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Vista general de la capilla de Sant Joan de Mataplana

Identificador
17080_03_012
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.262089, 2.061352
Idioma
Autor
Martí Beltrán González
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Joan de Mataplana

Localidad
Gombrèn
Municipio
Gombrèn
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Joan de Mataplana

Descripción

Capilla de Sant Joan de Mataplana

 

La pequeña capilla de Mataplana se encuentra a pocos metros del castillo homónimo, con su portada orientada hacia la entrada de la fortificación.

 

La iglesia, dedicada a san Juan Bautista, fue construida al pie del castillo para sustituir un antiguo templo que estaba situado en el interior del recinto fortificado. Gracias al análisis de las excavaciones, los expertos han establecido la hipótesis de que, a la izquierda de la entrada de la fortificación, había una pequeña sala rectangular que ejerció función de capilla castral hasta el siglo xii. Los primeros documentos en que aparece una nueva iglesia datan de mediados del siglo xiii, cuando el castillo estaba bajo el gobierno de Ramon d’Urtx, barón de Mataplana. En ellos se mencionan dos beneficios fundados por Blanca de Mataplana y por el mismo Ramon d’Urtx, los cuales, durante el siglo xiv, fueron agrupados en uno solo que se mantuvo vigente hasta el siglo xviii.

 

Cuando el término de Mataplana pasó a manos del monasterio de Sant Joan de les Abadesses, en 1376, la capilla nueva entró en decadencia. Desde ese momento pasó a ser una simple iglesia rural, dependiente de la parroquia de Sant Pere de Mogrony. En las visitas pastorales del siglo xvii hay constancia del deterioro de sus condiciones, ya que se empiezan a anotar amonestaciones para mejorar el culto. En el año 1618 se ordenó mejorar el acabado de las paredes y de la cubierta, momento que correspondería a las reformas que se pueden observar en el templo. Su abandono continúa progresivamente: en el año 1832 hay constancia de que la iglesia se utilizaba como almacén, por lo que debió estar cerrada temporalmente al culto. Luego se recuperó, entre 1859 y 1936, hasta que el templo fue profanado y abandonado durante la Guerra Civil. A partir del año 1969, fue restaurado y abierto al culto en algunos momentos puntuales. En la actualidad, se encuentra en buen estado de conservación gracias al mantenimiento efectuado por sus propietarios, que permiten su visita en un horario previamente programado.

 

El templo, de nave única, presenta una planta trapezoidal, en la que destaca un ábside semicircular orientado hacia el Este. La nave está cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada, que nace a muy poca altura del suelo. El peso de la bóveda se sustenta en dos gruesos muros laterales. Es muy probable que tanto la bóveda como los muros laterales sean resultado de las reformas efectuadas sobre la iglesia, tal y como aparece suscrito en el documento del siglo xvii. La entrada se sitúa en la fachada occidental, cuya puerta esta cubierta por un arco de medio punto formado por grandes dovelas. Sobre esta misma fachada, que se levanta ligeramente por encima del tejado a dos aguas de la iglesia, se erige un esbelto campanario de espadaña. La iluminación del templo consta de una ventana de medio punto con derrame doble, centrada en el ábside, así como de una estrecha aspillera, de derrame simple, situada sobre la entrada. En cada uno de los muros laterales se encuentran sendas aspilleras de derrame doble, añadidas probablemente en época moderna. El aparejo utilizado es de tamaño medio y está dispuesto de forma regular, como es habitual en las construcciones de finales del siglo xii y principios del xiii.

 

En el interior, el presbiterio queda delimitado por un pequeño escalón y por dos arcos presbiterales en degradación, que dan paso a la tradicional bóveda absidal de cuarto de esfera. En el ábside todavía se conservan restos de la pintura mural de finales del siglo xii, aunque debido al paso del tiempo apenas se distingue su temática. En la actualidad únicamente se pueden ver los colores de la preparación de la pintura, donde predominan los tonos naranjas sobre un fondo blanco. En cuanto a la figuración, en la parte inferior del ábside se puede apreciar un motivo escaqueado que podría apuntar al escudo del condado de Urgell; el motivo aparece también en algunos ejemplo próximos de pintura sobre tabla, caso de los laterales de altar de Sant Andreu de Sagàs. Sobre dicho motivo se aprecia el contorno de lo que debían ser tres figuras humanas, que por su disposición tal vez pueda identificarse con los Reyes Magos, en un modelo similar al que aparece en las pinturas del ábside de Santa Maria de Taüll. En la bóveda absidal se conservan unas pinturas murales realizadas con posterioridad al siglo xvii, en las que se pueden observar estrellas sobre un fondo azul.

 

Hasta hace pocos años, en el ábside de la iglesia de Mataplana se conservaba una viga policromada con el mismo motivo del ajedrezado. Por sus encajes y decoración parece que habría formado parte de un baldaquino-plafón, que estaría colocado originalmente en la embocadura del ábside; su realización podría fecharse en el último tercio del siglo xiii. Esta tipología de baldaquino, que se desplegaba sobre el presbiterio como si se tratase de un techo volante, fue habitual en las iglesias catalanas durante los siglos xii y xiii, existiendo ejemplos como los de Tost, Tavèrnoles o Ribes.

 

 

Laterales de altar de Mataplana

 

De la capilla dedicada a san Juan se conservan dos importantes elementos de su mobiliario litúrgico: dos tablas pintadas pertenecientes a los laterales del altar románico. Estas dos piezas se conservan repartidas entre el Museu Episcopal de Vic (núm. inv 9696) y el Museu Nacional d’Art de Catalunya (núm. inv. 35698), donde permanecen desde principios del siglo xx.

 

En cuanto a sus medidas aproximadas, cada uno de estos dos laterales presenta unos 98 cm de alto por 67 cm de ancho. Tan solo conservan parte de los montantes horizontales, que con un poco de relieve ejercen la función de guardapolvos. El interior de los montantes está adornado con un motivo vegetal en espiral, que aparece representado con una pintura negra sobre un fondo rojo y del que salen diferentes brotes con tonos más claros. Este motivo se repite de forma similar en los restos conservados de los dos laterales, aunque en el conservado en Vic apenas se aprecia el situado en el montante de la parte inferior.

 

Los dos laterales presentan como tema iconográfico la figura de un ángel o arcángel, que destaca sobre un fondo amarillo enmarcado por una delgada línea roja. Los ángeles están ataviados con túnica y manto, con las alas extendidas, los pies descalzos, un rollo en la mano izquierda y coronados con un nimbo circular sobre sus cabezas. La representación de estas dos figuras angelicales parece remitir a los arcángeles abogados Gabriel y Miguel, seres celestiales que actuarían como demandantes y defensores de las almas mortales en la hora del juicio divino. De esta manera, la figuración de estos dos laterales respondería a una tradición iconográfica oriental, con origen en los iconos bizantinos, según la cual estos personajes angélicos aparecían ricamente ataviados y portando estandartes y rollos en sus manos.

 

Para seguir esta tradición, el artista mostró una clara intención de personalizar cada uno de los laterales. El conservado en Barcelona lleva como vestimenta una túnica roja y aparece cubierto por un manto verde. El nimbo representado por dos circunferencias concéntricas también es de color verde. Las alas son de color rojo en su mayor parte, aunque en la parte superior el pintor vuelve a recurrir al verde. El rollo, en este caso, también aparece representado de color verde. El artífice también plasma unos rasgos personalizados, que dotan al ángel del lateral del MNAC de unas facciones estilizadas. Finalmente, el ángel aparece representado con el cabello liso y con una raya al medio. El lateral conservado en el Museo Episcopal de Vic presenta un ángel ataviado con un manto verde sobre una túnica azul, el mismo color que aparece en el nimbo. Sus alas están pintadas, en su mayor parte, de color verde, que en su parte media presenta una franja de color rojo. En cuanto a sus rasgos específicos, el ángel del lateral de Vic presenta una complexión más rolliza que el de Barcelona, con un rostro mucho más redondo y con el cabello corto y rizado.

 

Las piezas han sido asociadas con los talleres de pintura sobre tabla tanto de Vic como de Ripoll, con detalles técnicos y de estilo que recuerdan vivamente a las dos corrientes. En concreto, los laterales se han relacionado con el frontal de Sant Llorenç Dosmunts, obra del taller de Vic. Sin embargo, debido al modelado de las formas, la representación anárquica de los pliegues de las vestimentas y el uso de la línea, también han sido vinculados a los talleres de Ripoll. Esta diferencia de criterio es debida a la homogenización de estilo que tuvo lugar a partir del 1200, con la corriente orientalizante que impregnó la gran mayoría de las tablas de altar catalanas. En concreto, las de Mataplana se han adscrito al llamado círculo del Maestro de Avià, debido a las similitudes estilísticas existentes con el célebre frontal procedente de la iglesia de Santa Maria de Avià (Berguedà). En cualquier caso, teniendo en cuenta el estilo, el tratamiento de las figuras y los adornos, no hay duda de que los laterales fueron confeccionados a finales del siglo xii o principios del siglo xiii, cronología que coincide con la construcción del templo de Mataplana.

 

 

Texto y fotos: MARTÍ BELTRÁN GONZÁLEZ – Planos: ROSA GIL GUARCH

 

 

Bibliografía

 

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