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Vista de la fachada meridional de Sant Salvador de Bianya

Identificador
17208_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.2471251,2.3987234
Idioma
Autor
Luisa Amenós Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Salvador de Bianya

Localidad
Sant Salvador de Bianya
Municipio
Vall de Bianya
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Salvador de Bianya

Descripción

Iglesia de Sant Salvador de Bianya

 

Sant Salvador de Bianya es la parroquia de un grupo de masías dispersas que forman el núcleo homónimo situado en el sector occidental del municipio de la Vall de Bianya. Muy cerca de ella pasa la antigua vía del Capsacosta, una calzada construida en época romana que se mantuvo en uso durante las épocas medieval y moderna. La Via Annia,–denominación romana de dicha calzada, era un ramal de la Via Augusta que partía del llano de Figueres, cruzaba el collado de Ares y, ya en la Galia, enlazaba otra vez con la vía principal.

 

La primera noticia conocida de esta iglesia es del año 1090 y hace referencia a la devolución de la capellanía de Sant Salvador al cenobio de Sant Joan de les Abadesses por parte de los hermanos Ademar Ramon y Guillem, reconociendo que la habían obtenido injustamente. El documento confirma la relación con el cenobio ripollense desde antes de ese año, y precisa la ubicación de la ecclesie Sancti Salvatoris, que sita est in valle de Biania. La dependencia de Sant Joan de les Abadesses queda ratificada en el acta de consagración de su iglesia abacial, firmada en el año 1150.

 

San Salvador de Bianya fue consagrada en 1170 por el obispo de Girona, Guillem de Monells, quién le otorgó los diezmos, las primicias, las oblaciones de los fieles y los treinta pasos legítimos alrededor del cementerio. Aparece luego citada en las Rationes Decimarum de la diócesis gerundense de 1279 y 1280, en el Llibre Verd de la catedral de Girona (1362) y en los nomenclátores diocesanos de finales del siglo xiv, donde consta registrada como ecclesia parrochialis Sancti Salvatoris de Bisania.

 

Como tantos otros edificios del valle, la iglesia quedó parcialmente destruida por los terremotos de 1427 y 1428. Las visitas pastorales efectuadas en 1432 informan que fue necesario habilitar una cabaña para que su rector, Guillem Spinalb, pudiese celebrar el culto. El obispo ordenó cubrir de nuevo el templo en un tiempo máximo de dos años, lo que ha dado pie a suponen que debió hundirse la cubierta, dejándola inutilizada para el culto.

 

El templo de San Salvador es uno de los edificios románicos más bellos de toda la Garrotxa, aunque ha sido objeto de numerosas restauraciones que dificultan la lectura de la fábrica original. Su factura es deudora de las formas características de la arquitectura del siglo xii. Se trata de un edificio de una nave, cubierta originalmente con bóveda de cañón y reforzada con arcos fajones, que apoyaban sobre columnas adosadas a los muros, de las cuales sólo se conservan las situadas en el centro de la nave. La bóveda apuntada actual fue levantada tras los terremotos de inicios del siglo xv, al igual que las pilastras que sostienen el arco fajón de levante. El par de columnas románicas que quedan están coronadas con capiteles esculpidos: el del lado del Evangelio presenta hojas de palmeta geométricas en los ángulos, entre las que asoma un rostro humano, y el del lado de la Epístola sigue el mismo esquema ornamental, pero con hojas de acanto. Ambas columnas se asientan sobre basas de piedra esculpidas.

 

A la nave se accede por una puerta, habilitada en el muro sur. Un arco externo a paño con el muro, en su misma piedra y con el mismo tesón en el corte, cobija una arquivolta de bocel entorchado y perlado en las cuencas, que reposa sobre cimacios y capiteles restaurados, copia algo burda de los que figuran en la ventana del ábside. Nuevas son también columnas y basas. A la izquierda de la puerta, en el ángulo suroeste del templo, hay un resalte del volumen de la caja de escalera que, desde el interior de la nave, permite acceder al campanario moderno. El ábside también corresponde a la obra románica, incluyendo una ventana central con rica ornamentación escultórica. Lo flanquean dos sacristías, cuya construcción de sillares bien escuadrados sólo está alterada en el habitáculo septentrional, rehecho y ampliado.

 

Un friso sostenido por ménsulas esculpidas en relieve recorre todo el perímetro de la cornisa absidial y de la fachada principal. Las ménsulas absidiales aparecen decoradas con motivos florales y foliáceos, aunque una ellas (la número 5, empezando a contar desde la izquierda del espectador) reproduce un barril y la número 7 una cabeza humana. Por encima hay una cornisa prismática y otra de gola. En la fachada principal  sólo dos ménsulas presentan decoración esculpida: una de ellas reproduce una cabeza humana; la otra representa un par de cabezas siamesas, masculina y femenina.

 

En el siglo xvii se añadieron dos capillas laterales entre los arcos fajones, lo que distorsiona las proporciones originales de la nave. Sobre la fachada oeste se levanta un campanario de torre realizado en el año 1615, aprovechando la estructura de una primitiva espadaña.

 

A inicios del siglo xx se restauró el templo en base a un proyecto presentado por el arquitecto modernista Rafael Massó. Éste contemplaba consolidar el edificio y reproducir diversos motivos escultóricos inspirados en la decoración original. La intervención afectó a los capiteles y columnas de la cara interna de la ventana absidial, la decoración de la puerta de entrada y el altar de piedra del presbiterio.

 

 

Escultura de la ventana absidial

 

El vano central del ábside de Sant Salvador de Bianya presenta, como se ha dicho, una interesante decoración esculpida. Está formado por un arco de medio punto en degradación, que arranca de impostas esculpidas. La imposta derecha está decorada con unas incisiones en sesgo agrupadas por parejas, a manera de friso, y la izquierda con motivos florales. El intradós del arco está perfilado por una arquivolta de sección cilíndrica, ornamentada con una red de cintas entrelazadas, que apoya sobre unas esbeltas columnas coronadas por capiteles esculpidos.

 

Los capiteles siguen un esquema corintio muy transformado, que incluye varios motivos ornamentales. El capitel de la derecha presenta la figura de un personaje que parece sostener un animal monstruoso, en posición contorsionada y con la boca amenazante. Del centro del tambor nacen hojas de palmeta que se proyectan hacia los ángulos en forma de volutas, y cuyos extremos evolucionan en cabezas de serpiente. El fondo de las escenas aparece decorado con motivos ondulados. El capitel izquierdo es una simplificación del tipo corintio, al cual se han añadido rostros humanos que asoman entre las volutas.

 

El trabajo escultórico presta atención a los detalles, especialmente visible en las garras de las bestias, aunque las composiciones están resueltas de manera algo rígida. En el área cultural catalana existen varios paralelos compositivos y temáticos de ambos capiteles. Hay capiteles similares al derecho en la portada de la iglesia de Santa Eulàlia de Brullà (Rosellón), en la galería exterior de Santa Maria de Serrabona (Vallespir), en el claustro de Sant Miquel de Cuixà (Conflent) y en el nártex de la iglesia de Sant Jaume de Queralbs (Ripollès). El motivo vegetal representado en el capitel izquierdo es muy habitual en el románico, aunque adopta formas diversas; en este caso, hay paralelos en el claustro de Santa Eulàlia d’Elna −si bien la cabeza se ha transformado aquí en un motivo floral− y en Sant Genís de Fontanes (Rosselló), en Sant Benet de Bages y en Sant Jaume de Vilafranca de Conflent, entre otros.

 

La escultura de Sant Salvador de Bianya se enmarca dentro de la tendencia decorativa del siglo xii, con evidente dependencia de la escultura rosellonesa. A tenor de los paralelos estilísticos con los capiteles del nártex de la iglesia de Sant Jaume de Queralbs, M. Durliat apuntó la posibilidad de que ambos conjuntos pudieran ser obra de un mismo taller.

 

 

Pila bautismal

 

En el ángulo noroccidental de la iglesia se conserva una pila bautismal de tradición medieval, fechable tal vez en los siglos del románico. Se trata de una pieza de piedra caliza que mide 95 cm de alto por 90 de diámetro, y cuyas paredes tienen un grosor de unos 12 cm. Consta de un cuerpo troncocónico de base plana, excavado en el interior y provisto de boca recta, que apoya sobre un pie cilíndrico. La pared externa de la pila presenta una abundante decoración en relieve, a base de bandas o cenefas concéntricas y equidistantes entre sí. La cenefa superior desarrolla un motivo zigzagueante  en todo el perímetro de la boca. La central es generada por dos líneas ondulantes en relieve que se entrecruzan repetidamente, formando un trenzado simple. La tercera reproduce una soga o cuerda gruesa que abraza todo el perímetro inferior del depósito, justo encima de la base. Esta misma cenefa enmarca el perímetro de la base, en su cara externa, lo que la hace prácticamente invisible a los ojos del espectador.

 

 

Pila de agua bendita

 

Se conserva también, en el interior de Sant Salvador de Bianya, una pila de agua bendita de tradición románica. Se trata de una pieza de mármol labrada en un solo bloque, que mide 30 cm de alto por 37 de diámetro; sus paredes tienen un grosor de 5,5 cm. Consta de un cuerpo troncocónico invertido, vaciado en el interior, y provisto de boca recta y una base que va estrechándose paulatinamente hasta configurar un incipiente pie cilíndrico. La pared externa de la pila presenta una abundante decoración en relieve dispuesta en registros, bastante desgastada en algunos puntos. El registro superior combina una serie de elementos geométricos y vegetales que se entrelazan con el inferior. El motivo principal lo generan una serie de círculos encadenados que contienen en su interior grandes hojas abiertas y palmetas. Estas últimas son muy similares a las que se encuentran en la puerta meridional de Sant Vicenç de Besalú y en el claustro y la portalada del monasterio de Ripoll. Un segundo registro presenta una decoración de animales monstruosos y seres fantásticos, entre los cuales se distingue la representación de un rostro humano devorado por dos monstruos que lo flanquean, tal vez dragones. Su boca abierta conforma el desagüe del depósito.

 

 

Texto y fotos: LUISA AMENÓS MARTÍNEZ – Planos: FRANCESC XAVIER LLAGOSTERA GELIS

 

 

 

Bibliografía

 

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