrada en la nueva construcción que ha acabado por modificarla adosando nuevas estancias a sus muros y aunque a primera vista no se aprecien todas sus características medievales la casa fuerte ha sido datada en torno al siglo xiii.
Texto y fotos: Juan Antoni Campos
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 145; Fité i Llevot, F., 1985, p. 171, 216 y 267; Sanahuja Vallverdú, P., 1961, pp. 337-338, pp. 352-353; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, p. 396.