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Vista interior desde los pies

Identificador
31292_04_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Salvador

Localidad
Lorca
Municipio
Yerri
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA PARROQUIA DE SAN SALVADOR se encuentra situada en una de las zonas más altas de la localidad rodeada de casas particulares, en callejuelas muy estrechas, que incluso llegan a tocarla en el muro del evangelio. Únicamente el ábside dispone de una pequeña explanada delante que facilita su visión. La fábrica original de la iglesia puede datarse en la segunda mitad del siglo XII dentro de la tradición de las pequeñas iglesias de una sola nave que abundan en esta comarca y a lo largo del Camino de Santiago en Navarra. En el siglo XVIII se reformó toda la nave de la iglesia y aún en el XX añadieron un nuevo pórtico, el coro bajo, la sacristía y varias estructuras exteriores que sustituyeron u ocultaron los viejos lienzos de muro románicos. Por todo lo cual, únicamente podemos estudiar como espacio románico su cabecera, el inicio del muro de la epístola y algún que otro vestigio en el interior de la iglesia. La cabecera semicircular está edificada con sillar de buena calidad, presenta cinco hiladas de unos veinticinco centímetros de media de altura hasta un rebaje oblicuo, que hace funcionar a esta parte inferior como zócalo. En el mismo espacio se encuentran los dos pedestales de las enormes columnas que dividen el ábside en tres zonas y que, como vemos por la continuidad de los sillares se corresponden a la misma época que el muro. Las columnas apoyan su largo fuste cilíndrico en basas compuestas por dos toros y escocia, culminando en capiteles sencillos, muy desgastados, a la altura de los canecillos y que no presentan decoración. Esta composición del ábside es muy frecuente en el románico de Tierra Estella y perdurará hasta bien entrado el siglo XIII. Los canecillos se encuentran muy deteriorados, destacando únicamente tres de ellos. Dos en el intercolumnio del ábside representan una cabeza masculina y a un personaje sedente de baja calidad escultórica. En el último, emplazado en el tramo románico del muro de la epístola, vemos una cabeza femenina muy deteriorada al parecer tocada con un velo. Por encima de los canecillos apreciamos una sobreelevación que llega hasta un tejado moderno. El edificio se diseño y construyó inicialmente con tres pequeñas ventanas repartidas de modo equidistante por el semicilindro absidal y una cuarta en el tramo románico del muro de la Epístola. Las absidales están cegadas y la del muro sur fue rehecha con posterioridad, de forma que en su aspecto actual no conserva elementos románicos. Las tres absidales presentaban chambranas de cierto desarrollo, pero fueron picadas en la axial y en la septentrional, de manera que sólo se conserva en la meridional, donde vemos un adorno muy deteriorado consistente en cuatro discos punteados que contienen flores octopétalas gallonadas. Es de suponer que tuvieran abocinamiento interior, hoy oculto tras el revestimiento pictórico. En el interior es muy difícil descubrir aspectos de la fábrica románica, sobre todo por la labor del siglo XVIII, aún así apreciamos una bóveda de medio cañón apuntado y los correspondientes fajones del tramo más cercano al altar mayor, con arco apuntado doblado sobre pilastras igualmente dobles, precediendo a la bóveda de horno de la cabecera. No obstante, el enlucido impide comprobar si en su ejecución se empleó un aparejo semejante al utilizado en el ábside, o bien se trate de una reconstrucción más tardía. Durante el último año, se ha recuperado la entrada a la sacristía donde vemos un gran y potente arco de medio punto de buen sillar que se prolonga, en profundidad, unos cincuenta centímetros hasta otro similar e inscrito al interior que da paso a la sacristía. Esta tipología de arco doble nos recuerda a puertas románicas emplazadas en iglesias románicas de valles pirenaicos. Ahora bien, los templos del siglo XII no incluían sacristías anejas, por lo que habría que pensar en otro uso o en una cronología más tardía. Por último, en una de las capillas situadas a los pies del templo, en el lado del evangelio, encontramos la pila bautismal coetánea de la fábrica románica, compuesta por una gran taza gallonada apoyada sobre una especie de capitel con decoración vegetal de hojas que se vuelven en bolas. Es una lástima que este elemento escultórico más esmerado que el resto de la fábrica no se conserve a la vista en toda su dimensión.