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Vista general de Sant Briç de Tàpies o de Tapis

Identificador
17102_07_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.380335, 2.701277
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Briç de Tàpies o de Tapis

Localidad
Maçanet de Cabrenys
Municipio
Maçanet de Cabrenys
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Briç de Tàpies o de Tapis

Descripción

Iglesia de Sant Briç de Tàpies o de Tapis

 

La iglesia de Sant Briç de Tapis está rodeada por las casas que conforman el pequeño vecindario de Tapis, o Tàpies, situado a unos 6 km de Maçanet de Cabrenys, a la derecha de la carretera GI-503, poco antes de llegar a la frontera francesa.

 

Sabemos que en el año 954 el conde Guifré de Besalú donó un alodio de este término al monasterio de Sant Pere de Camprodón, donación que fue ratificada en la bula del papa Benedicto VIII del año 1017. Más tarde, en 1295, un documento vuelve a citar el lugar, y en 1362 se menciona la ecclesia parroquiales sancti Bricii de Tapiis. Finalmente, consta en la relación de parroquias en los nomenclátores de la diócesis de Girona de finales del siglo xiv. En 1994 se llevó a cabo un saneamiento de los muros interiores y exteriores, y se restauró la cornisa y el campanario.

 

Se trata de un edificio de una nave rectangular, con ábside trapezoidal sin divisiones exteriores entre nave y cabecera. Parece que el templo fue objeto de profundas modificaciones, entre los siglos xvii y xviii, que alteraron su esencia inicial. De esta época datan probablemente las capillas laterales añadidas al muro sur y también la sacristía, así como el sobrealzamiento de todo el edificio. Todo ello es fácilmente visible en el exterior, empezando por el ábside que presenta dos ventanas. Una corresponde a la etapa inicial, en el centro, de aspillera con arco de medio punto adovelado; actualmente está tapiada. Otra, en la parte superior, ligeramente descentrada, es de doble derrame y pertenece a la reforma posterior.

 

El muro norte permite observar las dos etapas constructivas, diferenciadas por la cornisa en bisel de piedra calcárea de travertino que marca el lugar de asentamiento de la antigua cubierta. De dicha cornisa parte el añadido de muro que soporta la actual techumbre a dos aguas. El muro oeste posee una ventana de doble derrame en el centro como la del ábside y se sobrealzó al igual que el resto del edificio de cuya etapa debe datar el campanario de doble ventana con un ojo de buey que vemos en la parte superior central. Llaman la atención los dos contrafuertes del muro norte y la escalera exterior adosada a la esquina del muro de mediodía que conduce a las dependencias de la zona sobrealzada, similar a las de otras iglesias de la zona como la de la iglesia de Sant Martí de la Vajol o la más lejana de Sant Cebrià de Torroella.

 

El interior fue restaurado por iniciativa popular en 1966, momento a partir del cual se recuperó el culto. Presenta una arcada a modo de arco triunfal que separa la zona presbiteral de la nave, ambas de la misma anchura a pesar de que en el ábside se insinúa una ligera forma trapezoidal. La bóveda del ábside, de medio cañón, fue alterada y sobrealzada por encima del arco presbiteral y la nave, lo cual le confiere un aspecto un tanto inusual. El interior está prácticamente encalado del todo con la excepción del arco de medio punto ya mencionado que queda al descubierto, a base de piedras sin trabajar, delgadas y alargadas, dispuestas en abanico. Llama la atención que descansa sobre pilares encalados que probablemente contribuyeron a modificar la posible forma de herradura del arco. Del mismo modo, podemos observar el arco fajón de perfil ultrapasado que descansa sobre pilares adosados al muro, directamente sin impostas, y divide la nave en dos tramos. Dicho arco está formado por dovelas de piedra calcárea, alargadas, de mediano tamaño y buena factura, que descansan sobre pilares formados con grandes sillares.

 

La puerta de acceso al templo está situada en el muro lateral sur, en su tramo más occidental. Es rectangular y está enmarcada por grandes bloques de granito, siendo monolítico el que hace las veces de dintel. La observación de la misma y del aparejo que la rodea permite asegurar que es fruto de una modificación y que no se corresponde a la etapa inicial.

 

El aparejo inicial, visible enteramente en el ábside, muros norte y oeste, y parte del muro de mediodía, es a base de piedras de pequeño tamaño, a penas desbastadas, trabadas con abundante mortero y dispuestas con tendencia a la sedimentación horizontal. En las esquinas se observa sillarejo de mejor factura y tamaño mediano, de la misma piedra calcárea de travertino que se usó para las cornisas.

 

Como conclusión pensamos que para poder datar correctamente las distintas etapas constructivas, que se atribuyen al siglo x y las posteriores remodelaciones del xii, sería interesante poder llevar a cabo prospecciones arqueológicas, especialmente en la zona del ábside y adyacente.

 

Herrajes de la la puerta de acceso

 

Son dignos de mención los elementos de forja románicos, de muy buena factura, que adornan los dos batientes de la puerta de madera de este templo, así como la bocallave o corona, y el cerrojo. No nos aventuramos a determinar su datación o si se reutilizaron de otra puerta anterior, pero si podemos indicar que este tipo de decoraciones se empezaron a utilizar en el Rossellón, la Garrotxa y el Alt Empordà a partir del siglo xi o inicios del xii.

 

Llama la atención que los diversos elementos que la adornan no se corresponden horizontalmente en ambos batientes. Así, en la parte superior del panel occidental vemos tres tiras lisas acabadas en distintos remates; a continuación y en sentido descendente, dos grupos de tiras lisas de las que emergen seis volutas; el cerrojo, de factura simple, y una barra lisa que lo separa de la corona (falta la anilla) a base de dos círculos calados, con el centro ligeramente abombado, decorado con cuatro cruces caladas;  justo al lado, dos pares de volutas enfrentadas de distinto tamaño; le siguen dos pares de volutas simétricas y también enfrentadas, una de las cuales remata en la parte superior con una pequeñita; el penúltimo elemento parece posterior y más sencillo, a base de barra lisa con dos pares de medias lunas; como final, una barra lisa acanalada.

En el batiente oriental encontramos en sentido descendente, una barra lisa estrecha y acanalada seguida por tres, más anchas, similares a las del batiente contiguo; a continuación, una barra lisa, estrecha y acanalada de la que emergen tres pares de volutas de menor tamaño que las del resto de la puerta; debajo, se repite el modelo contiguo de tres pares de volutas que seguirá en los dos tramos siguientes aunque dejamos constancia de que se han perdido algunas volutas (se aprecian los agujeros de los clavos); el tramo final repite el modelo de las medias lunas pero la barra final lisa la encontramos duplicada, justo en la mitad del batiente. Destacamos que se observan dos tipos de clavos, de cabeza redonda y cuadrados piramidales respectivamente.

 

Texto y fotos: Montse Jorba i Valero

 

Bibliografía:

 

AA. VV., 1995, p. 113; Amenós i Martínez, L., 2004, p. 71; Arnall i Juan, M. J., 1981-1982, p. 104; Badia i Homs, J., 1975, pp. 49-50; Badia i Homs, J., 1977, p. 24; Badia i Homs, J. 1977-1981, II-A, pp. 258-259, 264; Barral i Altet, X., 1981, p. 271; Borrell i Sabater, M., 2007, pp. 33-34, 172; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 564-565; Pons i Guri, J. M., 1964, p. 54; Roura i Sabà, P., 1997, pp. 6, 9, 12, 34; Ventosa i Serra, E., 2009, pp. 20, 23, 34, 47, 49-50, 93.