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Torre del Castillo de Llers

Identificador
17093_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.295672, 2.911688
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Llers

Localidad
Llers
Municipio
Llers
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo de Llers

Descripción

LLERS

 

El municipio de Llers está situado a unos 6 kilómetros al Noroeste de Figueres. Además del pueblo homónimo, cabeza de municipo, cuenta con los núcleos de El Poblenou, Els Hostalets y La Vall. El término municipal limita al Norte con Pont de Molins, al Este con Figueres, al Sur con Avinyonet de Puigventós y al Oeste con Boadella d’Empordà y Cistella. Su extensión, que supera los 20 km², la conforman terrenos accidentados por cerros y cordilleras de poca elevación. Son los últimos contrafuertes prepirenaicos, de formación caliza, que señalan el límite noroccidental del llano. Hay numerosos torrentes, que forman el interfluvio entre las cuencas del Manol y la Muga. Dos importantes vías de comunicación, la AP-7 (salida 13) y la N-II, cruzan su territorio, además de la nueva línea de ferrocarril del AVE. Para acceder a los diferentes núcleos de población dispone de carreteras comarcales.

 

Se tienen noticias del lugar desde el año 974, en que aparece citado entre las posesiones del monasterio de Sant Pere de Rodes, luego confirmadas en otro documento del 982 (villa Lertio y villa Lercio). Más adelante, la iglesia parroquial de Sant Julià de Llers fué legada por el conde Bernat Tallaferro el 1020 al monasterio de Sant Pere de Besalú. Por el término de Llers discurría el camino de la Calzada, vía romana que durante la Edad Media fue llamada camino del francés o Strata Francisca y que marcaba el límite de los antiguos condados de Besalú y Empúries. Esta situación de frontera hizo de Llers la zona más fortificada del Empordà. La villa tenía un castillo señorial del que dependían once más. El término del castillo era mucho más extenso que el actual municipio.

 

La señoría del lugar correspondió en los siglos del románico a un poderoso linaje fundado, al parecer por Arnau I de Llers, y que perduró hasta 1276, cuando la baronía fue vendida por Guillem II de Cervià, señor de Llers, a los vizcondes de Rocabertí. Por entonces fueron construidas en el lugar una serie de grandes fortificaciones, que en 1285 desempeñaron un papel de singular importancia en el intento de invasión de Cataluña por parte del ejército francés, antes del sitio de Girona, en tiempos del rey Pedro el Grande. Sólo algunas de estas fortificaciones se han conservado, mientras que otras se conocen sólo gracias a la documentación.

 

 

Castillo de Llers

 

El castillo de Llers se encuentra en la parte más elevada de la población, rodeado por edificios modernos, algunos de los cuales han utilizado parte de su muralla como elemento constructivo. Se accede al pueblo, desde Figueres, tanto por la carretera comarcal GIP-5106 como por la GIP-5107, que nace de la N-II a unos 2 km al Norte de Figueres.

 

Su privilegiada situación en el rellano oriental de una loma, dominando la llanura ampurdanesa entre la sierra de la Albera y el mar, han convertido Llers desde siempre en un lugar eminentemente estratégico, que ha sufrido los avatares de guerras e invasiones a lo largo del tiempo. El último de estos episodios tuvo lugar durante la Guerra Civil, cuando la iglesia parroquial de Sant Julià fue utilizada como polvorín; antes de su retirada, las tropas republicanas hicieron volar la munición que se encontraba en el templo, y todo el casco antiguo del municipio quedó convertido en ruinas. Se salvaron únicamente algunas casas de la parte más alta del núcleo, y también el castillo quedó seriamente afectado.

 

Parece que el castillo había ocupado una gran superficie, que estaría limitada al Norte por el carrer de la Muralla, al Sur por el de Sant Quirze, al Este por el del Ramal y al Oeste por el  carrer de Lliset. Actualmente solo se conserva la torre del Homenaje, sita en el centro de un recinto amurallado de planta rectangular. La construcción estaba muy degradada pero en los últimos años se han llevado a cabo diversas campañas de restauración que culminaron en el año 2013. La consolidación de la estructura permite subir a la azotea y admirar el entorno.

 

Las primeras noticias del castillo aparecen en una bula de Benedicto VI (974) y en un precepto del rey Lotario (982), en las que se confirma el término de Llers entre las posesiones del monasterio de Sant Pere de Rodes. Es bien notable la importancia del linaje de los Llers, entre los siglos xi y xiii, en el entorno político del condado de Besalú. Arnau II de Llers aparece en varios documentos testimoniando actuaciones condales, entre los cuales la cesión del condado por parte de Bernat III a la casa de Barcelona, en el año 1107.

 

Bajo los condes de Barcelona, los señores de Llers seguirán desempeñando un papel importante, pues su castillo estaba situado en una zona fronteriza con el condado de Empúries. Los señores de Llers actuaron habitualmente en la corte de los condes barceloneses, como testigos y hombres de confianza. Arnau de Llers IV fue nombrado albacea de la reina Petronila de Aragón, y en 1162 fue testigo del testamento sacramental de Ramón Berenguer IV. El castillo permaneció en manos de la familia hasta 1212, cuando Guillem de Llers-Cervià lo vendió al vizconde Jofre de Rocabertí. La familia Rocabertí amplió las murallas y defensas del castillo, a la par que construía un recinto exterior amurallado, convirtiéndose éste en una força que fue puesta a prueba en 1274, al ser asediada por el ejército de Jaime I el como castigo por la rebelión de sus súbditos.

 

Poco después, en 1285, las tropas del rey francés Felipe III, en la cruzada contra Pedro el Grande, consiguen tomar el castillo al cabo de catorce asaltos, según el cronista Bernat Desclot. Tuvo lugar en el mismo castillo la coronación del hijo segundo del rey Felipe, Carlos de Valois, como monarca de la corona de Aragón. Al final del mismo año, Pedro el Grande recuperó el castillo, que permaneció en poder de los Rocabertí hasta el año 1409, en que pasó a depender de la corona. La fortaleza tuvo un papel destacado en vaias contiendas posteriores, como la Guerra de Sucesión (1705-1715) o la llamada Gran Guerra (1790-1795), en que sus estructuras quedaron muy afectadas. Se volvió a fortificar durante durante las guerras carlistas del siglo xix. Ya se ha comentado como en 1939, al término de la Guerta Civil, se vio afectado por la voladura de la parroquia de Sant Julià, convertida en polvorín.

 

Entre 1981 y 1984 se llevaron a cabo diferentes intervenciones propiciadas por la Generalitat de Catalunya, la Diputació de Girona y el Ajuntament de Llers. Se consolidaron y restauraron los muros y se limpió el recinto. A partir de 1998-1999 se actuó también en la torre de homenaje, procediendo a la limpieza de los escombros de su interior y a la construcción de un nuevo techo y de una escalera de caracol para comunicar sus diferentes niveles. Con la redacción e inicio del proyecto de restauración del castillo de Llers, en 2010, promovido por el ayuntamiento, se pretendía recuperar el castillo y su entorno más cercano para permitir el acceso y su visita, lo que culminó, como hemos expuesto, en junio de 2013.

 

El recinto amurallado exterior es de planta rectangular. En su interior se encuentra la mencionada torre del homenaje, situada aproximadamente en la parte central y rodeada por la muralla. En su cara interna, la muralla tenía adosadas varias estancias, de las cuales quedan sólo restos. En general se trata de una construcción muy homogénea, que se habría levantado en el siglo xiii, siguiendo el modelo tradicional románico de torre central rodeada por recinto amurallado.

 

La torre, cilíndrica, presenta un diámetro de 11,80 metros con muros de gran anchura (unos 2 m) y una altura de unos 12 m. No se conserva el portal de acceso al interior, que debía estar situado en el hueco existente en la zona de levante, a unos 6 metros de altura. Su aparejo presenta sillares irregulares de piedra caliza, de tamaño mediano (25 x 35 cm), que tienden a formar hiladas horizontales. Presentaba varias grietas de ancho considerable como consecuencia del impacto de la explosión de 1936, que fueron reparadas y consolidadas en el reciente proceso de restauración.

 

Con respecto al recinto amurallado, su portal de acceso debía ocupar el boquete existente en la parte central del muro de levante. De la puerta sólo se conservan algunos sillares escuadrados, seguramente rastro de uno de los montantes. En la parte inferior de la fachada de levante, y a ambos lados del orificio de acceso, quedan restos de otros aparatos de piedra más antiguos, piedras inclinadas formando opus spicatum y sillares grandes de buena factura, que indicarían una datación inicial del recinto hacia el siglo x.

 

En las caras este, sur y oeste se conserva la muralla hasta una altura de 10 m. En cambio para la parte norte y el tramo cercano de las caras este y oeste la parte que se conserva presenta una altura menor.

 

Al lado de mediodía de este recinto había una sala rectangular de 28,5 x 6,35 m, de la que se conservan los cuatro muros hasta el arranque de la bóveda, en los que se observa una ristra de anclajes que se debieron usar para los andamios. En la pared septentrional se abre una puerta en arco de medio punto, formado por ocho dovelas de unos 35 cm de longitud. En el flanco norte había otra sala más estrecha, que ocupaba toda la longitud de la muralla, y que actualmente se encuentra muy deteriorada. Este ámbito fue rehecho modernamente y se reaprovechó como habitáculo.

 

Este recinto del castillo se complementaba con un segundo recinto formado por una muralla que, siguiendo un trazado externo, rodeaba el primero; era un recinto inferior que ya existía en el siglo xiv, pero del que hoy prácticamente no queda nada. Cabe destacar, por otra parte, la relación del castillo de Llers con una línia defensiva formada por once fortalezas más, de algunas de los cuales se conservan también estructuras, mientras que de otras se conoce solo el nombre. Dichas fortalezas eran: el castillo de Güell o Güells, el de Desvinyol, el castillo de Molins (en Pont de Molins), el castillo dels Gorgs, el de Cabrera, el des Torrent, el de Bellver, el castillo de Montmarí (en el término de Pont de Molins), el de Serrahí o Sarraí, y la llamada torre de les Escaules (en las afueras del pueblo homónimo).

 

Capilla de Sant Esteve

 

El castillo de Llers tenía una capilla dedicada a san Esteban que aparece mencionada en el testamento sacramental del clérigo Guiu (982), constando la cesión de unos viñedos  en Sant Julià y Sant Esteve de Llers. El templo se cita en los nomenclátores de la diócesis gerundense de finales siglo xiv como capella sancti Stephani in parrochia de Lerio, dado que tenía un beneficio y su sacerdote debía asistir a los sínodos de la diócesis. Estaría situado en la zona de levante del recinto, hecho que la relaciona con el muro de opus spicatum que se ha mencionado antes; probablemente estaría adosada al recinto mural. Desapareció hacia el siglo xviii.

 

Texto y fotos: Carmen Ropero Mochales/Montse Jorba i Valero

 

 

 

 

Bibliografía

 

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