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Vista exterior desde el sudeste

Identificador
31415_01_038
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de San Sebastián

Localidad
Roncal
Municipio
Roncal
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA ERMITA SE ENCUENTRA SITUADA en un paisaje precioso, rodeada por un bosque bastante cerrado, de pinos y robles. Prácticamente no se divisa el edificio hasta que no se llega a unos cien metros. Alrededor del mismo, se abre un pequeño claro en el que todavía pueden verse algunas construcciones derruidas que la rodean. El pequeño templo centra el reducido claro. Se trata de un edificio de planta rectangular, con restos de dos tramos y ábside semicircular al exterior y al interior. En los exteriores, apreciamos una construcción realizada en su mayor parte a base de sillarejo de muy poca calidad, como ocurre en la fachada de los pies. En otras zonas, como la parte superior del ábside y la portada, apreciamos paramentos con hiladas de tamaño algo mayor y un poco más esmeradas. Concretamente, el ábside presenta hasta catorce hiladas muy irregulares que apenas presentan diez u once centímetros de media en cuanto a su altura. Todo el conjunto muestra tres ventanas -una en el centro del ábside y una en cada muro lateral- constituidas por estrechos vanos interiores rematados en arco de medio punto, enmarcados por un segundo arco exterior de mayores dimensiones, como en Leire y otros templos tempranos. Paradójicamente, los sillares de la zona alta son de mayor envergadura y mejor calidad, tal vez fruto de la restauración de la bóveda. El muro culmina en una cornisa decorada con canecillos lisos, la mayoría restaurados. La cubierta original -derruida- fue sustituida por los propios vecinos de los pueblos circundantes, de manera colectiva en 1975-1976, supliendo la previsible cubierta de medio cañón por una moderna de madera que, incluso, se extiende en un gran alero que recorre, al exterior, todo el muro de la epístola. En el hastial, bajo una pequeña ventana practicada modernamente, encontramos una primera y sencillísima portada que se compone de un simple arco de medio punto. Sobre este muro se alza una pequeña espadaña muy reformada con materiales constructivos modernos. La portada principal se encuentra cerca de los pies del muro de la epístola y presenta algo más de dos metros de ancho y un poco más de un metro de potencia de muro. Se trata de una estructura muy simple, inscrita en un pequeño portal provisto de tejadillo. Está compuesta por tres arquivoltas en platabanda, que descansan sobre pies derechos y el propio muro, sin dar ningún tipo de concesión a la decoración. Al interior apreciamos cómo la bóveda medieval de la nave se ha perdido, como hemos dicho, y ha sido suplantada por potentes vigas de madera que sostienen el tejado. A su vez, en la cabecera se mantiene la vieja bóveda de horno o cuarto de esfera, correspondiente al ábside, y un tramo de medio cañón que cubre el anteábside. La nave parece haber estado dividida en dos tramos, a base de un arco fajón del que se conservan los arranques, apoyado en pilastras laterales sencillas, únicos elementos que han llegado íntegros a nuestros días. La parte inferior de los muros interiores está recorrida por un banco bajo, elemento muy frecuente en las iglesias rurales de los valles pirenaicos. La ermita se halla presidida, desde el hueco abocinado de la ventana axial del ábside, por una talla renacentista de San Sebastián que, al igual que otras dos tallas de dos santos obispos, una de la Virgen María y una última de San Juan Evangelista, parecen proceder de un antiguo retablo realizado en 1540 por encargo del vicario del lugar y un noble vecino de la villa de Roncal. Todo ello se desprende de un fragmento de madera situado bajo la talla de San Sebastián y que, en su día, debió de formar parte del banco del citado retablo. La mayoría de autores, dado el aparente primitivismo de la construcción, la han situado cronológicamente en la segunda mitad del siglo XII. El aparejo pequeño e irregular de la cabecera se corresponde generalmente con una cronología anterior, propia del primer románico, de manera que no sería descartable que perteneciera a la edificación, cuya existencia consta a finales del siglo XI, cuando en el marco del templo de Navarzato se vivió cierta oposición a la introducción de la liturgia romana en el reino pamplonés. Como se ha dicho, la forma de la ventana remite a Leire, lo que es extensible a la puerta, aunque el trazado de sus arcos sea más diestro que el de las puertas de la abadía legerense, anteriores a 1057. Es posible que los elementos realizados con aparejo algo mayor se correspondan con reparaciones efectuadas en época del pleno románico, quizá en relación con los acuerdos sobre la iglesia alcanzados en 1102.